Un frasco viral y una fragancia adictiva: así se construye un éxito en perfumería
Paco Rabanne recoge la suntuosa versión femenina de uno de los perfumes más exitosos de nuestro tiempo. Busca volver a conectar con el público joven tras unos meses de sentidos aletargados.
La tradición de perfumarse también se ha visto tocada por la pandemia al limitarse la interacción social. La mitad de los que se rociaban con fragancias, ahora afirman hacerlo con menos frecuencia, según la consultora NPD. Se vislumbran chispas de esperanza: el sector no ha sido el más afectado dentro de la belleza y adelanta posiciones entre los jóvenes y en el canal digital, en el que las ventas crecían en 2020 un 32,5%, según la ...
La tradición de perfumarse también se ha visto tocada por la pandemia al limitarse la interacción social. La mitad de los que se rociaban con fragancias, ahora afirman hacerlo con menos frecuencia, según la consultora NPD. Se vislumbran chispas de esperanza: el sector no ha sido el más afectado dentro de la belleza y adelanta posiciones entre los jóvenes y en el canal digital, en el que las ventas crecían en 2020 un 32,5%, según la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa). Aún así, la industria tiene por delante el desafío de volver a enamorar a un consumidor que será distinto tras la covid: «Quizá querremos ser más excesivos», afirma Anne Flipo, nariz del último perfume de la saga Lady Million de Paco Rabanne, Fabulous, una versión más exuberante del clásico. «Volveremos a encontrar el placer de perfumarnos para los demás y nos tentará agregar unas pulverizaciones extra».
La creadora también estuvo detrás del primer Lady Million que se lanzó en 2010 y supo captar el gusto de entonces: «Fue el perfume de la máxima seducción, elegante pero ultrasexy; muy en línea con la feminidad de la década». Como su variante masculina, 1 Million, en pocas semanas se atrincheró en los primeros puestos de los jugos más vendidos en varios países, entre ellos España. Juntos atomizaron las fiestas de toda una generación y se hicieron un hueco en el vademécum de Lizzie Ostrom, Perfume. A Century of Scents, que los definía así: «Parecen dientes de oro en una película de gánsteres. Estos jugos chispeantes y divertidos invitan a una chica a bromear con un chico, a chasquear los dedos para conseguir lo que quiere».
El triunfo llegó por una suma de factores que contaban una historia: «Era adictivo y fue sublimado por el nombre, la campaña y el frasco», señala Flipo. Este último, obra del diseñador francés Noé Duchaufour-Lawrance, se inspira en el diamante Regente que se conserva en el museo del Louvre. El nuevo miembro de la familia mantiene las formas, pero se acicala con strass para enfatizar ese exceso oriental y solar, más acorde con los tiempos. «El significado de ‘éxito’ es diferente hoy, por eso quise trabajar con un sentimiento de felicidad, con sonrisas y la proyección de las fiestas que nos perdemos». Simona Kunst, protagonista de este reportaje, es la imagen del lanzamiento junto a Londone Myers. «Ya no va solo sobre ti, sino sobre ser una de esas personas de las que gusta rodearse porque hace sentir bien a los que están al lado», dice la modelo. Este mantra y la promesa de futuros bailes son la alquimia con la que atraer a nuevos seguidores.