El camionero que encontró a la víctima de la violación de Igualada, en el juicio: “Tenía sangre y temblaba. Le puse una chaqueta”
El tribunal enfatiza la protección de la joven y la exime de volver a declarar en la vista oral por agresión sexual y tentativa de asesinato contra Brian Raimundo C.
Ramón fue la primera persona que encontró a la menor de edad que, a primera hora de la mañana del día de Todos los Santos de 2021, fue víctima de una brutal agresión sexual en un polígono industrial de Igualada (Barcelona) cuando salía de una discoteca. Aunque era un día festivo, el hombre conducía su camión para llevarlo a la nave de su empresa. Ya amanecía cuando, desde la cabina, vio el cuerpo de una “niña” tirado sobre el asfalto, en posición fetal. Llamó a emergencias, bajó y se acercó a la chica: “Estaba temblando, supongo que de frío. Estaba desnuda de cintura para abajo y con la camisa arrancada. Había mucha sangre. Me saqué la chaqueta de trabajo y se la puse encima”, ha contado en su declaración como testigo en el juicio contra Brian Raimundo C., un joven que entonces tenía 20 años y que está acusado de agresión sexual y tentativa de asesinato.
Brian Raimundo fue detenido cinco meses después de la agresión, tras una investigación exhaustiva de los Mossos d’Esquadra, que examinaron sin descanso cámaras de vigilancia hasta dar con un hilo del que tirar. Desde entonces, el joven, de origen boliviano, permanece en prisión provisional. Su madre le había expulsado de casa por presuntos abusos a una hermana menor y, aunque llevaba unos 15 años en España en situación irregular, carecía, según la investigación, de “arraigo familiar o social”. La Fiscalía pide para él una pena de 45 años de cárcel por agresión sexual y asesinato en grado de tentativa, el pago de una indemnización de 260.000 euros para la chica (que tenía 16 años cuando ocurrieron los hechos) y una pena adicional de 10 años de libertad vigilada cuando haya cumplido la condena.
Doble victimización
El juicio se celebra esta semana en la Audiencia de Barcelona. La declaración de Brian Raimundo estaba prevista este lunes. Pero el tribunal ha aceptado, a petición de su abogado, que lo haga el viernes. La víctima tampoco ha declarado: en un esfuerzo por ahorrarle una doble victimización, el tribunal la ha eximido de ese trámite. La víctima iba a declarar inicialmente por videoconferencia desde una sala distinta. Pero los magistrados han decidido que utilizarán las declaraciones que ya prestó en fase de instrucción como prueba preconstituida, lo que hace innecesario que vuelva a declarar en un esfuerzo por protegerla.
La declaración que en su día prestó la joven, de unos 20 minutos, se ha reproducido a puerta cerrada, solo audible para los jueces, la fiscal y los abogados presentes en la sala. Los funcionarios, además, han colocado un biombo para que Brian Raimundo no pueda verla en el vídeo de la declaración. La presidenta del tribunal, Montserrat Comas, ha recordado que ha prohibido expresamente difundir la identidad o la imagen de la víctima, un veto que este mismo lunes ha hecho extensivo a sus familiares.
Ramón, el camionero, intentó entablar en vano una conversación con la menor, que aun así “estaba consciente”. Le anunció que pronto llegaría una ambulancia (tardó “entre 10 y 15 minutos”). “Ella solamente dijo: ‘no, no, no’. Y nada más”, ha explicado el hombre, que vio sangre seca a la altura de la oreja de la menor y, sobrepasado por la situación, fue a buscar ayuda a una nave cercana, donde también había visto actividad. Encontró a Joaquín, camionero también, y le pusieron otra chaqueta encima. “Recuerdo que tenía frío y estaba llena de sangre. Le salía sangre por la boca, por la nariz, también por abajo...”, ha contado.
Los hechos ocurrieron poco antes de las 7 de la mañana en un polígono cercano a la discoteca Epic. La menor había acudido a una fiesta de Halloween con una amiga, pero había salido de la sala para mantener relaciones sexuales con un chico en una zona apartada. Se dirigía a la estación de tren cuando Brian Raimundo la vio y empezó a seguirla a paso ligero. Según describió en su día el juez instructor del caso, le propinó fuertes golpes en la cabeza y la agredió sexualmente con “sucesivas penetraciones anales y vaginales”, incluida la introducción de “objetos” que le provocaron desgarros internos. La abandonó y la dejó tirada sobre el asfalto de la calle Països Baixos hasta la oportuna llegada de los camioneros, que con su aviso a los servicios de emergencia con toda probabilidad le salvaron la vida.
La víctima no recordaba nada y así lo explicó en su declaración. Lo ha reiterado este lunes Marta (nombre ficticio), la chica con la que salió de fiesta esa noche y que la visitó en el hospital a los pocos días. “Me dijo que no recordaba nada, pensaba que estaba ahí porque había bebido y me pidió si le podía refrescar un poco [la memoria]”. Marta ha recordado que entraron a Epic entre la 1 y las 2 de la madrugada y que discutieron porque su amiga decidió irse con un chico. “Nuestro plan era estar juntas y se separó de mí”. Cuando salió de la discoteca, sobre las 6, la llamó. “Me dijo que iba camino de la estación, así que yo también fui para allí. [La víctima] estaba enfadada y un poco alterada”. Más tarde, cuando volvió a intentar contactar con ella, ya no le respondió. Salvo por la visita al hospital, la relación entre las dos se quebró desde esa noche. “Antes éramos muy amigas, pero después de lo sucedido no he tenido más contacto con ella”.
Lucas (nombre ficticio), el joven con el que tuvo relaciones en el polígono antes de ser agredida, también ha declarado como testigo. “Salimos de la discoteca y tuvimos relaciones en un lugar apartado, al lado de un contenedor. Después me fui a una calle cercana porque me esperaba el padre de un amigo para llevarme a casa en coche. Ella se acabó de subir los pantalones y se fue. No vi hacia dónde iba”, ha declarado el joven, interesado en saber cuánto tiempo iba a llevarle el trámite de su comparecencia ante el tribunal. “¿Tendré que volver algún día más?”, ha preguntado.
El ataque de Igualada provocó intensas manifestaciones de rechazo y puso una presión enorme sobre la unidad de los Mossos especializada en agresiones sexuales, que dedicó cientos de horas a la investigación mientras la familia de la víctima exigía respuestas.
El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.
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