‘Silo’ y la buena literatura en la televisión
Apple TV+ es responsable de algunas de las mejores series de los últimos meses. Su apuesta por la calidad tiene un matiz particular: buscan llevar adaptaciones de libros a su máxima expresión
Ha terminado en Apple TV+ una de las mejores series del año: Silo, una propuesta distópica de diez capítulos (que tendrá segunda temporada) protagonizada por una estelar Rebecca Ferguson, muy bien acompañada por Tim Robbins o Common. Se trata de la historia de los últimos 10.000 habitantes de la tierra, recluidos en un silo a 1.000 metros de profundidad, un lugar donde se desarrolla una sociedad muy particular. El nivel de complejidad de los personajes es notorio (olvídens...
Ha terminado en Apple TV+ una de las mejores series del año: Silo, una propuesta distópica de diez capítulos (que tendrá segunda temporada) protagonizada por una estelar Rebecca Ferguson, muy bien acompañada por Tim Robbins o Common. Se trata de la historia de los últimos 10.000 habitantes de la tierra, recluidos en un silo a 1.000 metros de profundidad, un lugar donde se desarrolla una sociedad muy particular. El nivel de complejidad de los personajes es notorio (olvídense del blanco y negro, de los malos malos y los buenos buenos) y el desenlace está lejos de ser reparador, pero sí narrativamente apoteósico. En una época en la que el gusto por lo distópico y lo conspiranoico ha superado ya varios límites, encontrarse con un producto medido, bien escrito y, lo que es más complicado, rematado sin alharacas y con sobriedad se antoja casi una quimera.
Sin embargo, es lo que ocurre con Silo (basada en la trilogía escrita por Hugh Howey) y lo que ha ocurrido antes con otras series de Apple. Su apuesta parece dirigida a ese espacio de calidad en el que confluyen la buena escritura y la acertada puesta en escena. Prueba de esta tradición es, a pesar de algunos excesos, Fundación, basada en la serie de novelas de Asimov; la sorprendente adaptación de Las luminarias o la excelente Slow Horses, que lleva a la pantalla las novelas de espías con humor negro de Mick Herron con un magnífico Gary Oldman y un elenco de secundarios de primer nivel. Lejos de quedarse ahí, la plataforma de la manzana dio su primera oportunidad como showrunner al escritor Dennis Lehane (para un inquietante thriller, Encerrado con el diablo, que escondía en sus capítulos unos diálogos de gran calidad, entre otras cosas).
Silo ha sido durante varias semanas la serie más vista de la plataforma, por delante de una producción que parecía imbatible: Ted Lasso. Es esta última la ficción de Apple TV+ que todo el mundo conoce y no vamos a quitarle mérito ahora, pero está lejos de ser tan redonda como algunas de sus compañeras de cartelera. Es de celebrar que calidad y cierto éxito de público coincida de vez en cuando.
No todos los buenos libros terminan siendo buenas series. Juego de tronos se tomó tantas libertades respecto a la serie de George R.R. Martin que no podemos considerarla en esta categoría. Pero ahí están, por citar unos cuantos ejemplos recientes, en HBO The Leftovers (basado en el libro de Tom Perrotta), las primeras temporadas de El cuento de la criada (Margaret Atwood) o Heridas abiertas (Gillian Flynn); o en Netflix la extraña Las mariposas negras (Mody). La lista podría ocupar varios párrafos. Tampoco la escritura lo es todo y a veces incluso es mejor que no haya libro del que partir, y ahí tenemos ejemplos en todas las plataformas.
Pero esto no pretendía ser nada más que una celebración: la empresa más valorada de la historia (su capitalización bursátil se acerca a los tres billones de euros) ha decidido crear una división de contenidos televisivos en los que la calidad y la buena literatura priman. Alguien se lo está pasando en grande en Apple.
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