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Reportaje:Seis años del 11-S

Miedo a la 'yihad' alemana

El 76% de la población teme un ataque mientras las autoridades investigan a los conversos

Una llamada con amenaza de bomba desencadenó ayer todas las alarmas en Spangdahlen, una base militar de Estados Unidos en el suroeste de Alemania. Tras la detención hace una semana de tres potenciales terroristas que preparaban atentados contra aeropuertos y bases militares de EE UU, el miedo y la sensación de inseguridad se extienden en Alemania. Según una reciente encuesta, el 76% de los alemanes teme un atentado. Estos miedos coinciden con la conmemoración, con una avalancha de publicaciones y reportajes en la prensa y televisión, del 30º aniversario del llamado otoño alemán, cuando la Fracción del Ejército Rojo (RAF) o Grupo Baader-Meinhof llevó a cabo sus acciones más violentas.

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Alemania ha dejado de ser un país de preparación para los terroristas islámicos para convertirse en objetivo de posibles atentados. Los servicios de contraespionaje ya habían advertido en su informe anual que "para los muyahidin Alemania está considerada como parte del campo de los cruzados que ayudan a Estados Unidos e Israel". El compromiso de las tropas alemanas en Afganistán y la contribución a la formación de policías para Irak aumenta este riesgo. A esto se añade ahora la frustración por los atentados abortados el pasado 31 de julio en unos trenes en Colonia y el reciente de los terroristas que se disponían a colocar explosivos en aeropuertos o instalaciones militares de EE UU. Un experto en terrorismo declaró que conviene prepararse para una revancha por estos fracasos: "No se trata de preguntar si habrá un atentado, sino cuándo".

La tipología de los detenidos en un pueblo de la región turística de Sauerland con 730 kilos de materiales para preparar bombas ha despertado el interés y preocupación de las fuerzas de seguridad. En Alemania viven 3,3 millones de musulmanes de los que 1,5 proceden de Turquía. De los tres detenidos sólo Adem Yilmaz, de 29 años, era de origen turco. Los otros dos, Fritz Gelowicz, de 28 años, y Daniel Schneider, de 22, eran alemanes convertidos al islamismo. La cifra de alemanes musulmanes con sus familias se estima en 40.000. El año pasado se produjeron 4.000 conversiones.

Este nuevo tipo de potencial terrorista se considera más peligroso que los surgidos de las sociedades paralelas musulmanas, como los terroristas ingleses o los de Madrid. Un terrorista alemán que se llama Fritz resulta más difícil de controlar. Esto preocupa en Estados Unidos porque un joven alemán tiene más posibilidades de pasar por los filtros de seguridad y poder realizar un atentado. Por eso agentes norteamericanos siguieron muy de cerca a Gelowicz desde hace meses.

Entre los partidos de la gran coalición, formada por los democristianos (CDU/CSU) y los socialdemócratas (SPD) se ha abierto una disputa sobre la necesidad de aprobar leyes que permitan el acceso a la policía a los ordenadores para vigilar las comunicaciones. El ministro del Interior, Wolgang Schäuble (CDU), sostiene que no se puede dejar sin vigilancia la red por donde se comunican los terroristas. Los convertidos se consideran también una fuente de reclutamiento de potenciales terroristas. Se debate sobre si estos conversos tienen que ser objeto de especial vigilancia y observación por los servicios secretos. Esto contradice, sin duda, la libertad de religión que es un derecho constitucional.

Control en la base estadounidense de Spangdahlen, en Alemania.
Control en la base estadounidense de Spangdahlen, en Alemania.EFE

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