Malta, última en divorciarse
Ni Irlanda, ni Polonia. El último país de la UE en legalizar el divorcio será Malta, el diminuto Estado insular del Mediterráneo, unos cientos de kilómetros cuadrados, 400.000 habitantes, prácticamente todos católicos, y una Iglesia de las más berroqueñas.
Y, pese a tantos obstáculos, un 54% de los casi tres cuartos de malteses que votaron el sábado lo hicieron a favor de la aprobación del divorcio. Ahora le toca el turno al Parlamento y, aunque sin alegrías, se presume que la suma de la mayoría de diputados del Partido Laborista, en la oposición, más algunos del Partido Nacionalista, en el poder, hará que pronto haya divorcio en uno de los últimos reductos del matrimonio indisoluble en el mundo.
El propio jefe de Gobierno, Lawrence Gonzi, aunque hizo campaña por el no, lanzó un democrático llamamiento para que se respetara la voluntad popular. Siglo y medio de colonialismo británico, hasta 1964, no bastaron para que Malta cambiara de fe, que había sido abroquelada durante la Edad Media, en la que los Caballeros de Malta, al servicio de la Iglesia, se hicieron fuertes contra los otomanos, a los que, notablemente, repelieron tras un largo sitio en 1565.
El maltés es la lengua propia del país, que aunque se escribe con caracteres latinos, se halla emparentada con el árabe, como lo están también por etnia los habitantes de las tres islas, Malta, Gozo y Comino.
No se les va a poner, sin embargo, la cosa fácil a los que quieran romper el vínculo, porque solo se podrá presentar demanda de divorcio a los cuatro años de separación legal de los cónyuges. La única opción para saltarse el sacramento era hasta la fecha obtener el divorcio en el extranjero, lo que suele ser aceptado en los tribunales malteses.
Chile fue el último país en aprobar el divorcio, en 2004, país también de mayoría católica, y al menos en los Estados de ordenamiento jurídico occidental -aparte del Vaticano- solo queda por divorciarse Filipinas, el único país asiático de religión católica, propagada durante tres siglos de dominación española hasta el famoso 1898, en que España también perdió Cuba y Puerto Rico. Del aborto ni se habla.
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