“La pobreza tiene cara de mujer. También en los países desarrollados”
India, de 62 años, es directora ejecutiva adjunta de ONU Mujeres y tiene como empeño personal y político la igualdad
Fue nombrada para su cargo por el secretario general Ban Ki-moon en 2011. Tiene una amplísima formación que va de sus estudios en Historia, Asuntos Públicos y Administración, hasta Derecho, Relaciones Internacionales y Desarrollo Económico. Trabajó como diplomática de su país en Ginebra y como embajadora en Hungría y Bosnia. También fue secretaria del Gobierno indio. Durante sus años en Suiza se convirtió en una experta en derechos humanos y en asuntos humanitarios. Su empeño personal y político es la igualdad.
Pregunta. Usted y la directora ejecutiva de ONU Mujeres estuvieron en India durante la campaña Beijing+20 y el simposio global Hombres y niños para la justicia de género. ¿Cómo se involucra a la otra parte?
Respuesta. Queremos hacer responsable a ese otro segmento de la humanidad. Queremos que los hombres y los niños se involucren en el camino por conseguir la equidad de género. Ellos, que ostentan ahora el poder, tienen que reconocer que esa situación debe cambiar. Que no es justo ni bueno que haya desigualdad entre las personas. Que ellos también saldrán beneficiados con una sociedad más justa e igualitaria. Sin los hombres no podemos lograr el éxito tan rápido como pretendemos, que se resume en que como máximo para 2030 se acabe la discriminación, la desigualdad y la violencia en contra de las mujeres. Pido a todos los lectores de EL PAÍS que se unan a esta campaña de cero tolerancia en contra de la violencia en www.heforshe.org.
P. ¿Cómo ha cambiado India desde diciembre de 2012 cuando la violación en grupo a una estudiante en Nueva Delhi causó una ola de manifestaciones?
R. La situación de la mujer está mejorando, pero se necesita tiempo porque India es un país enorme. A nivel político, creemos que el nuevo Gobierno del primer ministro Narendra Modi está comprometido con la equidad de género porque la ha priorizado desde su campaña. También la sociedad es más consciente de que se debe erradicar la violencia y la discriminación y están demandando un cambio en esa dirección.
P. ¿Y cómo es la situación de la mujer en el mundo 20 años después de la declaración de Pekín?
R. 160 países han hecho sus informes, y ahora estamos realizándolos a nivel regional y después abordaremos uno mundial sobre la implementación de Pekín. Es difícil hablar de todo ello, pero voy a generalizar un poco. La pobreza tiene cara de mujer: ha habido una creciente feminización de la pobreza. No sólo en los países en desarrollo, sino también en los desarrollados, las casas que tienen al frente a una mujer sola son más pobres. En la participación en la fuerza de trabajo ha habido progreso en algunos países, pero se podría decir que en los países en desarrollo todavía no tanto como debería. Las mujeres no están representadas en la fuerza de trabajo y no tienen posiciones de poder, eso incluso en el mundo desarrollado. En la educación primaria las niñas han logrado un gran salto, pero en la secundaria hay muchas que dejan de estudiar. No hay suficientes mujeres en puestos de poder político ni en los medios. Tampoco se ha avanzado mucho en la situación de las mujeres en zonas de conflicto: en una guerra es más peligroso ser una mujer que un soldado. Debo decir que en general la situación no es buena. El vaso está medio lleno. Tenemos mucho que hacer y nos falta mucho tiempo.
P. ¿Alguna noticia positiva?
R. Que estamos en un momento histórico para cambiar las cosas. Estamos a punto de adoptar la agenda de desarrollo pos-2015 y si queda como está, que es muy probable, hay un objetivo de género. Por primera vez existe la meta de acabar con la violencia, de empoderar económica y políticamente a la mujer, hay un fin en salud reproductiva y contra todas las formas de discriminación. A diferencia de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que eran parciales y solo para países en desarrollo, esta vez también hay algunas formas de implementación. Tenemos que asegurarnos de que esta agenda se queda fuerte y de que se provean todos los recursos necesarios para cumplir con este objetivo de género.
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