13 fotosAlimentando el futuro de una nación desnutridaMás de uno de cada dos haitianos está malnutrido. Sacar a los niños de esa situación es básico para el porvenir el paísCarlos Laorden ZubimendiPuerto Príncipe - 14 oct 2016 - 12:23CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinBlueskyCopiar enlaceEn este centro no vale cualquier grado de desnutrición para recibir asistencia. Hay pocos recursos, así que toca priorizar. "Aquí se hace un reconocimiento de los niños, se les pesa y se les mide el perímetro braquial", explica el doctor Marcelin Steau, responsable del lugar.Fran AfonsoEn el centro se revisa a los niños y solo los más pequeños (hasta 15 meses) y en peor situación entran en el programa de desnutrición.Fran AfonsoA los demás, se les dan las vacunas oportunas y algo de vitamina A, si se cree que la precisan y se les envía a casa. Los agentes comunitarios de la clínica harán un seguimiento y si acaso, cuando haya oportunidad, repartirán a la familia un paquete de comida.Fran AfonsoLa mayoría de las madres que acuden al centro lo hacen animadas por los agentes comunitarios, que reciben formación en el mismo centro y después recorren el distrito orientando a las familias, detectando casos de desnutrición y animándolas a buscar ayuda en la clínica.Fran AfonsoLos más (des)afortunados, los pequeños en peor situación, reciben un suero de agua y azúcar contra la hipoglucemia y Plumpy Nut para recuperarse, además de amoxicilina (antibiótico) y albendazol (contra los parásitos) si se cree necesario.Fran AfonsoSolo los casos más graves (con fiebres u otras complicaciones) se quedan en observación en una pequeña sala contigua con apenas cinco cunas, Allí se les proporciona además una leche enriquecida mientras se les trata de las otras dolencias.Fran AfonsoEn otra estancia de la clínica las madres se apretujan con sus niños mientras una enfermera les insiste en la importancia de cumplir con la lactancia materna exclusiva como el mejor arma contra la desnutrición.Fran AfonsoEl programa también da pistas a los padres sobre cómo dar a sus hijos un poco mayores la mejor nutrición posible con los pocos recursos que tienen. "Normalmente tienden a comprar cosas importadas en lugar de productos locales que, muchas veces, son más baratos", dice la enfermera.Fran Afonso"El problema original es que la situación de los padres no mejora, y al final son los mismos niños los que vuelven al centro una y otra vez", indica Steau. "Casi todas las familias tienen problemas nutricionales", corrobora Auril Cirienne, una agente comunitaria.Fran AfonsoEl Plumpy Nut, ese saquito nutritivo de emergencia, es básico en este centro. El doctor Steau dice que afortunadamente Unicef les proporciona un suministro constante de este producto, pero admite que los recursos empiezan a escasear en otros aspectos.Fran Afonso"Los fondos son muy limitados, y tenemos que priorizar nuestra acción a las áreas más vulnerables", lamenta el responsable de la clínica. A este centro, por ejemplo, también vienen pacientes de otras comunidades a kilómetros de distancia.Fran AfonsoTras el seísmo de 2010, con chorros de ayuda internacional, había dinero para atender los innumerables casos de desnutrición infantil, que se fijaron como prioridad. Seis años después, pocos actores siguen apoyando estas iniciativas. Y eso obliga a elegir dónde se actúa y a cuántos niños se acepta.Fran AfonsoA diferencia de otros proyectos de cooperación, aquí los agentes comunitarios son todos locales. Algo necesario para que puedan desenvolverse bien en la zona. Porque además de todos los problemas propios de Haití y de su capital, el distrito de Martissant es escenario de constantes enfrentamientos violentos entre bandas rivales. "La mayor parte de nuestro trabajo se hace en y por la comunidad", comenta el doctor Steau.