El empleado que buscas ya trabaja en tu empresa
Ante el déficit de profesionales TIC, algunas compañías optan por enseñar a sus trabajadores las habilidades que necesitan para cubrir sus necesidades
La tasa de paro en España viene disminuyendo desde hace cuatro años y se sitúa en torno al 18%, lejos todavía de alcanzar la cifra previa a la crisis, que apenas alcanzaba la mitad. Con este panorama, resulta extraño que miles de puestos de trabajo relacionados con el sector TIC (tecnologías de la información y la comunicación) no lleguen a cubrirse. Las plataformas cada vez más específicas que necesitan las empresas les llevan a buscar perfiles inexistentes en el mercado y muchos profesionales no han sabido subirse a la ola digital. Algunas compañías optan por enseñar a sus empleados las habilidades que necesitan para cubrir sus necesidades.
- Faltan profesionales
Empecemos por el problema antes de abordar la solución: un estudio de Adecco prevé un incremento en la demanda de perfiles tecnológicos de un 10% en los próximos tres años y otro de Randstad revela que antes de 2022 se crearán en España casi 400.000 nuevos empleos directamente relacionados con el ámbito STEM (siglas que hacen referencia a disciplinas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), aunque la mitad de las empresas ya tiene problemas para cubrir vacantes en este tipo de puestos.
A pesar del incremento de oportunidades en el sector, este último informe calcula que se reducirán en más de un 3% anual los estudiantes de estas materias. Para Valentín Bote, director de Randstad Research, una de las principales razones de que la oferta y la demanda no vayan en el mismo sentido es la reducida flexibilidad del sistema educativo. “Quizá no estemos potenciando suficientemente el atractivo de las carreras tecnológicas a través de la formación que se da a los estudiantes en sus primeros años”, reflexiona.
A este problema se suma la falta de habilidades digitales de los trabajadores más veteranos, presente en mayor medida en las grandes multinacionales. “Las compañías han de preocuparse de poner en marcha iniciativas de formación con apoyo ejecutivo”, defiende Gustavo Loewe, director regional de Qlik en España. “Porque no es solo un problema empresarial. Existe una relación directa entre las posibilidades de desarrollo personal y profesional de un empleado y su alfabetización digital”.
Con todo, Bote considera que hay factores que permiten ser optimistas. Pero aunque España sea uno de los países con mayor penetración de smartphones y sus empresas reaccionen con dinamismo ante la transformación digital, la pérdida de interés de los jóvenes en profesiones más técnicas sumada a la escasa alfabetización digital en las plantillas supone un reto que las compañías deben afrontar cuanto antes.
- Una decisión corporativa
Uno de los sectores que ha decidido apostar más fuerte por la formación interna ha sido el de la consultoría. La firma KPMG combina lo que aprenden sus empleados de compañeros más experimentados con una serie de programas y cursos MOOC (siglas inglesas que hacen referencia a los cursos online masivos y abiertos) basados en un modelo flexible que permite a cada trabajador elegir cuándo y cómo aprender.
Eva Astorga, responsable de aprendizaje digital de KPMG en España, afirma que para que la transformación de las personas ocurra “es fundamental considerar los diferentes puntos de partida de cada profesional, así como el rol que lleva a cabo en la organización en la actualidad y a futuro”. Astorga destaca el retorno de la inversión en formación. “Las opciones de carrera profesional que ofrecemos son determinantes para la atracción de talento, sobre todo de jóvenes que buscan un entorno donde crecer y desarrollarse profesionalmente”.
Pero no solo las grandes apuestan por la formación interna. Check-it es una startup financiera en la que sus 12 empleados tienen libertad para elegir un tema de formación y destinar 10 horas semanales a formarse de manera autodidacta en plataformas como Coursera o Udacity. “Los procesos de contratación requieren tiempo, esfuerzo, recursos… y a veces no salen bien”, explica José Ferrer, fundador y CEO de Check-it. “Muchas veces, si ofreces una oportunidad a alguien de tu equipo y le permites dar un giro a su carrera, obtienes mejores resultados”.
Si ofreces una oportunidad a alguien de tu equipo, obtienes mejores resultados
José Ferrer, CEO de Check-it
Ferrer coincide con Astorga en que la plantilla es la primera que agradece esta solución. “Para ellos es otro tipo de remuneración, se sienten más integrados, están más contentos con su desempeño e incluso enseñan lo que han aprendido a otros miembros del equipo”.
- Soluciones de formación interna
La idea de que las empresas den cursos de formación especializada a sus trabajadores suena bien, pero para hacerlo deben contar con las herramientas adecuadas. La sociedad de la información en la que nos desenvolvemos a diario pone la enseñanza a disposición de cualquiera y concede al empleado la oportunidad de aprender de forma rápida y con todo tipo de recursos.
Un ejemplo de facilitador de recursos es Infinity, un programa desarrollado por Alumne, una compañía especializada en generar entornos de autoformación que tiene el propósito de cambiar los procesos de enseñanza en las grandes empresas. Su modelo de negocio se basa en una suscripción de contenidos a cambio de una cuota mensual. En este sentido, su CEO, Guillermo García, lo define como el Netflix de la formación. Las corporaciones interesadas pagan unos cinco euros al mes por cada empleado que utilice la plataforma. Los cursos estrella de Infinity son los relacionados con software, ofimática y habilidades tecnológicas en general, y nada lleva a pensar que vaya a caer la demanda.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.