Mayor estrés y esfuerzo no recompensado: por qué ser ‘multitasking’ y versátil en el trabajo no es tan buena idea
Además de sufrir un agotamiento y pérdida de concentración constante, las personas que deben hacer muchas cosas a la vez no suelen recibir una remuneración acorde por parte de su empresa.
Quien haya tenido que enfrentarse a una búsqueda de empleo se habrá encontrado alguna vez entre los requisitos para acceder a un puesto conceptos como «saber trabajar bajo presión» o “capacidad multitasking”. Términos a los que los candidatos se intentaban adaptar para poder ser elegidos y demostrar sus amplias destrezas, pero que con el tiempo se ha ido viendo que esconden un gran coste para la salud mental de los trabajadores y para su desempeño profesional.
El primero —y que han señalado varios investigadores— es que la multitarea sostenida en el tiempo conlleva una pérdida de memoria y una merma en la capacidad para prestar atención. Tal y como explica a S Moda el psicólogo especialista en Psicología Cognitivo Conductual Tomás Santa Cecilia, querer abarcar muchas tareas a la vez termina siendo contraproducente: “Los estudios que se han llevado a cabo al respecto vienen a demostrar que en la multitarea lo que haces es estresar nuestro sistema nervioso central, concretamente, el cerebro. A lo largo de la historia, las sociedades se han guiado por falsas creencias o mitos y, precisamente, existe en nuestra cultura una falsa creencia de que la multitarea es efectiva. Lo que estamos viendo es que la gente que lleva muchas tareas a la vez durante un período continuado en el tiempo, lo que termina es totalmente agotada y estresada”.
Según indica Santa Cecilia, el estrés laboral es, hoy en día, una de las principales causas de consulta psicológica entre personas en edad de trabajar. Por ello, este profesional ve necesario tomar medidas para conseguir una organización de las tareas más razonable y evitar que nuestra atención vaya saltando constantemente de un lugar a otro. “Lo primero es reconocer que la multitarea no es eficiente. Es efectiva (porque asumes que estás haciendo mucha cosas), pero no es eficiente. Realmente lo que consigue es ir mermando nuestra energía y nos crea agotamiento y un sentimiento de frustración constante”, indica. “También hemos de ser conscientes de que llevamos un ritmo de vida que es el que marca la tecnología y las máquinas. Pero es que nosotros no somos ordenadores, el ser humano no puede estar disponible 24 horas los siete días de la semana. Por lo que es fundamental pautarse unas horas al día para descansar”.
Bueno para la empresa, pero no para el trabajador
Otra desventaja para los perfiles que se ven obligados a cometer muchas tareas y muy diversas es que asumen un volumen de trabajo y unas responsabilidades que rara vez son reconocidas por la empresa. Ser versátil puede resultar muy positivo para la empresa, ¿pero lo es realmente para el empleado? ¿Se les ofrece un puesto y una remuneración específica por este motivo?
Marc Tierz, director de Marketing y Comunicación de etalentum, una consultora de headhunting y selección de personal, indica que esta cualidad puede convertirse en un arma de doble filo, de forma que los empleados muy versátiles no consigan crecer profesionalmente, enfocar su carrera o llegar especializarse como deberían. Por ello, algunas empresas comienzan a cuestionarse estas dinámicas: “El multitasking sigue ahí. Se sigue solicitando la capacidad de realizar múltiples tareas y de ser autónomo, pero es cierto que ha entrado en recesión” recuerda. “Personalmente, cuestiono lo eficiente de dedicar, por ejemplo, el tiempo de un profesional formado en una disciplina concreta, a otra tarea de valor inferior para la que no ha recibido la misma formación y en la que invertirá más tiempo o la hará peor, dejando de dedicar ese tiempo a aquello en lo que realmente destaca”.
