El precio de no tener nutricionistas en la sanidad pública
Uno de cada cuatro pacientes hospitalizados en España está en riesgo de desnutrición, un porcentaje que incrementa hasta el 37% si los enfermos son mayores de 70 años
España tiene el dudoso honor de ser el único país de la Unión Europea que no incluye a los dietistas y dietistas–nutricionistas (D-N) dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS) en la mayor parte de sus comunidades autónomas. Los dietistas son los técnicos en nutrición (TSD) y los dietistas-nutricionistas somos los diplomados o graduados en nutrición, por aclarar y por usar los acrónimos durante el artículo, no con ningún fin titulista.
En 2003, la Unión Europa desarrolló, a través del Consejo de Europa, la necesidad de una atención nutricional en el marco hospitalario de manera o...
España tiene el dudoso honor de ser el único país de la Unión Europea que no incluye a los dietistas y dietistas–nutricionistas (D-N) dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS) en la mayor parte de sus comunidades autónomas. Los dietistas son los técnicos en nutrición (TSD) y los dietistas-nutricionistas somos los diplomados o graduados en nutrición, por aclarar y por usar los acrónimos durante el artículo, no con ningún fin titulista.
En 2003, la Unión Europa desarrolló, a través del Consejo de Europa, la necesidad de una atención nutricional en el marco hospitalario de manera obligatoria. Fundamentalmente, para prevenir e identificar las causas de la desnutrición, además de una valoración nutricional de los pacientes. La obligatoriedad de que tanto la nutrición y la nutrición artificial (enteral y parenteral) fuese llevada por TSD y D-N. Tanto es así que la European Nutrition for Health Alliance (ENHA) se fundó con el objetivo de centrarse en la desnutrición, y para ello se proponía establecer una agenda conjunta de los países de la Unión Europea para desarrollar estrategias sanitarias en torno a la desnutrición y su prevención y su tratamiento. Dicha estrategia es la Together for Health: a Strategic Approach for the EU 2007-2013 y, de nuevo, se hizo hincapié en la necesidad de sistematizar el cribado nutricional obligatorio como paso indiscutible para luchar contra la desnutrición.
En España, según establece el Real Decreto 184/2015 de 13 de marzo, los D-N somos profesionales sanitarios estatutarios con la categoría A2 y los TSD con la categoría C1. Esto es lo que dice la ley. Otra cosa es la presencia que tenemos en los hospitales públicos y en atención primaria.
Las principales causas de muerte en el mudo son las enfermedades crónicas no trasmisibles (ENT), debido a la mayor esperanza de vida que ha acabado provocando un envejecimiento de la población. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), estas se cobran el 74% de las muertes a nivel mundial. Entre las ENT más comunes se encuentran las enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias crónicas y diabetes mellitus (DMII). Al no integrar la figura de los TSD y los D-N en la atención primaria, estas enfermedades se tratan desde la farmacología, es decir, se hace un abordaje intervencionista y no preventivo, en vez de atajarlo desde una adecuada alimentación. El tratamiento farmacológico no se asocia a una mayor supervivencia y expone a los pacientes a complicaciones y efectos adversos como la desnutrición.
La mayor parte de los medicamentos que se prescriben están relacionados con patologías que mejorarían con una pauta nutricional adecuada. Las enfermedades más comunes que se medican son hipertensión, hipercolesterolemia y diabetes tipo II. Además de la mejora que supone tener una población más sana y no polimedicada, supondría un ahorro económico. En líneas generales, la inserción de los TSD y D-N puede suponer un ahorro de hasta 99 € por cada euro invertido en tratamiento dietético.
Lo últimos datos en España señalan que uno de cada cuatro pacientes hospitalizados está en riesgo de desnutrición o es desnutrido (23,7%) y que este porcentaje se incrementa hasta el 37% si los pacientes son mayores de 70 años. Los más afectados son aquellos con enfermedades neoplásicas (35%), del sistema cardiovascular (29%) y respiratorio (28%).
El cáncer ya es la segunda causa de muerte en España en población general, según los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Además, uno de cada dos pacientes con cáncer va a sufrir desnutrición en su propio ingreso hospitalario. La desnutrición altera las propiedades de los fármacos y su acción, por lo que se aumenta la dosis y esto produce mayor toxicidad, por lo que se incrementan los ciclos de tratamiento o incluso el abandono de este por ineficacia. Hacer un cribado nutricional previo reduciría los costes económicos, disminuiría los días de ingreso, la posibilidad de reingreso y, sobre todo, la mejor eficacia de los tratamientos que sufren los enfermos.
Si se hiciese un cribado del estado nutricional en el momento del ingreso hospitalario, se podría prevenir o tratar la desnutrición, y abordar el tratamiento de una forma más integral y efectiva. Adicionalmente, se cumpliría con los estándares propuestos por la OMS y la UE.
La inserción de la figura de los TSD y los D-N, además de darnos el lugar que nos pertenece, supondría un acceso para toda la población, ya que, al no estar dentro de la sanidad pública, nos vemos obligados a ejercer de forma privada y son precisamente los menos adinerados los más proclives a desarrollar hábitos alimentarios inadecuados y, por tanto, a desarrollar patologías crónicas. La salud depende de muchos factores y el contexto socioeconómico es uno de ello. Como dice Rafael Cofiño Fernández, el que fue consejero de Salud en Asturias, “tu código postal es más importante para tu salud que tu código genético”.
En comunidades como Cataluña, Valencia, Baleares, Navarra, Murcia, Castilla-León, La Rioja, Aragón, País Vasco y, recientemente, Galicia, ya están creadas las categorías profesionales para los TSD, y D-N, y esperemos que poco a poco se vayan sumando más comunidades y más profesionales de la nutrición. Es necesario que la salud deje de tener un abordaje paternalista, y este sea preventivo y accesible a todos, independientemente del poder adquisitivo.
NUTRIR CON CIENCIA es una sección sobre alimentación basada en evidencias científicas y en el conocimiento contrastado por especialistas. Comer es mucho más que un placer y una necesidad: la dieta y los hábitos alimenticios son ahora mismo el factor de salud pública que más puede ayudarnos a prevenir numerosas enfermedades, desde muchos tipos de cáncer hasta la diabetes. Un equipo de dietistas-nutricionistas nos ayudará a conocer mejor la importancia de la alimentación y a derribar, gracias a la ciencia, los mitos que nos llevan a comer mal.
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