Solo la inmigración permitirá el crecimiento de la fuerza laboral de Estados Unidos en tres décadas
Las tendencias demográficas apuntan a que los nacidos fuera del país llevarán el peso del aumento de la población trabajadora
Un pequeño accidente o una enfermedad son un problema y una angustia mayor cuando no hay un médico cerca, y esta es una realidad en zonas rurales de Estados Unidos. Más de 100 millones de personas, uno de cada de tras habitantes, tienen dificultades para acceder a la atención primaria, el doble que en 2014. Ya hoy se necesitan más médicos de los que hay, pero en 10 años faltarán entre 17.800 y 48.000 médicos de atención primaria más. Son datos de Fundación Nacional para la Política Estadounidense (NFAP, por sus siglas en inglés), que señala en un estudio que tanto en el sector de la salud como en el resto de la economía de Estados Unidos se necesitan más trabajadores ahora y en el futuro que solo pueden llegar de otros países. Porque si en los últimos años la inmigración ha sido esencial para el incremento de la fuerza laboral, a partir de 2052 será la única fuente de crecimiento.
Los planes para reducir el número de inmigrantes mediante deportaciones masivas que tiene el candidato republicano a la presidencia, Donald Trump, chocan contra la realidad de un país en el que desde 2019 los trabajadores inmigrantes son responsables del 88% del crecimiento de la fuerza laboral. Las cifras de la NFAP apuntan a que en solo los últimos cinco años, se han unido a la fuerza laboral 3,6 millones de trabajadores nacidos en el extranjero, frente a 479.000 nativos.
Las últimas oleadas de inmigración, la progresiva jubilación de los baby boomers estadounidenses y la baja natalidad en el país están detrás de este crecimiento que continúa una tendencia que viene de lejos. En los últimos 10 años se han unido a la fuerza laboral 1,6 millones trabajadores con dos padres nacidos en Estados Unidos y 10,1 millones de inmigrantes e hijos de estos.
La posición antinmigratoria en la política estadounidense y las largas esperas para procesar visados suponen un problema para la economía del país. La NFAP calcula que la población trabajadora nacida en Estados Unidos llegará a su pico en 28 años, cuando sean 146.7 millones de empleados nativos (solo un 8% más que en 2024), para empezar a caer a partir de ese año. Es más, antes de que se alcance ese pico en 2052, 10 años antes ya se habrá llegado al punto de no crecimiento en el caso de los trabajadores estadounidenses entre 25 y 54 años de edad.
Por tanto, sin la inmigración no habrá aumento de la población trabajadora, algo que es indispensable para el crecimiento económico del país. Y no se trata de que los inmigrantes vengan a quitar los trabajos a la población nativa, como suele argumentar Trump, ya la necesidad de más trabajadores se da al mismo tiempo que la participación en el mercado laboral y las tasas de empleo de los nacidos en el país están en cifras casi récord. El 81.5% de los estadounidenses de nacimiento en edad laboral estaban empleados en la primera mitad de 2024, mientras que además se ha producido un aumento del empleo entre los mayores de 65 años.
Por otro lado, aunque cuando se habla trabajadores inmigrantes se piensa en la agricultura y en el sector de servicios, la NFAP explica que sectores vitales enteros de la economía —como la salud, las finanzas o la construcción, entre otros— necesitan empleados hoy y los necesitaran en los próximos años.
“Aunque los nacidos en el extranjero han provisto de trabajadores a la economía en todo tipo de trabajos, buena parte del flujo migratorio está altamente educado”, destacan en su informe. En los últimos años, los nacidos fuera con títulos de graduación universitaria se han duplicado hasta llegar al 21.6% actualmente y también son casi el 26% de los doctores en distintas disciplinas.
Además de los déficits de enfermeras y médicos, el informe de NFAP apunta a que la mano de obra inmigrante va a ser crucial para que fábricas, como las de semiconductores, puedan funcionar en 2030, cuando se necesitarán cuatro millones de trabajadores nuevos. “Los legisladores de Estados Unidos están haciendo que las empresas produzcan más semiconductores en el país; sin embargo, menos del 30% de los estudiantes graduados en ingeniería eléctrica en Estados Unidos son nativos”, explican.
Según la consultora Deloitte, el costo de no cubrir esas oportunidades “puede ser significativa, y puede impedir que los manufactureros puedan aceptar nuevos trabajos o ampliar sus operaciones”. Según esta consultora, no cubrir esos puestos de trabajo puede costar mil millones de dólares en 2030.
Desde el desarrollo de la IA hasta el cuidado de salud de los habitantes del país, el futuro de su economía va a depender de las puertas que abran y será muy complicado si las que hay se cierran. Desde la NFAP se sugiere “incrementar la oferta de trabajadores a través de inmigración y visas temporales de trabajo que reducirán la inmigración ilegal, mejorarán el crecimiento de la fuerza laboral y las vidas diarias de los estadounidenses”.
No obstante, en el informe se lamenta que los sistemas de inmigración actuales complican los problemas y señalan, por ejemplo, el caso de los profesionales de la enfermería para los que no hay visa temporal. Hay una visa para quienes vienen de Canadá y México y a veces sirve la H-1B para algunas categorías, pero normalmente los empleadores deben esponsorizar green cards (residencia permanentes) para sus trabajadores, un proceso que ahora se demora hasta tres años. En el sector de la tecnología, por ejemplo, las grandes empresas piden que se amplíen ampliar los visados H-1B, aunque, de momento, sin éxito.
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