A pesar de ser una tendencia a la baja, la multitarea, según explica Tierz, aún está muy presente en ciertas áreas como el marketing o los puestos comerciales, donde se les exige saber un poco de todo para conseguir abarcar cuantos más aspectos del negocio mejor. Pero en otros sectores no estaría tan justificado. “Hay autores como Nicholas Carr que afirman que el hecho de dedicarnos a múltiples tareas hace que nuestro cerebro se adapte a esa gestión de tareas (algo muy operativo), perdiendo capacidad de pensar profunda y creativamente. Esto, de ser cierto, es nefasto para directivos, diseñadores, publicistas o desarrolladores de producto”, explican desde etalentum.
Mónica Segura, Associate Director de Robert Walters, multinacional especializada en búsqueda y selección de mandos intermedios y directivos, también señala que las empresas ya no utilizan el término multitasking de forma mayoritaria y que es una habilidad que ha ido sufriendo un cambio de percepción con los años: “Lo que antes se veía como una cualidad que podría servir para que los profesionales fueran más rápidos a la hora de cumplir sus tareas, con mayor productividad y capacidad de asumir más responsabilidad, con el tiempo se ha demostrado que lleva asociado un nivel de estrés es superior y que es imposible, incluso a nivel cerebral, atender a dos tareas al mismo tiempo”.
Ahora que el multitasking puede causar recelo por parte de los futuros empleados y ser percibido como un requisito con connotaciones negativas, las empresas se enfocan en otro tipo de conceptos. “Actualmente”, explica Segura, “se buscan más las habilidades profesionales relacionadas con el entorno VUCA, como son la creatividad, el trabajo en equipo, la resiliencia, la actitud positiva ante las adversidades y la incertidumbre. También la capacidad de aprendizaje constante, el autoconocimiento y la toma eficaz de decisiones. El concepto más parecido a multitasking estaría relacionado con la versatilidad, flexibilidad, capacidad de trabajar bajo presión y estrés, pero realizando la tarea con calidad y de forma rápida y eficiente”.
Una cuestión fundamental para alguien al que se le han asignado múltiples tareas, es cómo transmitir correctamente a los superiores que esa dinámica está siendo perniciosa para su salud sin que parezca que se quiere escaquear de sus obligaciones. En este sentido, el psicólogo Tomás Santa Cecilia indica que, por un lado, “es importante aprender las reglas de la asertividad — saber decir las cosas sin herir a los demás— y, por otro, aprender a poner límites y decir no: “Es una de las grandes dificultades que tenemos los seres humanos, decir que no. Hay que reconocer que nuestra persona, nuestra capacidad y energía, tiene límites. Entonces, en un momento dado, no pasa nada por decir en el trabajo que no puedo hacer algo y plantearlo en estos términos: Dime, por favor, lo que corre más prisa, porque a todas estas tareas no llego hoy”.
Una necesidad que también apunta la experta en selección de personal, Mónica Segura: “En el caso de que esto ocurra, el profesional deberá desarrollar más habilidades relacionadas con la resiliencia y la capacidad de poner límites o levantar la mano cuando abordar todo el trabajo se haga realmente imposible”.
Para reducir esa sensación de estrés que genera el multitasking, además de realizar listados de tareas pendientes, interiorizar el descanso como algo irrenunciable y priorizar actividades, el psicólogo también aconseja programar el tiempo que vamos a dedicar a cada actividad y, después, disfrutar de la tarea terminada. “Decirnos: ‘Bueno, pues he hecho esto. Fantástico. Qué bien me ha salido’. Y dedicar dos minutos a respirar, descansar, y a tomar conciencia de que hemos terminado algo antes de enfrentarnos seguidamente a otra cosa”.
Santa Cecilia recuerda que es fundamental comenzar a poner en práctica estas normas de prevención para conseguir mejorar nuestro bienestar y evitar llegar a una situación inviable para la salud mental: “Al final, terminamos en urgencias y es un profesional quien tiene que decirnos que debemos coger una baja porque estamos agotados”.
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