La deuda pública vive mejor fuera del euro
Mientras la crisis de la deuda soberana va devorando uno tras otro a los países de la zona euro, los principales Estados europeos que no comparten la moneda común viven una situación privilegiada para acceder a los mercados, tanto dentro como fuera de la Unión Europea.
La palma se la llevan Suiza y Noruega. La primera es el destino refugio por excelencia y, de hecho, ha tenido que tomar medidas para frenar la revaluación de su moneda frente al euro. Sus bonos a 10 años rinden solo un 0,8%. Noruega, por su parte, tiene las cuentas públicas más saneadas de Europa y solo paga algo más del 2% por su deuda.
Dentro de la UE, unas cuentas saneadas y una moneda propia explican también que el mercado exija a los bonos de Suecia a 10 años una rentabilidad del 1,6%, inferior al 1,77% de Alemania. El mismo razonamiento se aplica para Dinamarca (1,91%).
Pero fuera del euro es posible vivir tranquilo incluso con una deuda y un déficit público enormes. Es el caso de Reino Unido, para el que la Comisión Europea espera para este año un déficit público equivalente al 9,4% del producto interior bruto y una deuda del 84% del PIB, niveles muy superiores a los de España. Pese a ello, el Tesoro británico solo necesita ofrecer tipos ligeramente superiores al 2% para endeudarse a 10 años, frente al 6,3% que exigen los inversores a la deuda española al mismo plazo. En gran parte, eso se debe al enorme programa de compra de deuda pública puesto en marcha por el Banco de Inglaterra para tratar de animar una economía que renquea también en la recuperación.
Fuera de Europa, dos grandes superpotencias económicas como Estados Unidos y Japón disfrutan también de tipos de interés para la deuda pública a largo plazo históricamente bajos pese a sus abultados niveles de deuda y déficit público.
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