"Es un drama", confesó el vicepresidente Mussoms
ENVIADO ESPECIAL
Migueli, el jugador más veterano del conjunto barcelonista, mostró su gran decepción nada más salir del vestuario. "No hay excusa alguna. No hemos marcado y así es imposible ganar. Hemos tenido la penitencia que nos, merecíamos". Las lágrimas, por su parte, asomaron a los ojos de los directivos catalanes. "Es un drama", llegó a resumir el vicepresidente Josep Mussons. Jordi Pujol, mientras tanto, comentó lacónicamente que "la vida no se acaba aquí". Manuel Fraga apuntó: "Se ha notado en el Steaua su disciplina militar".
Mientras los jugadores rumanos celebraban el triunfo con sus esposas, recién llegadas ayer de Rumania, los directivos barcelonistas debieron esperar a que el Rey abandonara el palco para descender al vestuario de su equipo. Unos lo hicieron con parsimonia, otros con amargura. Anton Parera, por ejemplo, bajó las escaleras golpeando de rabia una y otra vez el pasamanos. Nicolau Casaus, el primer vicepresidente, tenía los ojos llorosos, estaba pálido.
La situación no podía ser más lamentable. Todo había sido preparado para cantar la victoria, con la masiva presencia de directivos, familiares y amigos. "Hay que seguir luchando", comentó con cara de circunstancias Josep Lluís Núñez. "No puedo negar, que estoy muy triste. Nos ha vuelto a faltar la suerte que nos fue esquiva en Madrid frente al Zaragoza". Alguno recordó que no hace muchas semanas el presidente azulgrana declaró públicamente, en Gotemburgo: "Si ganamos la Copa de Europa, ya me podré morir feliz".
Disculpas de Venables
"Quiero darles las gracias a la afición, que ha cumplido todo el partido. La lástima es que nosotros no le hemos correspondido. Agradecemos su apoyo y pido disculpas por no haber ganado este partido". Con estas palabras se despidió Terry Venables en la sala de prensa. Antes mostró su extrañeza por que su equipo hubiese perdido últimamente el camino del gol y justificó los cambios de Schuster y Archibald por su cansancio.
En cuanto a los rumanos, el capitán, Iovan, dijo: "Estoy seguro de que esto es lo más grande que le ha pasado a mí país. Ésta es la primera Copa de Europa que gana un equipo rumano. Me alegro por esos 1.000 aficionados que han confiado en nosotros, porque nos hemos enfrentado a toda España". "La clave estuvo en nuestra calma", resumió el entrenador, Jenei.
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