El conflicto Rusia-Ucrania, un caso Kobayashi Maru
Ni siquiera la ficción nos ofrece una salida a semejante problema. Un procedimiento similar al que usó Alejandro Magno con el nudo gordiano
Una ola de insomnio recorre Europa. Qué desnudos llegan los temores de madrugada. Ya saben de lo que hablo.
He visto unos cuantos análisis del conflicto Rusia-Ucrania (yo prefiero llamarlo invasión) y todos se centran en si Putin es comunista o si, por el contrario, es extrema derecha. He visto el vídeo de Marta Flich usando la guerra para hablar de Vox, y he visto el vídeo de unos curas diciendo que la guerra tan mal no está. He visto el pleno del Congreso de los Diputados. Cada uno ha arrimado el ascua a...
Una ola de insomnio recorre Europa. Qué desnudos llegan los temores de madrugada. Ya saben de lo que hablo.
He visto unos cuantos análisis del conflicto Rusia-Ucrania (yo prefiero llamarlo invasión) y todos se centran en si Putin es comunista o si, por el contrario, es extrema derecha. He visto el vídeo de Marta Flich usando la guerra para hablar de Vox, y he visto el vídeo de unos curas diciendo que la guerra tan mal no está. He visto el pleno del Congreso de los Diputados. Cada uno ha arrimado el ascua a su triste sardina.
Y de repente un internauta y animador llamado Maffia Machiaveli dio en el clavo (de los citados, él es el único que no cobra por analizar la actualidad): Esto es un caso Kobayashi Maru.
Si han visto Star Trek saben de lo que hablo. Si no es así, les amplío. En La ira de Khan (segunda película de Star Trek) se recuerda un ejercicio de entrenamiento de la flota estelar. Un carguero civil (el Kobayashi Maru) se halla varado en territorio neutral. De acudir al rescate, se viola el tratado con los klingon, que lanzarán una dura ofensiva. Si no se acude, la Kobayashi Maru sufrirá igualmente la ira klingon. Solo un estudiante salió airoso de la simulación: el capitán Kirk. Pero al enfrentarse a esa situación en la vida real, las cosas son distintas. Son distintas porque Kirk hizo trampas en el ejercicio. Reprogramó el simulador. Ni siquiera la ficción nos ofrece una salida a semejante problema diplomático. Un procedimiento similar al que usó Alejandro Magno con el nudo gordiano. Si en vez de gallineros tuviéramos debates, y en vez de mentiras, tuviéramos fantasía… entonces seguro que encontrábamos una manera de rescatar la Kobayashi Maru.
Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.