Interior mantiene la alerta 4 pero incrementa la seguridad en los aeropuertos
Jorge Fernández Díaz informa de que entre los heridos por los atentados de Bruselas hay cuatro heridos de nacionalidad española
El Gobierno en funciones ha decidido este martes mantener el nivel de alerta 4, alto riesgo de atentado, tras las reuniones extraordinarias de la Mesa de Valoración de la Amenaza Antiterrorista y del Pacto Antiyihadista. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha justificado así la decisión: "Los expertos de la lucha antiterrorista han decidido seguir en la línea establecida tras los atentados de París del 13 de noviembre y mantener el nivel de alerta en el 4, puesto que el 5 es el máximo que se contempla ante un escenario de un atentado inminente". Los mismos especialistas han recomendado reforzar las medidas de seguridad en los aeropuertos, en los que —mediante "medidas operativas"— el nivel de amenaza se eleva del 1 al 2 en una escala de 4.
Fernández Díaz ha informado, además, de que entre los heridos por los atentados de Bruselas hay cuatro personas de nacionalidad española que están hospitalizadas, pero que no revisten especial gravedad. El ministro explicó también que "se ha decidido recordar a las instituciones y las infraestructuras críticas que pudieran verse potencialmente más afectadas" las medidas de seguridad que establece el nivel de alerta 4 y que afectan a otros tipos de transportes, estaciones y lugares de aglomeración de personas.
A la reunión del Pacto Antiyihadista, la tercera desde que se convocó por primera vez, han acudido todos los firmantes (nueve), a excepción de Coalición Canaria que se ha excusado, y un miembro de Podemos como observador. Todos los suscriptores del acuerdo han coincidido en la utilidad y la necesidad de este pacto.
El PSOE ha enviado a Meritxell Batet porque el portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Antonio Hernando, no está en Madrid. "El pacto es útil, es un instrumento esencial para ganar la batalla de fondo y dar un mensaje de unidad y de que nada nos va a doblegar", ha opinado Batet, y ha insistido en que se debe "ahondar en una política exterior común, en la coordinación de los servicios de inteligencia y en las investigaciones, así como en el control de las líneas de financiación de los terroristas y del tráfico de armas".
Por parte de Podemos ha acudido el secretario de Relaciones con la Sociedad Civil, Rafael Mayoral, que se ha limitado a manifestar la unidad de su grupo con las decisiones tomadas por el Gobierno y a alabar la acción de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, sin replantearse la entrada en el Pacto como pidió --"Ya no hay excusas"-- el portavoz del PP en el Congreso también presente, Rafael Hernando. Ciudadanos ha enviado a la reunión al diputado José Manuel Villegas que ha criticado que Podemos reciba información del Ministerio del Interior en las reuniones de seguimiento del pacto antiyihadista sin haberse sumado al acuerdo.
Los expertos coinciden en que "habrá más atentados"
Ante un escenario tan dramático como inquietante --los expertos aseguran que "habrá más atentados"--, el Gobierno español mantiene así las principales medidas de seguridad establecidas desde junio de 2015. Fue tras la cadena de atentados en Túnez, Francia y Kuwait del 26 de junio cuando se elevó la alerta por amenaza terrorista hasta el nivel 4, que implicaba ya refuerzos en el control de la seguridad aeropuertos y estaciones de pasajeros, además de en los lugares de mayor concentración de personas y la especial vigilancia de las infraestructuras críticas.
Los responsables de la lucha antiterrorista españoles ven en esta nueva cadena de atentados contra el corazón de la Unión Europea una posible respuesta a las detenciones de hace cinco días en el barrio belga de Molenbeek. Entonces los agentes belgas capturaron a Salah Abdeslam, uno de los artífices de la matanza de París del pasado 13 de noviembre que permanecía huido. “Es posible que esa misma célula estuviera preparando un nuevo atentado y que esa actuación policial lo haya precipitado”, analizan.
Los servicios de Información de los gobiernos, también del Español, se convierten en la pieza clave para la prevención de nuevos atentados. España viene reforzándolos, tanto en número de efectivos como en especialización, así como con dotaciones económicas (10 millones de euros de crédito extraordinario en 2015).
