"Aspiro a ser un líder como Russell Crowe en 'Gladiator"
Bastan 15 minutos de charla con Paul Cayard para entender por qué este hombre de 46 años, pelo rizado negro y corto, anchos hombros y brazos musculados, es uno de los patrones de barco más cotizados del mundo. Su capacidad le liderazgo es tan acreditada que el dueño de Ferrari, Luca Cordero di Montezemolo, le ofreció dirigir uno de los proyectos de fórmula 1, a lo que se negó. Sí aceptó, en cambio, liderar a los Piratas del Caribe, el barco estadounidense patrocinado por Disney que participa en la Vuelta al Mundo de vela, la Volvo Ocean Race, que arranca el día 5 de noviembre en Sanxenxo como regata costera y el 12 en Vigo en su primera etapa larga. Competirá con otros seis equipos, uno de ellos es el español Movistar, que parte como favorito, por llegar primero a Goteborg el 17 de junio, después de recorrer 31.250 millas en siete etapas: una carrera épica de velocidad, resistencia y supervivencia.
"Entiendo que haya gente que me odie. Si eres Jordan o Schumacher, quieren tumbarte"
"Rechacé dirigir Ferrari porque desconocía los detalles del deporte del automóvil"
Pregunta. El ser el único patrón que ha ganado ya la prueba, ¿qué ventaja le da?
Respuesta. Psicológica, pero no creo que sea muy grande. Por ejemplo, Bouwe Bekking, del Movistar, ha hecho más Volvos que yo.
P. Ha participado en los Juegos Olímpicos, la Copa del América y la Volvo. ¿Cuál es su preferida?
R. Los Juegos es una cosa divertida: más que navegar, es deporte. Si ganas, estás representando a tu país. La Volvo te da una experiencia de vida que no te da ninguna otra competición: cuando la gané en la pasada edición, fue muy bueno para mi carrera. Y la Copa del América es más de organizar: tienes el mayor número de gente (150), el mayor presupuesto (200 millones de dólares). Lo más divertido es esto: navegar, por ejemplo, en Finisterre a 27 nudos de velocidad.
P. Con 46 años, ¿cuánto tiempo seguirá haciendo esto?
R. Participé en los Juegos el año pasado y me puse muy fuerte físicamente. Pero sí me doy cuenta de que ésta será mi última vez en este tipo de barco, que es muy físico y es un reto muy duro para un tipo de 46 años.
P. En las horribles condiciones a las que se enfrentan en alta mar, ¿cómo mantiene un buen ambiente entre la tripulación?
R. Ese es el trabajo del patrón, decidir cuándo empujar más o menos, sentir si alguien no se siente bien, tiene miedo o nostalgia, y tratas de ayudarle. Me gusta motivar permanentemente.
P. Parece muy preocupado por las familias, según ha escrito.
R. Las familias sacrifican mucho para dejar que sus maridos hagan esto y no jueguen con los niños. A mí me pasa, dejando que mi mujer críe ella sola a mis hijos, así que no es mucho escribir una carta diciéndoles gracias.
P. ¿Le gusta escribir?
R. Llevo colaborando 15 años en la revista Seahorse. Siempre he sido bastante bueno escribiendo. En la anterior Volvo se me pidió que escribiera 100 palabras cada día y eso me dio mucha creatividad. Es duro porque estás en la línea de la muerte y están esperando algo de paz de ti, y, a veces, no te sientes bien para contar cosas. Pero, por otro lado, cuando tienes algo realmente bueno, fluye fácilmente, estás orgulloso y muy contento de que te lean. Advertí que es fácil para mí, cuando estoy en el barco, entrar en ese estado de tener buenas cosas que contar y son fáciles de escribir.
P. ¿Sus escritores preferidos?
R. Más que los autores, me gustan las buenas historias. Y si están bien escritas, mejor. Por ejemplo la aventura de Ernest Shakleton es impresionante.
P. Su padre fue escenógrafo de la ópera de San Francisco, ¿estimuló él su parte creativa?
R. No, mi habilidad para hablar y para escribir viene de mi madre, que fue consejera de gente que se lastima cuando trabaja y ya no puede trabajar más.
P. ¿Es el regatista mejor pagado del mundo?
R. No, es Russell Coutts.
P. ¿Y el segundo?
R. Quizás.
P. Hay regatistas que le odian por saber venderse tan bien.
R. Lo entiendo. Son los celos. Si tú eres Michael Jordan o Michael Schumacher muchos tratan de tumbarte. Soy un buen navegante, hay 100 personas en el mundo que físicamente pueden dirigir este barco tan bien como yo (saber si el viento va a cambiar o no), pero hay otras habilidades de dirección, de presentación, de venderse a los patrocinadores, tratando de que todo sea positivo. La diferencia es que Russell Coutts, Denis Conner o Paul Cayard es que han tenido mucho éxito construyendo un barco y liderándolo.
P. ¿A quién admira?
R. El mejor ejemplo para la gente corriente sería la película Gladiator, el papel que protagoniza Russell Crowe comparado en el que hace de hijo de Julio César. Un ejemplo de buen liderazgo y uno malo. Crowe lidera de frente, con el ejemplo, y, en cambio, está el otro que cree que es un líder por ser el hijo de otra persona. Es como estar en una gran compañía, te pagan mucho y sólo trabajas porque ganas mucho. Pero en el caso de Crowe la gente moriría por ti, porque tienes tanta atracción y carisma. Y eso es el poder. Ese el modo más poderoso de construir un equipo. Ese es el líder que aspiro a ser, que mis hombres estén motivados no por el dinero, sino porque estamos en un equipo fuerte, creen en el líder y quieren ganar.
P. ¿Por qué rechazó dirigir a Ferrari en fórmula 1?
R. Fue una decisión dura porque Montezemolo y Raul Gardini, mi jefe entonces, los dos querían que lo hiciera. Pero no conocía los detalles del deporte del automóvil para ser un buen líder.
P. ¿Se arrepiente?
R. Un poco, pero no creo que al final hubiera triunfado por ese desconocimiento de los detalles.
P. ¿Cómo le atrae el mar?
R. El mar me da la mayor atracción en esta clase de carrera, yendo a algún sitio y batiendo a otros tipos. El viento y el mar por sí solos no son una gran razón para que me levante cada mañana. Sería igual de excitante hacerlo a través de un coche o algo parecido. Pero el mar del Sur, con los grandes albatros, las grandes olas y los icebergs es una experiencia muy apasionante.
P. ¿Otras pasiones?
R. Volar, soy piloto de aviones pequeños desde hace cuatro años.
P. Necesita grandes emociones para vivir.
R. Eso parece.
P. ¿Y teme al aburrimiento?
R. Sí, me lo paso mal yéndome de vacaciones.
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