Científicos descubren unas bacterias marinas con gran potencial para degradar petróleo
Pertenecientes a la familia de las proteobacterias-gamma, están permitiendo digerir el crudo del vertido del golfo de México más rápido de lo previsto
Un mes después del vertido de petróleo en el golfo de México, un grupo de científicos del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley de EE UU comenzó a analizar la actividad marina en una columna de crudo formada a más de 1.000 metros de profundidad, a 16 kilómetros del centro del pozo averiado. Los expertos, dirigidos por el ecólogo microbiano Terry Hazen, han descubierto que las bacterias en las profundidades marinas, encabezadas por una nueva especie sin clasificar, están degradando el petróleo más rápido de lo previsto, lo que puede ser de vital importancia en la recuperación de la zona, según publica hoy la revista Science.
El análisis y la secuencia del ADN de estas muestras de agua han revelado que, a diferencia de muchas otras bacterias que digieren petróleo, las bacterias de la familia de las proteobacterias-gamma, que viven en temperaturas frías, no parecen usar el oxígeno de la columna de agua. Por este motivo, los métodos convencionales que han estudiado la biodegradación natural basando sus cálculos en los niveles de oxígeno pueden haber pasado por alto la contribución de estas bacterias marinas.
"Nuestros resultados muestran que la afluencia de crudo ha alterado profundamente la comunidad microbiana mediante un significativo estímulo de las proteobacterias-gamma psicrófilas de las aguas profundas, que están estrechamente relacionadas con microbios conocidos como degradantes del petróleo", ha señalado Hazen. Los psicrófilos son aquellos microorganismos capaces de vivir a temperaturas inferiores a 5 grados centígrados. "Este enriquecimiento de microorganismos degradadores de petróleo psicrófilos, con su rápida tasa de biodegradación del petróleo, parece ser uno de los principales mecanismos detrás de la rápida disminución de la columna de hidrocarburos", ha agregado.
Los científicos creen que la nueva especie podría pertenecer a la familia de las oceanospirillales.
Hazen, que ha analizado otros vertidos anteriormente, comenzó las investigaciones con su equipo el pasado 25 de mayo, casi un mes después de que se produjera el accidente de la plataforma Deepwater Horizon, el 23 de abril. Los resultados se basan en el análisis de más de 200 muestras de agua de las profundidades procedentes de 17 sitios distintos, entre el 25 de mayo y el 2 de junio pasados.
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