Durante la mañana de este martes, el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, atribuyó los ataques a un atentado terrorista del DAESH, conocido como Estado Islámico. El Gobierno español activó el protocolo de emergencia consular y mantiene contactos con las autoridades belgas. El presidente en funciones, Mariano Rajoy, ha afirmado que, de momento, no hay conocimiento de que haya "ninguna víctima española, pero la situación de caos hace muy difícil que hayan identificado a todas las personas". "Debemos ser prudentes", ha añadido.
España conserva la máxima medida de seguridad posible (previa a sufrir un atentado, cuando se activaría el nivel 5 de alerta). El nivel 4 incluye controles en centros de pasajeros en aeropuertos y estaciones —este martes había 67 vuelos programados entre España y Bruselas según AENA— y en las infraestructuras críticas, además de planes especiales puestos en marcha por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado desde que se estableció la citada alerta, tras los atentados a la revista Charlie Hebdo en París, en enero de 2015. Un nivel de riesgo de amenaza que también se mantuvo tras la última matanza de París, el pasado 13 de noviembre.
"Consternados por los atentados en la capital de Europa #Bruselas. Nuestra solidaridad y apoyo a Bélgica, sus instituciones y el pueblo belga", ha escrito en su perfil de Twitter la Casa del Rey. Felipe VI también ha enviado al Rey de los belgas sus condolencias por las víctimas de los atentados y el apoyo del pueblo español. Minutos antes, Rajoy había lanzado un tuit en el que expresaba cómo sigue "con pesar y preocupación" las explosiones ocurridas en el aeropuerto y el metro de Bruselas. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha permanecido "pendiente" de las noticias que llegan de Bruselas.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha expresado su "preocupación" por lo sucedido desde su cuenta en Twitter, desde la que ha compartido los teléfonos habilitados por Exteriores para los españoles afectados. El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha trasladado su "apoyo" a las víctimas y a las autoridades belgas para que detengan a los autores de estas explosiones. El portavoz parlamentario de IU, Alberto Garzón, se ha solidarizado con los familiares de las víctimas.
Lucha contra un enemigo difuso
Las recientes detenciones en el barrio bruselense de Molenbeek de algunos de los terroristas de la masacre de París han evidenciado hasta qué punto Bélgica, y concretamente Bruselas, se ha convertido en un nido de yihadistas en el corazón de Europa.
La lucha antiterrorista vuelca sus esfuerzos en ese nuevo enemigo difuso. Hombres y mujeres radicalizados o retornados, kamikazes dispuestos provocar muertes indiscriminadas al grito de "al-lahu ákbar" (Alá es el más grande), que viven ya en nuestras calles y barrios —el 45% de los presuntos islamistas detenidos son españoles— y que pueden actuar en cualquier momento y lugar.
El reciente pacto antiterrorista —el cuarto de la democracia—, ocho puntos inspirados en el terrorismo islamista, es también un reflejo de la preocupación que atenaza a las democracias europeas y concretamente a España. Y previamente, la creación del CITCO (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado) a finales de 2014, que vino a constatar el hecho de que las redes terroristas y criminales están íntimamente relacionadas, como mostró en el caso español el hecho de que gran parte de los terroristas detenidos habían pasado antes por las prisiones españolas por otros delitos. El CITCO es el órgano de recepción, integración y análisis de toda la información estratégica disponible referida al terrorismo, la criminalidad organizada y los radicalismos violentos. Se trata del organismo clave en el que se valora en estos momentos si se mantiene o se eleva la alerta por amenaza terrorista.
El resultado de todos esos progresivos esfuerzos centrados en la lucha antiyihadista, que comenzó en el año 2000 —cuando todavía pocos hacían caso a los primeros informes que llegaban a Madrid sobre peligros de células islamistas desde ciudades como Ceuta y Melilla—, es visible hoy en los datos: 616 detenidos por actividades yihadistas desde el 11-M (14 en lo que va de año), 153 operaciones (5 este año y una en otro país), 153 combatientes que habrían partido hacia Siria o Irak desde España y 25 que habrían retornado, de los que 10 estarían libres, y hay —según fuentes de Instituciones Penitenciarias— unos 88 presos ahora mismo en las cárceles españolas.
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