Rubalcaba propone que la Constitución reconozca la “singularidad” catalana
El PSOE ofrece al PSC pactar esa reforma a cambio de olvidar el referéndum "Con el derecho a decidir no hay debate. No cabe", dice el secretario general
En su afán por resolver la “discrepancia” entre los socialistas de Cataluña y los del resto de España, el PSOE cerró ayer una puerta y abrió otra. No aceptará bajo ninguna circunstancia el derecho a decidir de los catalanes (el eufemismo para referirse a la autodeterminación) pero está dispuesto a explorar una fórmula que dé un trato específico a Cataluña —está por ver en qué sentido y hasta qué punto— en la Constitución. Es la propuesta que lanzó el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, a los 220 asistentes al comité federal del PSOE, máximo órgano de dirección, que se reunían por primera vez desde que el Gobierno catalán lanzara en otoño su órdago independentista.
“Si el debate se centra en el derecho a decidir no habrá salida. No vamos a encontrar una solución, no cabe. El resto de España nunca va a aceptar que una parte decida sobre algo que afecta al todo. El PSOE tampoco”, solemnizó Rubalcaba (según el resumen del discurso que dio su equipo) dirigiéndose expresamente al primer secretario del PSC, Pere Navarro, que lo escuchaba con atención. En ese punto fue tajante. Luego añadió: “Hay que poner encima de la mesa otro camino. Nuestro camino. El de la reforma federal de la Constitución. Hoy la traigo aquí como una oferta del PSOE al PSC, por supuesto, y a Cataluña”. Cuando Navarro tomó la palabra, respondió: “Recojo esa oferta”.
La apuesta del PSOE por reformar la Constitución en dirección federal no es nueva, aunque sí reciente: la puso sobre la mesa el secretario general durante la precampaña de las elecciones catalanas del pasado noviembre, en medio de la ola soberanista que recorría Cataluña y después de que el PSC (el partido que representa a los socialistas en esa comunidad) incluyera el “derecho a decidir” en su programa (aunque subrayando que debe ejercerse dentro de la legalidad). Ayer, sin embargo, Rubalcaba no solo oficializó por primera vez ese planteamiento federal ante el máximo órgano de dirección del PSOE sino que lo centró expresamente en las necesidades de Cataluña, sugiriendo así que en su propuesta de reforma constitucional, junto a las medidas de signo federal comunes para toda España, debe abordarse específicamente “el problema catalán”.
El secretario general no habló de “Estado federal” sino de “reforma federal del Estado autonómico”. Pero dejó claro que el principal objetivo es apaciguar a Cataluña y abrir una “tercera vía” entre “la confrontación nacionalista y el inmovilismo del PP”. “Para acabar con la crisis territorial no hay más remedio que abrir la Constitución. Limitadamente, pero abrirla”, insistió Rubalcaba en rueda de prensa tras casi diez horas de debate a puerta cerrada. “He propuesto al PSC que discutamos esa federali-zación del Estado autonómico. Buscar un acomodo. El PSC ha aceptado esa fórmula. Queremos encontrar un modus vivendi con Cataluña y en eso vamos a trabajar: vamos a estudiar que la Constitución reconozca las singularidades de Cataluña”.
¿Hasta qué punto cree el PSOE que la Constitución debe reconocer un trato específico a esa comunidad frente al resto? “Siempre y cuando
la igualdad entre españoles se cumpla a rajatabla. Singularidades, sí; privilegios, no”, respondió el secretario general, sin aclarar qué diferencias de trato en el régimen de competencias o financiación podría implicar eso.
Las primarias, tras las europeas
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La número dos del PSOE, Elena Valenciano, había insistido antes en esa idea, durante una conversación informal con los periodistas: “Debe abrirse el diálogo para encontrar, con la reforma constitucional, el mejor encaje de Cataluña en España y soslayar así el otro asunto [el derecho a decidir]”, dijo. “La federalización es algo que afectaría a todos”, explicó Valenciano en referencia a todos los territorios de España. “Pero luego hay una cuestión concreta que resolver: Cataluña”.
Según miembros del comité federal consultados por EL PAÍS, Rubalcaba propuso acordar una reforma de la Constitución “sensata, con límites” pero también "valiente” —que, por otro lado, no solo abordaría la cuestión territorial sino también la de los servicios públicos y el funcionamiento de la clase política— y apuntó que una vía para dar un trato singular a Cataluña sería proponer que se “constitucionalicen” algunos aspectos del Estatuto de 2006 que el Tribunal Constitucional consideró en 2010 contrarios a la norma fundamental. Estas fuentes aseguran que ningún dirigente mostró especiales recelos a adentrarse por ese camino.
La “oferta” del PSOE pareció caer bien en el PSC, uno de cuyos responsables se felicitaba así: “Hace unos meses hablar aquí de federalismo era impensable”. Pere Navarro planteó ante el comité federal su defensa del derecho a decidir para celebrar en Cataluña una consulta “legal, acordada y vinculante”; pero luego, tras recibir el “no” tajante de Rubalcaba —que tampoco le cogió por sorpresa, porque la relación entre ambos es óptima y hablan casi a diario—, quitó toda importancia al desencuentro.
Navarro incluso aseguró que el PSC no pretende en absoluto que la reforma constitucional incluya el derecho a decidir, a pesar de que, hasta ahora, los socialistas catalanes siempre habían vinculado en alguna medida esos dos aspectos, y en su programa electoral reclaman la reforma constitucional para ir a “un sistema de soberanías compartidas” (cimiento jurídico del derecho a decidir).
“Lo que ha quedado evidente aquí es que, ahora ya, estamos de acuerdo en la reforma de la Constitución que nos permita avanzar hacia una España federal. Es un avance muy importante. En lo otro continuaremos dialogando. Vamos a mantener nuestra posición, que no es la independencia sino la reforma de la Constitución, y ahí hay un acuerdo con el PSOE de iniciar un diálogo para ver qué significa esa reforma”, dijo el primer secretario del PSC.
Cuando le preguntaron si le había molestado el “portazo” de Rubalcaba al derecho a decidir, el dirigente socialista catalán contestó que no ve un portazo en esa negativa, sino “una gran puerta abierta” en la oferta paralela a negociar la reforma constitucional.
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