El largo y cálido verano africano: Mark Zuckerberg descubrió África
El propietario de Facebook visitó Nigeria y Kenia, como parte de su estrategia de expansión en el continente
Mark Zuckerberg, fundador y responsable de Facebook, estuvo este verano en Nigeria y Kenia. Allí dijo que "el futuro se construye en África", se interesó por el mundo del dinero móvil y los tech hubs locales (iHub, por ejemplo, probablemente el más popular de los hubs de innovación africanos) y promocionó Internet.org, un servicio de acceso a Internet subvencionado, de muy bajo coste para el usuario, que tiene como objetivo conectar a los próximos mil millones de personas. Era la primera visita de Zuckerberg al África que queda al sur del Magreb. Las redes sociales del continente se volvieron locas.
La visita de Zuckerberg incluyó espacios como el de iHub, pero también otros menos conocidos, como BRCK, confundado por Erik Hersman y centrado en dar respuestas a la mala conectividad y la falta de suministro eléctrico a través de iniciativas como una wifi a energía solar o una tableta escolar denominada Kio. Hersman es también confundador de Ushahidi, la plataforma de control e informe electoral que se creó en el marco de los comicios kenianos de 2008 y que se considera, junto con M-Pesa, una de las grandes historias de éxito innovador de Kenia. Zuckerberg se reunió con autoridades del país y con el propio Hersman y Juliana Rotich, otra de las líderes tecnológicas kenianas.
Mucho estaba tardando: Kenia es punta de lanza de la revolución del dinero móvil y cuenta con más de 300 espacios de innovación tecnológica y más de 5 millones de usuarios de Facebook, que se conectan a la red social fundamentalmente a través de sus móviles. Nairobi recibe el apelativo de Silicon Savannah por sus avances en finanzas digitales, incubadoras tech y aplicaciones. Entre otras cosas. Innovaciones como M-Kopa (energía solar) o Little Cab (competencia para Uber) ven la luz día sí y día también en este país, apoyadas por un gobierno que apuesta por un gabinete TIC y con las ideas claras.
Nigeria, por su parte, cuenta con 17 millones de usuarios de Facebook, superando a Sudáfrica en el ránquin de países africanos conectados a la red social. Zuckerberg visitó allí el centro de Co-Creation Hub (CcHub), situado en el distrito de Yaba, en Lagos, y Andela, un acelerador de desarrolllo de software en el que Facebook invirtió 24 millones de dólares este año. La visita nigeriana fue más "novelera" para los medios: Zuckerberg se dejó fotografiar mientras corría, mientras departía con niños que están aprendiendo a programar en CcHub, con un presidente Buhari todavía a buenas con su esposa y con una de las proveedoras de su servicio a pie de calle, Rosemary Njoku.
Facebook está expandiéndose en África subsahariana, con 84 millones de usuarios en la región y una previsión de 75.000 millones de dólares en publicidad gracias al comercio digital. La compañía abrió su primera oficina africana en Sudáfrica el año pasado. Ya invierte en talleres y actividades en Kenia y Nigeria y ha introducido ambos países en la iniciativa Internet.org.
La aventura africana de Facebook sufrió, sin embargo, un pequeño revés coincidiendo casi con la visita de Zuckerberg. A principios de septiembre explotaba el cohete Falcon 9 de SpaceX en Cabo Cañaveral, retrasando los proyectos de expansión de Internet.org en África. La explosión volatilizó el satélite AMOS 6, alquilado por Facebook durante cinco años para extender esta iniciativa. Facebook mantiene el servicio en varios países en vías de desarrollo mediante acuerdos con proveedores de telefonía local, como sucede con Airtel en Kenia.
Imagen de la visita de Zuckerberg a Kenia hecha pública por el diario The Star
No faltan tampoco las voces críticas con la expansión de Facebook en el continente. Foreign Policy publicaba hace nada un texto titulado Free Basics de Facebook es el sueño de un dictador africano. En él señalaba que la aplicación de Zuckerberg pensada para contextos africanos es barata, fácil de utilizar y aparentemente ideal para África, pero también peligrosa por dos razones: no se la puede permitir todo el mundo y sobre todo, ejerce un control total sobre los contenidos a los que el usuario tiene acceso. El mal uso de los datos privados de los usuarios, la censura y el control de plataformas de disenso al margen de los medios oficiales, afines a los gobiernos, son amenazas muy reales para África y los africanos en la ola de esta expansión bienvenida por muchos, aparentemente filantrópica pero también con sus sombras.
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