Empieza el retorno de los evacuados por el volcán de La Palma: “Está todo lleno de ceniza, es muy triste”
En torno a un millar de los más de 7.000 desalojados puede regresar a sus casas desde este lunes. No hay plazos concretos para el resto de desplazados
Abraham Rodríguez tiene una sensación agridulce mientras regresa a su casa con los muebles que retiró por miedo a que se la tragase la lava del volcán de La Palma. “Por un lado estoy contento, tenía muchas ganas de volver. Por otro, estoy muy triste por familiares que vivían cerca de aquí y que lo han perdido todo”, cuenta este estudiante de 18 años, cuya familia vive en Las Martelas, un barrio de Los Llanos de Aridane que fue evacuado por la erupción. Es una entre el millar de personas que desde este lunes pueden regresar a sus viviendas, ...
Abraham Rodríguez tiene una sensación agridulce mientras regresa a su casa con los muebles que retiró por miedo a que se la tragase la lava del volcán de La Palma. “Por un lado estoy contento, tenía muchas ganas de volver. Por otro, estoy muy triste por familiares que vivían cerca de aquí y que lo han perdido todo”, cuenta este estudiante de 18 años, cuya familia vive en Las Martelas, un barrio de Los Llanos de Aridane que fue evacuado por la erupción. Es una entre el millar de personas que desde este lunes pueden regresar a sus viviendas, evacuadas hace meses por la crisis volcánica. Es una pequeña parte del total de desalojados, más de 7.000.
La erupción, que comenzó el 19 de septiembre, finalizó el 13 de diciembre y las autoridades certificaron el cese de la actividad volcánica el día de Navidad. “Desde entonces trabajamos en el retorno de los evacuados a sus casas”, dicen fuentes del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca). Este lunes ha empezado ese proceso, tanto al sur como al norte de la colada, en núcleos poblacionales en los términos municipales de El Paso, Tazacorte, Los Llanos de Aridane y Fuencaliente. Son una parte de Tacande y Tajuya, Las Martelas, La Condesa, Marina Alta, Marina Baja, Las Cabezadas (zona de campo de fútbol y cementerio) y El Charco. El retorno se produce a cuentagotas, con la mayor parte de los vecinos comprobando el estado de sus casas o, como Rodríguez, en plena mudanza.
“La semana pasada acudí con la Unidad Militar de Emergencias (UME) y otros vecinos a que midieran si los gases permiten volver a mi casa. Los resultados fueron buenos”, cuenta Pascual Sánchez sobre su vivienda en El Charco (en Fuencaliente). Este carpintero de 50 años calcula que volverá definitivamente el miércoles, después de limpiar a fondo y reparar algunos desperfectos “provocados por los terremotos”.
El Comité Científico presentará en los próximos días “una nueva propuesta de delimitación del perímetro para el posible realojo de población de otras zonas o núcleos poblacionales”, explica el Gobierno de Canarias en una nota de prensa. De momento, el Pevolca no especifica a cuántos evacuados beneficiará el nuevo perímetro ni se marca plazos para nuevos retornos masivos. Cuando se certifique el regreso de este millar de personas a sus casas, quedarán casi 4.000 esperando a volver —2.329 perdieron su residencia bajo la lava—. “El Comité Director recalca que mientras no se den las condiciones de seguridad necesarias no se podrá autorizar el regreso de personas al resto de las zonas evacuadas por la emergencia”, explica el Ejecutivo. De momento, según los cálculos del Gobierno autonómico, solo se han entregado 30 viviendas a personas desalojadas.
“Es una sensación muy rara. Toda la casa está llena de ceniza, muy sucia. Es muy triste”, añade Rodríguez, que atiende la llamada de EL PAÍS en plena mudanza junto a su familia. Almacenaban buena parte de los muebles y sus pertenencias en un apartamento, pero otra porción se quedó en la casa invadida por la arena volcánica. “Era un riesgo dejar cosas ahí, pero teníamos la esperanza de que la lava no llegase”. En sus 85 días de destrucción, las coladas alcanzaron 1.218,87 hectáreas de la isla, en un perímetro de 68,9 kilómetros. Arrasaron 1.676 edificios —de los que 1.345 son viviendas—, 73,8 kilómetros de carreteras y 370 hectáreas de cultivos —228,7 de plataneras—.
El Pevolca explica que este primer millar de evacuados puede regresar desde este lunes, pero eso no significa que lo vayan a hacer todos de golpe. Dependerá de que sus viviendas sean habitables y que los suministros básicos funcionen. Durante este lunes operarios públicos y miembros de la Cruz Roja han acompañado a los evacuados a comprobar el estado de sus residencias. Algunos, de momento, prefieren seguir donde habían encontrado cobijo, al menos hasta que consigan adecentar sus casas.
Responsables del Plan indican a los evacuados que regresan que no deben acceder a espacios bajo rasante, como garajes, trasteros o sótanos, entre otros, sin que se haya realizado una medición de gases previa. “También es importante que las personas acudan a las viviendas siempre acompañadas y que se evite cualquier fuente de ignición hasta que la edificación esté ventilada, para lo que es necesario abrir puertas y ventanas y esperar 15 minutos antes de acceder al interior”, añade el Plan de Emergencias Volcánicas. Los evacuados también deben asegurar que en sus viviendas no han aparecido abombamientos, deformaciones o grietas en muros o techos, “en cuyo caso se debe informar al Ayuntamiento para que este haga la inspección correspondiente”.
Las tareas de limpieza en la zona de exclusión comenzaron cuando la erupción se dio por finalizada. Rodríguez asegura que la superficie que le parece más despejada de ceniza son las carreteras, lo que no impide que el barrio parezca “un lugar abandonado”, al que regresa 76 días después de ser evacuado el 19 de octubre, un mes después del comienzo de la erupción.
“Liberar las vías de comunicación era una de nuestras prioridades”, indican fuentes del Pevolca. En esa misma línea avanzan los trabajos de retirada de la lava en el cruce de La Laguna, en el municipio de Los Llanos de Aridane, donde actualmente se está llevando a cabo el allanamiento de la zona y se está tratando de abrir un hueco para acceder a la carretera que baja a Las Marinas.