7 fotosLa otra escala de El Bosco Jardín infinito es una videoinstalación que permite al espectador caminar entre las criaturas del pintor. Una experiencia inmersiva y sensorialKike Para06 jul 2016 - 01:53CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEl artista Álvaro Perdices y el cineasta Andrés Sanz junto con los músicos Santiago Rapallo y Javier Adán han creado una videoinstalación que mete al espectador en los infinitos universos que se encuentran dentro de 'El jardín de las delicias'.Kike ParaEn el estudio de Álvaro Perdices hay una reproducción de 'El jardín de las delicias' que tanto él como su compañero han leído y comentado durante todo el proceso de creación. Los frutos rojos los tenían marcados con 'post-it'.Kike ParaEn esta instalación solo han utilizado imágenes de 'El jardín de las delicias', bien pinturas, radiografía, reflectografía y una fotografía de los años ochenta de la trasera de la tabla central, en la que se puede ver el engatillado que es la imagen con la finaliza la proyección.Kike ParaLos artistas han podido llevar a cabo esta proyección porque es una obra con multitud de centros, de escenas, inabarcable, infinita... Es casi imposible verla toda, ni la original en la que uno se pierde en los detalles, ni en el 'Jardín infinito', ya que por la distribución de la sala nunca se pueden ver todas las escenas a la vez.Kike ParaLa composición musical que acompaña a las imágenes en una pieza en sí misma, aunque forma un todo con la creación de Andrés Sanz y Álvaro Perdices. Javier Adán y Santiago Rapallo han huido de componer melodías que se pudieran identificar. "Es una instalación onírica, no queríamos que llevase al que la oye a nada real", afirman.Kike ParaLa coincidencia ha querido que el tríptico pintado por El Bosco hace más de 500 años esté situado justo en la sala de abajo de esta videoinstalación.Kike ParaLos artistas se pusieron muy pocas normas, la principal fue acotarse el terreno, no utilizarían ningún elemento que no fuera de 'El jardín de las delicias'. "Es tan inabarcable y abrumador que la propia obra nos sirvió como red y como marco, para no salirnos".Kike Para