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El futuro de la lidia

Toros en Cataluña: segundo aviso

Taurinos y antitaurinos se enfrentan en el Parlamento durante un tenso debate sobre la Iniciativa Legislativa Popular para la abolición de la fiesta en la comunidad

La lidia volvió ayer al ruedo del debate en el Parlamento catalán. Comparecieron en un insólito rifirrafe ante la Comisión de Medio Ambiente 14 expertos que esgrimieron argumentos a favor y en contra de la tauromaquia. La Cámara discute estos días la idoneidad de prohibir las corridas de toros tras el primer aviso que supuso la aceptación a trámite de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que propugna, con el respaldo de 180.000 firmas, la abolición de la fiesta.

Y el debate transcurrió por dos derroteros: el físico y el emocional. El primero vio a los taurinos defender la bravura del toro, su condición de animal nacido para morir luchando y su resistencia al sufrimiento; y a los antitaurinos describir con toda clase de detalles el sufrimiento del toro en la arena. En el terreno cultural, los partidarios de las corridas defendieron la fiesta, su emoción, su sentimiento, la comunión en la plaza y la catarsis del público. Mientras, sus contrarios se escudaron en la tortura y muerte del animal. Un tercer terreno, el identitario, pasó casi inadvertido. Todos, de los comparecientes a los diputados nacionalistas de Convergència y Esquerra, dejaron claro que la abolición de la tauromaquia en Cataluña no tiene nada que ver con la identidad.

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"Soy hijo de Banyoles y me gustan los toros. Hoy en día, ser aficionado significa vivir en la clandestinidad, resistir contra el ansia aniquiladora de la Administración catalana", afirmó Salvador Boix, apoderado de José Tomás. Inspirado por el éxito que su representado tiene en Cataluña, donde siempre registra llenos absolutos, Boix defendió a la afición catalana: "El público catalán es pasional, lanzado y entendido. Desde los medios públicos se ha querido reducir esta afición". La intervención, clara y directa, acabó con una súplica: "Levanten el asedio y déjennos vivir en paz".

José Miguel Arroyo, Joselito, torero y ganadero madrileño, habló del que al fin y al cabo es el protagonista del debate: el toro. "Es el animal más hermoso del mundo y el mejor tratado. Desaparecería si se cerraran las plazas", denunció. "Es un espectáculo, un sentimiento, la pasión de la vida y la muerte, del respeto y de la entrega", añadió Joselito, que prefirió no responder a las preguntas de los diputados porque algunas se las habían formulado en catalán.

Los protaurinos, que protagonizaron el primer tercio del debate, también hablaron de sufrimiento. Se escudaron en la condición del toro para sufrir, como dijo la escritora protaurina Natalia Molero, que aludió a "la capacidad del toro de liberar metaendorfinas en combate para anestesiar su dolor".

Los antitaurinos entraron entonces con fuerza, con ponentes que sorprendieron a los diputados por efectistas, vehementes y eficaces. Dedicaron la tarde a desmontar los argumentos de la mañana, punto por punto. Jorge Wagensberg, científico, apostó por el efecto. Sacó todo el arsenal necesario para matar al toro: la divisa, la pulla, la banderilla y el estoque, todo bien afilado y reluciente. "¿Esto duele? ¡Claro que duele!", exclamaba a cada arma, ante la alegría de los promotores de la ILP presentes en la sala. Fue el preludio de tres ponencias que reforzaron la parte antitaurina. El etólogo Jordi Casamitjana, experto en sufrimiento animal, desgranó todos los elementos que permiten ver el sufrimiento del toro, fotos incluidas. "Desde un punto de vista ecológico y zoológico, el toro de lidia sufre individualmente y socialmente, física y psíquicamente, por culpa de las corridas de toros", sentenció.

Los nervios de los partidarios de la fiesta, ya exaltados tras esta intervención -David Pérez, diputado protaurino del PSC, no pudo más que tildarla de "perfecta"-, se encendieron con la intervención del filósofo Jesús Mosterín. Provocador, de verbo afilado e irónico, su intervención ofendió visiblemente a algunos diputados. "Nos escandalizamos de que en África se corte el clítoris a sus mujeres, y en otros países les escandaliza que se siga haciendo un espectáculo público de sufrimiento de los animales", blandió, y continuó con las comparaciones: "Es cierto que las corridas de toros son tradicionales. El maltrato a la mujer también es una tradición, y se está combatiendo", dijo, ante las protestas de los diputados protaurinos.

Más amable, pero más efectiva para los intereses de los promotores de la ILP, fue la intervención del filósofo Josep Maria Terricabras. Uno por uno, ordenado, sintético y vehemente, recurrió los argumentos básicos de los protaurinos, bajo una premisa. "A los partidarios de la fiesta les falta un argumento ético fundamental. Hacer sufrir al animal por placer es totalmente reprobable. Los toros son maltratados, como antes lo fueron las mujeres y los esclavos", apostilló. La sesión continuará hoy con otras 13 comparecencias.

El científico Jorge Wagensberg y la escritora Espido Freire defendieron en el Parlamento de Cataluña la abolición de los toros.
El científico Jorge Wagensberg y la escritora Espido Freire defendieron en el Parlamento de Cataluña la abolición de los toros.GIANLUCA BATTISTA

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