No se ha despertado mal, es que está borracho de sueño
Un estudio define ese malestar que sufre al levantarse el que no ha descansado bien
Suena el despertador y no eres capaz de creerte que ya sea la hora de levantarse. Esa mañana parece que el café ha decidido dejar de ejercer su mágico efecto sobre ti. Llegas al trabajo como un zombi y te sientas a tu mesa sin saber muy bien ni cómo ni por qué has llegado hasta allí. Es posible que alguna vez hayas experimentado esto (quizás cada día). Un estudio de la Universidad de Stanford, en California, afirma que uno de cada siete estadounidenses sufre, al menos una vez al año, una de estas borracheras de sueño, como se conocen comúnmente, o despertar confuso, el término científico.
“La borrachera de sueño es totalmente diferente de la somnolencia, que es la necesidad de dormir”, aclara el profesor Maurice M. Ohayon, uno de los autores de la investigación publicada en la revista Neurology. Estos episodios se caracterizan porque el afectado, cuando se despierta por la mañana o tras una siesta, siente confusión mental, está desorientado y no sabe muy bien donde está ni la hora que es. En algunos casos incluso, el afectado tiene reacciones violentas o experimenta amnesia. “El despertar confuso se produce cuando te despiertan de un sueño profundo y puede durar desde algunos segundos a minutos”, explica el profesor Ohayon.
Para este estudio se encuestó por teléfono a más de 19.000 mayores de 18 años de 15 estados de Estados Unidos. Las preguntas estaban orientadas a crear el patrón de sueño de los encuestados, comprobar si tenían otros trastornos del sueño o si consumían algún tipo de medicamento que pudiese influir en esta afección.
Los investigadores concluyeron que un 15% de los participantes habían sufrido en algún momento del último año este tipo de borracheras. Y de ese porcentaje, al menos la mitad, dijo haber experimentado uno de estos episodios una vez por semana. El 70% de los casos está asociado a trastornos del sueño. Otros motivos por los que pueden producirse son desordenes mentales o el consumo de medicación psicotrópica, sobre todo, antidepresivos. Aquellos que han padecido depresión, desórdenes bipolares, alcoholismo, estrés postraumático o ansiedad, son más susceptibles a emborracharse de sueño.
La mayoría de investigaciones sobre el tema se corresponden con el periodo de la infancia ya que es cuando prevalece este trastorno. Un estudio de la Universidad de Montreal en Canadá concluyó que el 17% de los niños entre 3 y 13 años padece este trastorno que comienza a ser menos frecuente a partir de los diez años.
No existe un tratamiento farmaceútico específico para los despertares confusos
Maurice M. Ohayon
El profesor Ohayon advierte de que no existe un tratamiento farmaceútico específico. "Si el paciente está experimentando muchos episodios es recomendable hablar con un doctor que puede ayudarle a identificar la causa que los desencadena", recomienda el investigador. Algunas recomendaciones son dormir lo suficiente, establecer unos horarios de sueño o evitar el alcohol por la noche.
Sin embargo, los despertares confusos han sido poco investigados en comparación con otros trastornos del sueño como, por ejemplo, el sonambulismo. Al menos la próxima vez que te levantes por la mañana y se te caiga el mundo a los pies podrás sospechar que todo se debe a que estás borracho de sueño.
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