Los fondos privados critican la reforma pensional: “es un golpe al ahorro de los trabajadores”

Según Asofondos, cuando los jóvenes de hoy sean adultos mayores no habrá suficientes recursos para pagar sus pensiones

La gente hace largas filas de espera para evitar la propagación del nuevo coronavirus para recibir su pensión, en Bogotá, el 03 de julio de 2020Sebastian Barros (NurPhoto via Getty Images)

Apenas unas horas después de que el Gobierno de Gustavo Petro radicara su propuesta de reforma pensional ante el Congreso de Colombia, los administradores de fondos privados de pensiones han lanzado una serie de reparos. “Es una reforma insostenible, en el mediano plazo habrá que pagar más impuestos y reducir beneficios como aumentar la ...

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Apenas unas horas después de que el Gobierno de Gustavo Petro radicara su propuesta de reforma pensional ante el Congreso de Colombia, los administradores de fondos privados de pensiones han lanzado una serie de reparos. “Es una reforma insostenible, en el mediano plazo habrá que pagar más impuestos y reducir beneficios como aumentar la edad de jubilación, incrementar aportes o reducir el monto de las pensiones”, aseguró Santiago Montenegro, presidente de Asofondos, la asociación que agremia a las administradoras privadas de dichos fondos.

La oposición era de esperarse, como quiera que la mayor parte de los ahorros de los trabajadores – con excepción de aquellos que tengan más de 1.000 semanas cotizadas, quienes entran en un régimen de transición – tendrán que ir a la estatal Colpensiones una vez se apruebe la reforma. Solo quienes ganen más de tres salarios mínimos mensuales (3.480.000 pesos, unos 725 dólares), podrían destinar aportes a los fondos privados, pero son menos del 15% de los empleados que cuentan con un salario fijo.

A diferencia de Colpensiones, donde se aporta a una bolsa común con la que se pagan todas las pensiones, en los fondos privados los ahorros van a una cuenta individual hasta llegado el momento de jubilación. En otras palabras, la reforma plantea que la mayor parte de los recursos lleguen a la empresa estatal. Eso libera recursos del Estado que hoy están destinados a cubrir el déficit mensual por los bajos aportes, y con ese dinero la reforma propone crear una renta básica de 233.800 pesos (48 dólares) para más de 2,5 millones de mayores de 65 años sin pensión. La contracara es que el Estado asumiría un mayor pasivo pensional, por tener que pagar muchas más mesadas en el futuro.

Asofondos estima que los jóvenes de hoy serán los perjudicados. “Cuando sean adultos mayores no habrá suficientes fondos para pagar sus pensiones”, dijo Montenegro. En una rueda de prensa este jueves explicó que, ante la tendencia al envejecimiento de la población, cada vez hay menos personas que aporten al sistema de pensiones en proporción a cada persona en edad de pensión. “Antes había más niños y adolescentes y muy pocos adultos mayores. La gente vivía muy poco, pero eso se fue transformando. La gente empezó a vivir más. Hace un siglo la esperanza de vida era de menos de 40 años, hoy estamos en 74 y, en el futuro, a finales de este siglo, va a estar por encima de 80, cada vez hay menos niños y la composición de la población cambia”, señaló.

Según datos del gremio, a mediados del siglo pasado había más de 11 trabajadores activos por cada adulto mayor de 60 años. Esa relación ha venido cayendo hasta llegar a cinco empleados por cada adulto mayor; a mediados de siglo serían dos; a finales de siglo, solo uno. “En un régimen de reparto no hay ahorro. Las pensiones se pagan directamente con las cotizaciones, pero cada vez hay menos plata para pagar las pensiones. El modelo que se plantea no es sostenible en el largo plazo”, agregó el dirigente gremial.

En la radicación del proyecto de ley, el presidente Gustavo Petro se anticipó a las críticas. Puso como ejemplo a Estados Unidos, Francia, España, y Alemania, países donde opera un modelo de reparto como el que plantea su propuesta de reforma. Francia, sin embargo, ha sido escenario de masivas protestas y una prologada tensión política y social por la decisión del Gobierno de Emmanuel Macron de aumentar de 62 a 64 años la edad de pensión a partir del año 2030.

“A pesar de que su población mayoritaria sea vieja y no joven, sus sistemas pensionales permanecen porque hay una alta productividad. Eso se les olvida decir a nuestros críticos. Luego, un sistema pensional depende, cualquiera que sea, de la productividad de su sociedad. Y cuando se habla de productividad, que tiene que ver con producción, estamos hablando de la estructura económica del país”, aseguró Petro. Insistió en que Colombia debe transitar hacia una economía “basada en la agricultura, basada en su agroindustrialización, basada en la industria, en las condiciones del siglo XXI, que ya no son las mismas del siglo XIX”.

Montenegro, por su parte, dice que aumentar la base de cotizantes pasa por reducir la informalidad laboral que hoy es cercana al 60%. “Aún así, no vamos a pasar de dos cotizantes por cada adulto mayor por la transición demográfica”, sostiene. “Ese hueco tocará llenarlo subiendo cotizaciones o aumentando la edad de pensiones, o aumentando el número de años de cotización, o reduciendo las pensiones”, puntualizó.

De acuerdo con los cálculos preliminares de Asonfondos, como consecuencia de la caída del flujo del ahorro, el pasivo pensional podría dispararse de 120% del PIB a un 224% en el año 2025. Las alertas de los fondos privados de pensiones son una señal de la intensidad del debate que afrontará la reforma pensional ante el Congreso, algo que ya ha ocurrido con las de salud y la laboral, las otras dos iniciativas sociales a las que el Gobierno busca abrirles paso este semestre, a pocos meses de las elecciones locales de octubre.

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