La familia real quiere un entierro privado para Diana

Será un funeral "único". La casa de Windsor, el Gobierno y la familia Spencer hallaron ayer una fórmula de compromiso para velar y enterrar a la princesa Diana el sábado con gran solemnidad, pero sin toda la pompa reservada a altos miembros de la corona. El plan para el funeral de Diana, cuyo catafalco permanece desde el domingo en la capilla del palacio de St. James, prevé una ceremonia en la abadía de Westminster a las once de la mañana. La princesa será sepultada en Althorp, sede de la casa de los Spencer, en Northamptonshire, al norte de Londres, en un arco estrictamente privado.

"Será un funeral único para una persona única", fue la frase elegida por el portavoz del palacio de Buckingham para definir la naturaleza exacta del ceremonial con el que el Reino Unido despedirá a la popular princesa de Gales. Miembros del Gobierno británico y comentaristas de asuntos reales dijeron que un funeral con amplia participación del público y un decoroso, pero no abrumador sello de la corona, darían a las exequias un carácter mas acorde a la personalidad moderna y sencilla de la princesa que acabó su vida de forma tan trágica en un accidente automovilístico en París.

Alejada de la Casa Real y despojada de su título de Su Alteza Real tras su divorcio de Carlos hace poco más de un año, Diana tendrá un funeral sujeto a normas sin precedentes.

Funerales de Estado

Aunque tradicionalmente los funerales de Estado son reservados a los soberanos, la corona hizo excepciones para honrar al almirante Nelson, el duque de WeIlington y, más recientemente, en el año 1965, a Winston Churchill. Hay otras dos categorías: el "funeral de ceremonial real" para miembros de la Familia Real con alto rango militar, consortes del soberano y herederos del trono, y, finalmente, el "funeral privado real" para el resto de los miembros de la Familia Real, sus cónyuges e hijos.

Un funeral "único" como el que se prepara para la princesa Diana, ofrece, por lo tanto, una salida extraordinaria del dilema de ceremonial planteado por la violenta muerte de Diana: Si bien Diana ya no era reconocida como "Su Alteza Real" y el antagonismo entre ella y los Windsor abrió una brecha irreparable, la divorciada princesa de Gales seguía siendo, como madre de Guillermo, el heredero de la corona, una figura emblemática de primer orden en el complejo ámbito de la corona británica.

El primer indicio de que la corona había decidido inclinarse por opciones sin par -probablemente para no hacerle a la memoria de la princesa un vacío que sus incontables admiradores podrían interpretar como una innecesaria manifestación de frialdad- surgió cuando el ataúd de Diana apareció cubierto con el estandarte real a su arribo de París horas después del trágico accidente de la madrugada del pasado domingo. Ese honor está reservado únicamente a la Familia Real.

Por expreso deseo de las dos familias, los Windsor y los Spencer, el féretro de Diana permanecerá invisible al público hasta su traslado, en una cureña, desde St. James a la abadía de Westminster para la ceremonia del sábado. Desde allí partirá el cortejo luego hacia Northamptonshire. Los Spencer y algunos miembros, aún no identificados, de la Casa de Windsor acompañarán a Diana en su viaje a la tumba. Lo harán, eso sí, en caravanas separadas.

"El funeral incluirá elementos usuales de un funeral real y, en particular, elementos que reflejen el afecto que se le tenía a la princesa", dijo un portavoz del palacio de Buckingham.

"Aunque no habrá desfile de dolientes frente al féretro, obviamente queremos asegurar que todas las personas que deseen condolerse, puedan hacerlo", agregó refiriéndose a la apertura de cuatro grandes libros forrados de cuero negro que fueron instalados en el llamado Salón Inferior de la Capilla Real de St. James. Allí millares de personas comenzaron ayer a dejar por escrito conmovedores testimonios del dolor de toda una nación ante la trágica desaparición de la "Princesa del Pueblo" y la "Reina de Corazones".