Nosotras, diosas y esclavas
En el libro 'Vicente Ferrer. Rumbo a las estrellas, con dificultades', Manuel Rivas siguió las huellas del catalán en la ciudad india de Anantapur. Aquí recopilamos ocho capítulos de la obra
Es una de las potencias emergentes, pero la India, para la mujer, aparece casi a diario en los informativos como una especie de “yacimiento catastrófico”. Violaciones, matrimonios infantiles forzados, trata y explotación laboral... En el imaginario cultural, se habla de las mujeres como diosas. En la realidad, las diosas son mujeres maltratadas. Hay un dato escalofriante: la segunda causa de mortalidad son los suicidios de mujeres jóvenes.
En el libro Vicente Ferrer. Rumbo a las estrellas, con dificultades (RBA) seguí las huellas de Vicente Ferrer (1920-2009) desde su adolescencia republicana en España hasta su lucha para transformar la desértica Anantapur, en la India, en un territorio de la esperanza. La clave de esa revolución del siglo XXI ha sido el situar a la mujer en el corazón y la vanguardia de la comunidad.
Aquí se cuentan en primera persona algunos testimonios de ese tránsito: entre la opresión y la re-existencia.
Retratos de mujeres indias de la mano del fotógrafo Ángel López Soto.
Antes del parto, a Lathamma le habían hecho una ecografía. Le dijeron que la niña tenía el labio leporino. No sabía muy bien lo que era, ni le explicaron mucho, ni entendió del todo lo que le explicaron. Ella pensaba que, al final, todo saldría bien.
No, si me tapo la cara no es por religión. No quiero que me la veas. Los ojos no importan. Así sabrás que digo la verdad. No importa si lloro. Y así puedo ver yo también. Leer tu cara.
Gulab es una muchacha, tiene 16 años, pero una voz que va más allá, como de otro tiempo. En silencio, al lado de su madre, ambas sentadas, las manos cogidas, parece una niña que vive un momento especial de reencuentro familiar.
Los dos orfanatos, las 150 plazas para niños afectados, están repletos. Saludan. Juegan. El eco de sus juegos nos recibe en el escenario de la enfermedad.
¿La India, el peor país para las niñas? No sé. No creo que sea exagerado eso que se dice. Lo espeluznante no son los encabezamientos de los informes sino lo que los informes dicen.
Hay un momento extraordinario en Los colores del sueño, el diario que Alba de Toro escribió de su período como profesora en Anantapur con la Fundación Vicente Ferrer (RDT). Destila una especie de felicidad clandestina: "Me encanta el olor de esta gente. Una mezcla de especias, paja y sudor... ¡Creo que ya huelo igual!".
La gente del distrito de Anantapur se gana la vida mayoritariamente con la agricultura. Hace unos años se identificaba como el "lugar remoto" o la "tierra olvidada". En una India en vertiginosa mutación, y donde los "números negativos" y los "números positivos" se aproximan al infinito, orbitan y chocan, Anantapur cargaba con una premonición de desahucio.
Me habían dicho: Vicente representaba el hemisferio soñador, y Anna el de la razón práctica. Era la complementariedad, el pacto. Dos hemisferios tan bien conectados que producían un efecto multiplicador.
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