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La atención hacia los latinos aumenta, pero ya es tarde: más de 13 millones no se han registrado para votar

Las organizaciones cívicas critican que no se haya invertido lo suficiente para involucrar a la comunidad hispana, con 36 millones de personas con derecho a voto

Latino vote
Una voluntaria sostiene una guía de votación durante un evento de participación de votantes para la comunidad latina en Greensboro, Carolina del Norte, el 21 de septiembre de 2024.Chuck Burton (AP)

Cuando faltan 11 días para las elecciones y una vez que la relevancia del voto latino se ha reconocido ampliamente en los círculos sociales y políticos a lo largo y ancho del país, la pregunta es si los partidos en liza han hecho lo suficiente por ganar su apoyo. Varios expertos opinan que el esfuerzo por ganar el voto hispano ha sido insuficiente y llega demasiado tarde. “Hay más gente hablando de nosotros que hablando con nosotros”, subraya Clarissa Martínez de Castro, vicepresidenta de la Iniciativa Voto Latino de UnidosUS, organización de defensa y derechos civiles hispanos. En las últimas semanas se ha incrementado el acercamiento a este electorado, pero “con más latinos planeando votar anticipadamente, en persona o por correo, esperar hasta el último minuto es realmente una oportunidad perdida”, sostiene.

De los 36,2 millones de latinos que tienen derecho al voto, este grupo demográfico es el que más ha crecido desde las elecciones de 2020, sumando cuatro millones de nuevos votantes. Sin embargo, aún hay más de 13 millones que no se han registrado para votar. La falta de información de los programas por un insuficiente esfuerzo por llegar a ellos lastra su participación en los comicios, que, tradicionalmente, ha sido inferior que el de otros grupos de población, como los blancos.

En las últimas semanas las campañas han aumentado los actos para conectar con los latinos, como los respectivos foros que celebraron en Univisión los dos candidatos presidenciales con votantes hispanos indecisos, pero los expertos creen que ha faltado previsión y que el tiempo corre en su contra.

Tras realizar una encuesta entre votantes latinos a finales de agosto, UnidosUS advirtió que la comunidad hispana registraba un nivel muy bajo de información sobre los candidatos, con solo un 30% reconociendo haber obtenido información del Partido demócrata e incluso menos, un 21%, del Partido Republicano. Ahora, los datos que aportan han subido ese porcentaje al 44% y el 31%, respectivamente, pero aún muestran una carencia de información importante. “Es una mejora, pero llega muy tarde”, señala Martínez en un encuentro online organizado para definir al electorado latinos en los Estados bisagra de Pensilvania, Georgia y Arizona, donde hay empate de los candidatos a la presidencia.

En estos Estados el crecimiento de la población latina ha sido enorme. Entre 2002 y 2022, la población latina casi se cuadruplicó en Georgia, casi se triplicó en Pensilvania y más que se duplicó en Arizona. Uno de los rasgos de los votantes latinos es que son más jóvenes que el resto (el 41% de los votantes jóvenes en Arizona son latinos, en comparación con el 25% de la población en general). Y aunque no se pueden considerar un monolito, en términos generales hay rasgos comunes, como tener más probabilidades de vivir en hogares superpoblados y no disponer de seguro médico. Pero también hay muchas diferencias entre los latinos en cada estado y varían en educación e ingresos.

El Partido Demócrata ha invertido más en anuncios destinados al público latino, con campañas dirigidas a grupos particulares, como el de las mujeres hispanas o el último, Hombres con Harris, orientado al público masculino, pero también es el que, opina Martínez, más se resentirá de no haber hecho un acercamiento mayor.

“Hay mucho terreno fértil para que los demócratas aumenten su porcentaje de apoyo, pero como cualquier terreno fértil, hay que trabajarlo bien. Y si no lo haces, alguien más puede entrar y situarse”, advierte. Los demócratas han perdido terreno entre los latinos en favor de Donald Trump en los últimos años, aunque aún ostentan la mayoría de sus votos.

El equipo de Kamala Harris, sin embargo, ha jugado con la desventaja de que su candidata empezó tarde la carrera, cuando faltaba poco más de tres meses para la cita en las urnas, y que era una desconocida para la mayoría de la comunidad, frente a un contrincante como Trump, que ha acaparado los titulares de todos los medios en los últimos ocho años.

No obstante, en ambas campañas ha habido una mayor inversión para acercarse a los latinos; el problema es que la base de la que se partía era muy baja.

Pensilvania

En Pensilvania se ha percibido un mayor acercamiento a los votantes latinos en la última semana, según Michael Toledo, CEO del Centro Hispano, pero se ha producido con un retraso que perjudicará su participación. “Durante la última semana, comenzamos a ver cómo se intensifican las campañas. Estamos viendo gente entrando a nuestras comunidades, gente tocando puertas, comenzando a hacer actividades de divulgación que, honestamente, me hubiera gustado ver hace meses”, lamenta.

En este Estado, la comunidad latina es la que más ha crecido en los últimos años. Desde 2010 ha aumentado un 40% y 600.000 tienen derecho al voto. Un 24% de ellos votará por primera vez y su relevancia se refleja en el contraste con el pequeño porcentaje de votos que dio la victoria a Joe Biden en 2020. Ese año el demócrata ganó por un margen del 1,80% y los latinos alcanzaron el 4% de los votos emitidos. Pero a pesar del crecimiento, los latinos no se sienten involucrados. “Muchos en nuestra comunidad todavía sienten que se les pasa por alto, que se da por sentado su voto, que se sienten subrepresentados cuando se trata de esfuerzos de divulgación”, explica Toledo.

En otros Estados bisagra, como Arizona y Nevada, el poder de los latinos para inclinar la balanza hacia uno u otro lado es mayor. En Nevada, los latinos son el 20% de la población con derecho al voto y en Arizona, el 25%.

Los expertos critican que las ideas preconcebidas sobre el electorado latino derivan en que la divulgación de información es menos efectiva de lo que debiera. Un ejemplo es que se les vincula con los migrantes indocumentados, cuando 8 de cada 10 son ciudadanos estadounidenses. En elecciones pasadas hubo encuestas que preveían que los latinos no votarían por un candidato negro o por una mujer, pero tanto Barack Obama como Hillary Clinton obtuvieron la mayor parte del voto latino en sus respectivas contiendas presidenciales.

Además, los latinos son uno de los grupos más expuestos a la desinformación “es ahí donde veo los esfuerzos por suprimir el voto latino”, señala Toledo.

Rodrigo Domínguez-Villegas, codirector de investigaciones de UCLA LPPI (Instituto de Política Latina, por sus siglas en inglés), reclama que para dirigirse a los latinos se use sobre todo el español. “El hecho de que la mayoría de los latinos en Estados Unidos hayan nacido en Estados Unidos no significa que no hablen español o que sus familiares no hablen español. Nuestros perfiles de datos muestran que la mitad de todos los votantes elegibles en estos Estados hablan español, ya sea porque son bilingües o porque solo hablan esa lengua”, asegura.

En su opinión, es importante que se acuerden de los latinos en las elecciones, pero el esfuerzo para acercarse a la comunidad hispana debe ser más amplio. “Se trata de crear caminos también para la participación cívica más allá de la votación, e invertir en organizaciones locales para desarrollar liderazgo en las comunidades latinas. Sí, votar es realmente importante, pero también se trata de invertir en otras cosas que van más allá de votar”, apunta.

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