‘Clanes’ retrata al narco gallego
Clara Lago y Tamar Novas protagonizan la serie de Netflix que combina una historia criminal con venganza y romance . “El narcotráfico es una de las cosas que en los últimos 30 años definen a Galicia”, dice la productora
Clanes no es la primera serie española ambientada en Galicia y con trasfondo en el narcotráfico. Fariña, Vivir sin permiso u Operación marea negra ya lo hicieron antes. Pero la serie que Netflix estrena este viernes 21 trata de diferenciarse a través del realismo. “Si analizas todas las series y las películas que se han hecho en Galicia, igual el narcotráfico se trata en el 2%. Esto es como lo que dicen del cine español y la Guerra Civil. Primero, el narcotráfico es un tema atractivo, no cabe duda, y ya un subgénero en sí mismo. Y luego, algunas de las producciones ambientadas en el narcotráfico son muy comerciales y de mucho éxito. Pero, además, el narcotráfico es una de las cosas que en los últimos 30 años definen a Galicia, eso es una realidad. El narcotráfico que hay en Galicia no lo ha habido en Murcia o en Cantabria”, dice la productora gallega Emma Lustres, de la compañía Vaca Films, responsable de la serie.
En Clanes, Clara Lago interpreta a Ana, una abogada que deja un reputado bufete en Madrid para mudarse a Cambados, empezar de cero y tratar de entender así una parte de la vida de su padre que desconocía. Allí cruzará su camino con el de Daniel Padín (el actor Tamar Novas), hijo de un importante narcotraficante ahora en prisión y que trata de hacerse cargo del negocio de su padre. La trama combina el deseo de venganza que mueve a Ana, la incipiente relación de amor de abogada y narco y, sobre todo, los negocios del clan Padín, a quienes la policía les pisan los talones.
Creada por el guionista Jorge Guerricaechevarría, la serie tiene sus raíces en la película Quien a hierro mata (2019), dirigida por Paco Plaza y en la que Guerricaechevarria también participó en el guion y Lustres en la producción. Es otra historia de narcotraficantes también ambientada en Cambados. Guionista y productora pasaron bastante tiempo en esta localidad gallega conociendo el ambiente y la gente. “Me sorprendió el tipo de personajes que me encontraba, que no tiene nada que ver con lo que estamos acostumbrados a ver en una serie de narcos. Era gente de pueblo que estaba metida en una cosa muy, muy extraña pero a la vez también estaban cogiendo almejas o cultivando vides en un terreno al lado”, explica Guerriacaechevarría. “Fariña representaba un momento muy concreto y conocido, los años noventa y la Operación Nécora. Nosotros queríamos dar con algo original, diferente, y al mismo tiempo tratar de hacer algo muy realista”, añade Lustres. Natural de O Grove, muy cerca de Cambados, ella conoce bien el lugar: “Es una zona rica, porque es una zona de industria pesquera, conservera, de marisco, turismo, albariño, el corazón de las Rías Baixas… y además, cuna de narcotráfico, eso también”.
Guionista y productora presumen de la verosimilitud de la serie. “Creemos que esta historia podría perfectamente estar pasando en Cambados”, dice Lustres. Aunque tanto los personajes como la trama son ficticias, los implicados y las historias están inspiradas en lo que narcos, exnarcos, policías, fiscales y abogados les contaron. En los siete capítulos de la serie aparecen sucesos extraídos de esos testimonios, como la búsqueda de una importante cantidad de dinero enterrada en el campo o una amenaza que se va de las manos con hormigón de por medio. “No sé si es bueno o malo, pero yo creo que esta serie sí les va a gustar a los narcos gallegos, porque se van a ver reflejados”, asegura Emma Lustres en una entrevista por videollamada.
La serie muestra las peculiaridades del narcotráfico gallego, “muy genuino, peculiar y particular”, en palabras de la productora gallega. Son criminales diferentes de los de las series y películas extranjeras e incluso diferentes de los narcos gallegos de hace años. En la producción, como explica Guerricaechevarría, tienen reflejo los narcos a la antigua usanza, con Padín padre como representante. “Ahora lo que han aprendido es que hay que pasar desapercibido”, dice el guionista. “No te compras un pazo, no compras un equipo de fútbol, no haces ostentación. Tienes tu dinero, buscas tus medios con tus abogados de meterlo en paraísos fiscales… Han aprendido a ocultarse en ese paisaje, no ser tan evidentes como antes. Son más independientes, no tienen ese culto a los grandes patrones. Lo único que no pueden evitar, porque es más fuerte que ellos, es que les vuelven locos los coches”, añade.
Clanes habla de narcos que hacen su vida en el pueblo y no quieren dejar sus raíces, ni de quedar con los amigos para echar una partida en el bar de toda la vida. “Nos gustaba la sensación de hacer una historia de gente del pueblo, donde todos se conocen y saben sus secretos, con historias que vienen de muchos años atrás y donde, a la vez, están metidos en esto y el dinero les sale por las orejas”, dice Guerricaechevarría.
Además de Cambados, la serie rodó en lugares de Galicia como Vilanova, Vilagarcía, A Illa, Sanxenxo, A Coruña, Ferrol, Ares y Malpica, y también en Málaga, Gibraltar, Algeciras, Madrid, Oporto y Senegal. Según Lustres, el mayor reto del rodaje fue la grabación de una persecución por las rías, para la que usaron como referente la película El niño, de Daniel Monzón. “Queríamos intentar una persecución de lanchas que fuese muy realista, hacerlo en vivo y que fuese lo más espectacular posible”. La búsqueda de la espectacularidad hizo que tuvieran que dejar un poco de lado la verosimilitud, porque en las rías no son tan habituales estas persecuciones. Para poder llevarla a escena tuvieron que contar con la colaboración de la Policía judicial, Guardia Civil, Policía de aduanas, Agencia Tributaria para lograr permiso para usar lanchas requisadas y poder navegar con otras construidas por la ría.
Según Guerricaechevarría y Lustres, con los narcos gallegos no hay peligro de caer en la glamurización de los personajes o la profesión, peligro que acecha sobre cualquier producción que tiene a criminales como protagonistas. El creador de la serie pone un ejemplo: “Uno nos decía que en algún viaje a Marbella fueron a alguna discoteca y veía a los rusos con esas botellas de champán con bengalas y estaba escandalizado: ‘¡y luego no las beben, las dejan ahí!”. Emma Lustres reconoce que el personaje que interpreta Tamar Novas está más cuidado: “Es un tío atractivo, no solo por su físico, también por lo que hace y por sus formas. Pero es que hay algunos que son así. No creo que hayan sido tratados como estrellas de rock o héroes”.
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