«¡Me obligó a crearme un perfil en Instagram!»: la modelo Luma Grothe se sincera para Paco Rabanne
La también actriz, embajadora de la fragancia Olympea Blosson de la firma, desvela además cuál fue su primer cosmético, nada convencional.
Un milénico o un miembro de la generación Z sin Instagram resulta un rara avis. De los mil millones de usuarios de la plataforma, el 71% tiene menos de 35 años. O, lo que es lo mismo, 710 millones de personas nacidas a partir de 1985 comparten y consumen contenido en esta aplicación. Las modelos más conocidas no viven ajenas al fenómeno y cuentan con sus propios perfiles, en los que suman miles de seguidores. Es el caso de la modelo y actriz Luma Grothe, con 323.000 admiradores pendientes de sus publicaciones. Y, sin embargo, estuvo a punto de no crearse una cuenta.
Preguntada ...
Un milénico o un miembro de la generación Z sin Instagram resulta un rara avis. De los mil millones de usuarios de la plataforma, el 71% tiene menos de 35 años. O, lo que es lo mismo, 710 millones de personas nacidas a partir de 1985 comparten y consumen contenido en esta aplicación. Las modelos más conocidas no viven ajenas al fenómeno y cuentan con sus propios perfiles, en los que suman miles de seguidores. Es el caso de la modelo y actriz Luma Grothe, con 323.000 admiradores pendientes de sus publicaciones. Y, sin embargo, estuvo a punto de no crearse una cuenta.
Preguntada con motivo de la campaña publicitaria de la fragancia Olympea Blossom por la primera foto que subió a Instagram, la maniquí responde: «Yo con mi agente. ¡Me obligó a crearme un perfil en Instagram!», se ríe sobre el suceso. En el vídeo también responde a otras preguntas, como su primer concierto (The XX en Londres), la mujer a la que más admira (su madre) o cuál fue su primer cosmético. La respuesta aquí sorprende. «Una cereza roja que solía presionar contra mis labios para pintarlos bien rojos. Tenía unos cinco años».
En referencia a la fragancia, ha destacado que invita a las mujeres a florecer (traducción de la palabra blossom), a ser ellas mismas. Y las anima a hacerlo a diario, pues no se trata de un acto único, sino de un viaje. «Se repite, como una flor cada primavera», concluye.