El Grupo de Puebla aboga por descriminalizar las drogas y se declara feminista
Los dirigentes y expresidentes progresistas de Iberoamérica arropan al Gobierno de Gustavo Petro, que pide un vuelco en la política global sobre las drogas
América Latina sufre como ninguna otra región del mundo las consecuencias de la fallida guerra contra las drogas, así como el costo colateral de los esfuerzos antinarcóticos. El Grupo de Puebla, un foro de dirigentes progresistas iberoamericanos reunido esta semana en la ciudad caribeña de Santa Marta, ha llamado este viernes a descriminalizar esos esfuerzos y a que los países consumidores asuman su responsabilidad, en un nuevo respaldo al vuel...
América Latina sufre como ninguna otra región del mundo las consecuencias de la fallida guerra contra las drogas, así como el costo colateral de los esfuerzos antinarcóticos. El Grupo de Puebla, un foro de dirigentes progresistas iberoamericanos reunido esta semana en la ciudad caribeña de Santa Marta, ha llamado este viernes a descriminalizar esos esfuerzos y a que los países consumidores asuman su responsabilidad, en un nuevo respaldo al vuelco que reclama desde Colombia el Gobierno de Gustavo Petro, en vísperas de cumplir cien días en el poder.
El narcotráfico se ha convertido en un problema transnacional y global, ante el cual “los principales países consumidores deben asumir su responsabilidad en buscar una salida distinta”, sostiene la declaración final del VIII encuentro del Grupo de Puebla, que congregó a más de un centenar de dirigentes de izquierdas. “Por eso, proponemos una alianza latinoamericana para encontrar una solución basada en la desregulación de la prohibición de las drogas, y de dar un tratamiento social y sanitario, y no exclusivamente penal, a la adicción y al consumo”, apunta el documento.
La declaración es un espaldarazo más a la naciente estrategia antidrogas de la Administración Petro, todavía en construcción, después de que la Comisión Global sobre Política de Drogas también pidió esta semana cambios profundos en la lucha contra el narcotráfico en el mundo. “Yo les demando desde aquí, desde mi Latinoamérica herida, acabar con la irracional guerra contra las drogas”, dijo desde el atril Petro en su primer discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas, el pasado septiembre. El líder de izquierdas plantea, entre otras, dejar de criminalizar a los eslabones más débiles de la cadena, los cultivadores de coca, y enfocar los esfuerzos en golpear a las organizaciones criminales.
“El narcotráfico es una realidad que está presente en una muy buena parte de los países latinoamericanos, que causa un inmenso daño a la seguridad y al bienestar de nuestros pueblos, así que ahí hay un tema que compartimos”, explica el senador colombiano Iván Cepeda. “Necesitamos suscitar la responsabilidad que tanto se ha insistido deben asumir los grandes países consumidores. No puede seguir existiendo la asimetría de que mientras en esas sociedades se legalizan las drogas, se nos siga pidiendo cuentas porque no estamos llevando a cabo políticas suficientemente drásticas en penalizar el narcotráfico”, valora. De ahí la necesidad de una alianza continental. “Este no es un tema del progresismo, es un tema de todo el espectro político”, concluye.
El Grupo de Puebla, creado en 2019, promueve un modelo de desarrollo solidario. El encuentro de Santa Marta coincide con un momento en que la izquierda ha recuperado el terreno perdido en la región gracias a un largo ciclo de victorias que incluyen la de Alberto Fernández en Argentina, Luis Arce en Bolivia, Pedro Castillo en Perú, Gabriel Boric en Chile, Xiomara Castro en Honduras, el propio Petro en Colombia y, hace apenas dos semanas, la de Lula da Silva en Brasil.
Ni Petro ni su vicepresidenta Francia Márquez acudieron a la cita, pues privilegiaron asistir esta semana a la cumbre climática de Egipto. Sin mandatarios en activo en Santa Marta, las voces más influyentes fueron las de expresidentes como el colombiano Ernesto Samper, la brasileña Dilma Rousseff, el español José Luis Rodríguez Zapatero o el dominicano Leonel Fernández. Todos coincidieron en sus llamados a fortalecer la integración regional.
El encuentro, en cualquier caso, fue una oportunidad para que otros políticos de Colombia, que estrena un Gobierno de izquierdas, debatieran sobre ecologismo, feminismo o descentralización con fuerzas progresistas de otros países. Además del gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, anfitrión en Santa Marta, también asistieron numerosos congresistas del Pacto Histórico como Cepeda, María José Pizarro, Clara López o David Racero, el presidente de la Cámara de Representantes.
Progresista, ecologista y feminista
En los últimos dos o tres años han ocurrido acontecimientos que tienen que ser reinterpretados en una nueva agenda progresista para la región, apunta el expresidente Samper. “La protesta social en el año 2019, la pandemia y la guerra entre Ucrania y Rusia han cambiado de manera radical el panorama de la región, y del mundo. Frente a ese cambio de escenario hay que hacer un ajuste en la narrativa política que tenemos para enfrentar esa nueva realidad”, detalla. Ahora debe incluir temas como la transición ecológica, la soberanía alimentaria y la inteligencia artificial en una región que permanece en gran medida desconectada. El también exsecretario de la Unión de Naciones Sudamericanas, Unasur, es uno de los articuladores del Grupo de Puebla, junto al dirigente chileno Marco Enríquez-Ominami y el exministro brasileño Aloizio Mercadante, que no estuvo en Santa Marta por encontrarse volcado a la transición para la toma de posesión de Lula da Silva el 1 de enero.
América Latina, señala la declaración final, necesita incorporar y enfatizar nuevos temas en la agenda regional como las políticas públicas de medio ambiente, la equidad de género, la libre movilidad de las personas, la transición ecológica, la defensa de la selva amazónica y de los derechos de los pueblos indígenas y el desarrollo de energías alternativas. El Grupo de Puebla se define a partir de este encuentro como feminista, “hace propias las justas reivindicaciones de las mujeres y las disidencias sexogenéricas” y se propone promover la paridad en todos los espacios de la sociedad. “Esto quiere decir que todos sus miembros, en sus agendas políticas propias, en sus países, van a tener un enfoque feminista”, explica la senadora María José Pizarro al celebrar que sea justamente desde Colombia donde se plantee a América Latina como “potencia progresista, ecologista y feminista”.
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