Beyoncé, una diosa de la maternidad en los Grammy
La artista, pese a la gran victoria de Adele, captó toda la atención al actuar embarazada de gemelos
Vale, ganó Adele, que se llevó cinco premios Grammy, pero todos los ojos estuvieron puestos en Beyoncé, quien actuó para el mundo como una diosa de la maternidad. No solo se ciñó un ajustadísimo traje rojo de lentejuelas que evidenciaba su embarazo de gemelos, sino que, además convirtió su actuación -vestida de transparencias y oro, un diseño de Peter Dundas- en una oda a la fertilidad y en un canto al poder creador de las mujeres y a que unidas son más fuertes.
Adele fue la protagonista absoluta de la noche de Los Ángeles (California). Ella abrió el show cantando Hello y ella lo cerró. Pero, sin duda, el momento más comentado de la velada fue la irrupción de Beyoncé como diosa dorada de la fertilidad, que encandiló al público con los temas Love Drought y Sandcastles. La actuación fue una oda a la maternidad, un alarde técnico y un canto a la unidad de las mujeres.
La artista, que está esperando gemelos, bailó y se agitó menos que de costumbre (eso lo dejó al cuerpo de baile), mientras se proyectaban imágenes de ella misma en bikini de cadena de oro, de su madre (que la presentó en la gala), de la propia artista con 5 años y de su hija Blue Ivy. Entre el público, Jay Z lloraba, mientras abrazaba a Blue Ivy, que vestía un esmoquin rosado en homenaje a Prince.
Beyoncé, con corona de potencias, llegó a aparecer como un trasunto de la iconografía cristiana de la virgen, con halo dorado, aureola, pero también como Shiva. Y siempre rodeada de mujeres, decenas de mujeres reales o proyectadas. Un canto al poder creador de la mujer.
Beyoncé, que no posó durante la alfombra roja previa a la gala de Los Ángeles, vio una vez más un gran disco suyo premiado en las categorías especializadas pero superado por un artista blanco en las generales. La británica Adele, de 28 años, se llevó cinco premios. A pesar de ello, quiso dedicar su triunfo a Beyoncé, de 35 años, quien según la cantante de Tottenham, debía haberse llevado el gran trofeo de la velada.
"No puedo aceptar este premio", dijo la artista al recoger el gramófono al mejor álbum del año. "Estoy muy agradecida, pero mi vida es Beyoncé, y el mejor álbum para mí es el suyo, un trabajo monumental y bien pensado. Es un trabajo precioso donde desnuda su alma y podemos ver una parte de ella que no siempre enseña", agregó.
Lemonade, un álbum muy personal de Beyoncé aclamado por la crítica, con ocho nominaciones, se llevó el premio al mejor álbum urbano contemporáneo y a un vídeo musical. Beyoncé, con 22 grammys en su carrera, solo ha conseguido una vez triunfar en las categorías generales, con una canción del año. "Mi intención era crear un trabajo que diera luz a nuestro dolor, a nuestras noches y a las tinieblas de nuestra historia", dijo al recoger su premio.
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