Berlusconi tiene novia

Las novias de Berlusconi constituyen un género periodístico en Italia. Hay verdaderos expertos capaces de discernir si se trata de una relación sincera pero fugaz, una simple compañía nocturna y remunerada o un amor del bueno, definitivo mientras dure. La última novia del político y magnate, según fuentes dignas de todo crédito, se llama Francesca Pascale, ha cumplido 27 años, es natural de Nápoles, tiene pinta de simpática y, según ha confesado ella misma, es admiradora de Berlusconi desde su más tierna infancia, lo que tiene su mérito, porque el pimpollo ya era cincuentón cuando la muchacha dejó el chupete.

Pero así son las cosas del querer, y más tratándose del infatigable Berlusconi. Hace tiempo que se les veía juntos –en la tribuna del estadio de San Siro cuando juega el Milan, en un restaurante, en un acto electoral—, pero hasta ahora no ha llegado la feliz confirmación. “Sí, absolutamente”, ha dicho Daniela Santanché, amiga del líder y diputada del Pueblo de la Libertad (PDL), “Berlusconi dice que es su novia. Para mí es una cosa bellísima. Yo la conozco como la novia de Berlusconi”.

Tras la confirmación por triplicado, la siguiente fase consiste en saberlo todo de la afortunada. Lo bueno es que Francesca Pascale ha resultado casi tan extrovertida como su flamante novio. “Lo mío por él”, ha dicho, “es verdadera adoración, heredada de mis padres”. Dice la muchacha: “Mi padre, cuando yo era pequeñísima, volvió de Milán y nos habló de Milán 2 y Milán 3 –los proyectos urbanísticos de Berlusconi que están en la base de su fortuna— y de aquel empresario. Mi madre, que perdí no hace mucho tiempo, antes de irse me dijo: ‘Salúdame al presidente”. Dicho y hecho. Después de ser aspirante a miss, bailarina en un programa de televisión, admiradora política de su caballero andante y hasta cargo público –edil en Nápoles por PDL—, aunque tuvo que renunciar porque apenas iba. El caso es que ahí la tienen, robándole espacio a Mario Monti en los periódicos italianos, cuyas páginas web ofrecen abundante documentación gráfica de la joven. Unas veces al lado de Berlusconi, otras posando con una camiseta de apoyo al regreso del anterior primer ministro a la vida pública.

Y siempre que se trata de Silvio Berlusconi y de sus jóvenes compañías, siempre hay quien empieza a poner peros por la cuestión de la diferencia de edad. En esta ocasión, ha sido Mariano Apicella, el amigo y coautor de las letras de las canciones de Berlusconi –ahí es nada— quien ha salido al paso para callar la boca a los criticones de esta relación. “¿Qué cosa hay de malo?”, se ha preguntado. Y ha añadido: “Anthony Quinn hizo un hijo a los 80 años y nadie dijo nada”. Tiempo al tiempo.