Berlusconi empieza en rebeldía su viacrucis judicial
El primer ministro italiano no se presenta ante los jueces por el 'caso Mediaset' y arremete mientras tanto en los medios contra varias instituciones.- En las próximas semanas se iniciarán tres procesos más contra él
Una multitud de periodistas y cámaras lo esperaba este lunes en la sala del tribunal de Milán donde se celebraba la primera vista del caso Mediaset, en el que Silvio Berlusconi está acusado de fraude fiscal por haber inflado los precios de los derechos cinematográficos desde 1994 con el fin de evadir impuestos y crear fondos de dinero negro en el exterior. Era la primera etapa de un viacrucis judicial que llevará al primer ministro italiano a cuatro procesos distintos en las próximas semanas. Como se preveía, Berlusconi no acudió a la cita con los jueces; sus abogados no adujeron la norma del legítimo impedimento, y su defendido fue declarado en rebeldía.
Aunque no se dejó ver, Berlusconi se dejó oír durante toda la mañana con declaraciones y proclamas de marcado tono subversivo. Dijo que los juicios en curso son "solo procesos mediáticos" y que sus abogados le "impiden" asistir. Añadió que ya no tiene móvil porque le interceptan las llamadas y que es "una exigencia absoluta" limitar por ley las escuchas telefónicas. Atacó con dureza al presidente de la República y al Tribunal Constitucional: "El Quirinal [sede de la Presidencia] nos devuelve las leyes que no le gustan y luego el Constitucional las cancela". Y no olvidó zarandear a su exaliado Gianfranco Fini ("se ha aliado con los jueces para eliminarme") y al Parlamento: "Solo trabajan 50 y el resto se dedica a cotillear y a hacer lo que manda el jefe de filas".
Además, aseguró, está "harto" de la política. "Estoy hasta el gorro y no veo la hora de volver a ser un ciudadano privado. Lo haría si no fuera porque el 51% de los italianos que me estima pensaría que soy un desertor".
El cálculo ha sido desmentido hace tiempo por los sondeos, que hoy colocan a Berlusconi como el décimo líder más valorado del país. Pero la estrategia, victimista y amenazante al 50%, suena a llamada a cerrar filas ante un panorama más que problemático. Al hundimiento de la alianza con Muamar El Gadafi, que añadirá dificultades económicas, migratorias y energéticas a Italia y a las casi 180 empresas que comerciaban con Libia; Berlusconi tiene que sumar un calendario judicial digno de un jefe del hampa.
El sábado se inicia el juicio oral del caso Mediatrade, en el que Il Cavaliere está acusado de apropiación indebida y fraude fiscal; el 11 de marzo debería empezar otro proceso en el que se le imputa haber sobornado con 600.000 dólares a su abogado inglés David Mills por mentir a su favor en dos juicios; el 6 de abril se celebraría la primera vista del caso Ruby, en el que el magnate afronta cargos de prostitución de menores y abuso de poder; y el 11 de ese mes arrancará otra vez el caso Mediaset.
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