La memoria se impuso al temor
La victoria de Ollanta Humala en las presidenciales de Perú supone el triunfo de la memoria del pueblo peruano sobre su temor al futuro. Eso sí, por muy poco. Es indudable que el recuerdo del régimen autoritario de Alberto Fujimori ha pasado factura a la candidatura de su hija Keiko, sobre todo el escalofriante escándalo de las esterilizaciones forzadas que se llevaron a cabo durante el régimen fujimorista, al que Keiko, como mujer, no supo reaccionar ante el electorado femenino. Pidió disculpas con la boca pequeña y negó toda posibilidad de que esas prácticas fueron una política de Estado para el control de la natalidad. Pero es difícil cree que la esterilización de más de 250.000 mujeres indígenas en las zonas más pobres del país fue obra de un grupo de médicos fanáticos.
Este vergonzoso asunto para Perú, pendiente de justicia desde hace más de un decenio, le estalló en las manos a la candidata populista en la última semana de campaña y le fue imposible revertir sus efectos. Para más inri, todos los portavoces fujimoristas habían sido colaboradores de El Chino y uno de ellos incluso el ministro de Salud cuando se produjeron las esterilizaciones. El escándalo fue, sin embargo, la gota que colmó el vaso de un sinfín de cuestiones relacionadas con el autoritarismo que marcaron el Gobierno de Fujimori. Keiko no logró que más de la mitad del electorado viese al fujimorismo solo como el régimen que derrotó al terrorismo de Sendero Luminoso y sentara las bases del crecimiento económico que han hecho crecer a Perú al ritmo de China. El legado también estaba lleno de manchas de sangre y corrupción y Keiko no contaba con suficientes recursos para taparlas a todas.
Perú prefirió darle una oportunidad a Humala a pesar de que casi la otra mitad del país sigue sin creer que el nacionalista ya no es el radical de la izquierda chavista que era en 2006, cuando se presentó por primera vez a las presidenciales. Sin embargo, tras el apoyo decidido de intelectuales como el Nobel Mario Vargas Llosa o de políticos como el expresidente Alejandro Toledo, el asesoramiento de brasileños vinculados al partido de Lula da Silva y la firma por parte del candidato de todos los compromisos escritos habidos y por haber en defensa de la democracia y el modelo económico de libre mercado; los peruanos lo votaron con la esperanza de que todos esos apoyos y actos acaben por contener cualquier tentación autoritaria que Ollanta Humala, el primer gobernante de izquierda elegido en las urnas en la historia de Perú, pueda tener.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.