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Los partidos aparcan la reforma de la Constitución para defenderla frente a Vox

Las principales formaciones se centran en proteger y defender la Ley Fundamental

Diputados de Vox durante la sesión constitutiva de la XIV Legislatura este martes.
Diputados de Vox durante la sesión constitutiva de la XIV Legislatura este martes.Uly Martín
Anabel Díez
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In Spain, deeply divided parties find common ground in defense of the Constitution

Los postulados rupturistas de Vox han alejado el debate sobre cualquier reforma de la Constitución y centrado el discurso de los principales partidos en su defensa y protección. El 41º aniversario de la Ley Fundamental se celebra hoy en el Congreso con la intención de los grandes partidos de evitar retrocesos y alteraciones en la configuración de España como Estado autonómico. Este es el planteamiento casi coincidente del PSOE y el PP, aunque los socialistas tratarán de que a medio plazo puedan poner sobre la mesa algún proyecto de reforma.

No es tiempo de cambios, al menos, de los ambiciosos, como los que desembocaron en la Constitución de 1978. La ley de leyes cumple hoy 41 años en un contexto político de fuerte fragmentación, con un grupo potente de ultraderecha y las formaciones independentistas con su bandera del derecho a decidir en Cataluña. Todo ello incide en el principal texto del ordenamiento jurídico español. Las propuestas de reforma del PSOE, el partido que desde hace años más  iniciativas ha elaborado sobre artículos a añadir y a suprimir, junto a las demandas del PP y de Ciudadanos, aunque en otro sentido, no tienen ningún viso de salir adelante. Ni siquiera hay indicios de que se vaya a intentar, al menos en la gran mayoría del texto. El deseo de Vox de suprimir el Estado autonómico induce al resto de los partidos a no hacer ningún movimiento que no sea el de la defensa de la Constitución tal como está.

Muy en serio se había tomado el candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, su oferta electoral de cambiar el modo de acceder a la jefatura del Ejecutivo para evitar el bloqueo ya vivido por dos veces, en 2016 y 2019. Es posible que vuela a plantearlo, pero no hay visos de que pueda conseguir la mayoría imprescindible para sacarla adelante. Si nunca hubo un caldo de cultivo favorable para la reforma de la Constitución, ahora se antoja imposible. En esta ocasión la división no es exclusivamente entre bloques sino que en muchos aspectos el PSOE y el PP tienen más puntos en común que los que pudieran compartir con sus, aparentemente, aliados. La consigna de no hacer cambios drásticos en tiempo de tribulación se cierne sobre la XIV Legislatura, aunque el primer objetivo sea que una mayoría consiga sacar adelante la investidura del presidente del Gobierno.

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Cuando hoy se reúnan los líderes políticos para celebrar este 41º cumpleaños de la Constitución, se escuchará del PSOE, del PP, de Ciudadanos y de Unidas Podemos una defensa a ultranza del espíritu y la letra de la Ley Fundamental. También Ciudadanos e incluso Unidas Podemos creen que la presencia de los 52 diputados de Vox y su discurso contra aspectos fundamentales de la ley de leyes truncan cualquier posible debate sobre la reforma constitucional. Por otro lado, están los grupos independentistas, que no la consideran como algo propio.

Atrás queda el tiempo en que el partido de Pablo Iglesias rechazaba de plano el marco legal de 1978. Ahora ha adoptado la Constitución como libro de cabecera, para denunciar todo lo que  considera que se incumple. “En la actual configuración de las Cortes lo que se impone es la defensa de la Constitución porque puede sufrir ataques graves”, señalan fuentes de la dirección del PP. Ahora “hay que defenderla”, añaden. Esta consideración se refiere tanto a Vox como a los partidos independentistas, aunque en público también incluyan a Unidas Podemos.

En el PSOE tienen preparadas propuestas muy elaboradas sobre cambios constitucionales, pero ahora lo primero es “cumplir” la Ley Fundamental “ayudando a formar Gobierno”, señalan fuentes socialistas. “A corto plazo, defenderla de radicales y de sectarios que quieren apropiársela para usarla como arma arrojadiza”. Estas fuentes socialistas aluden al “medio plazo” como objetivo para plantear algunas reformas “con los consensos necesarios”. Con pesar, el PSOE ve lejano abordar una reforma constitucional y estatutaria que considera que podría encauzar la crisis con Cataluña, aunque afectaría también a otras comunidades autónomas.

Las propuestas recentralizadoras de Vox incomodan también al PP. El partido de Abascal, indispensable para que los populares mantengan el poder en las comunidades de Andalucía, Madrid y Murcia, los critican, sin embargo, por su defensa del Estado autonómico frente a la España recentralizada que propugna Vox.

Abascal aboga por acabar con las autonomías

No hay duda sobre las tesis de Vox en torno al Estado de las autonomías. En sus documentos está explicado sin eufemismos. En su intención está “transformar el Estado autonómico en un Estado de derecho unitario”. Esa unicidad debe traducirse en “un solo Gobierno y un solo Parlamento para toda España”.

La recentralización de las competencias más relevantes al Estado central es otra de sus propuestas. Antes de acabar con el Estado autonómico, Vox plantea que las autonomías devuelvan al Estado las competencias de sanidad, educación y seguridad. Y que se disuelvan las policías autonómicas.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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