La historia de acoso sexual que nadie quiso ver hasta que salió en televisión
Varias periodistas de un noticiero hacen público que un exmilitar lleva meses acosándolas ante la inacción de la justicia. Su caso es uno más entre cientos de denuncias en el país
Varias horas de video muestran el hostigamiento sistemático de Alfredo Navas Alvis a varias reporteras del canal de televisión Caracol. Las cámaras de seguridad que custodian las instalaciones del medio han registrado por meses la presencia del hombre alrededor del edificio, incluso hasta altas horas de la madrugada. La denuncia la hicieron Alejandra Murgas, Lucía Fernanda Llanes y Katrina Melguizovski, todas periodistas asediadas en algún momento por Navas Alvis, a quien las autoridades identificaron como un ...
Varias horas de video muestran el hostigamiento sistemático de Alfredo Navas Alvis a varias reporteras del canal de televisión Caracol. Las cámaras de seguridad que custodian las instalaciones del medio han registrado por meses la presencia del hombre alrededor del edificio, incluso hasta altas horas de la madrugada. La denuncia la hicieron Alejandra Murgas, Lucía Fernanda Llanes y Katrina Melguizovski, todas periodistas asediadas en algún momento por Navas Alvis, a quien las autoridades identificaron como un exmilitar con más de 20 años de carrera que ya tenía en su historial un proceso penal por acoso sexual. De acuerdo con cifras de la Fiscalía General de la Nación, en 2023 se registraron 924 denuncias de ese tipo y hasta el momento solo hay 46 capturados y 31 sentencias.
Hace cinco meses empezó el viacrucis de Murgas, la periodista más afectada. Según su testimonio, el acoso comenzó con regalos diarios y cartas que el hombre le hacía llegar al canal. Mientras la mujer ignoraba al desconocido, este poco a poco aumentó la intensidad del asedio, hasta que la mujer tuvo que cambiar su rutina para no encontrárselo e inició la acusación formal ante la Fiscalía. Pese a ello, lo que pensó que sería un freno para el comportamiento abusivo, no dio resultado.
Murgas contó en el noticiero al que pertenece que la denuncia fue archivada apenas 24 horas después de ser radicada. Pasados unos días se reactivó el proceso, pero el fiscal ni siquiera se presentó en la audiencia. “No he visto respaldo desde las autoridades como uno esperaría que tuvieran las mujeres en casos como estos. Muchas veces he sentido que lo han minimizado”, señaló.
La historia de Murgas es un ejemplo de lo que viven a diario muchas colombianas que, además del acoso, se enfrentan a barreras en el acceso a la justicia. En los últimos meses, en la red social X varias historias se han hecho virales y respaldan las declaraciones de la periodista; también alertan sobre un panorama desalentador para las mujeres, que solo reciben atención cuando el caso llega hasta la opinión pública. Una de las denuncias públicas la hizo la propia víctima, María Antonia Sanín, quien optó por contar detalladamente su historia en redes sociales al no encontrar ayuda en las entidades competentes. La joven de 26 años ha soportado durante ocho años el acoso de Andrés Buitrago, quien fue su compañero cuando cursaba su pregrado en la Universidad Eafit, en Medellín, Antioquia.
Desde entonces, Buitrago se obsesionó con la joven y ante la negativa de la mujer a responder a sus mensajes y pretensiones, el hombre ha contactado a sus amigos, su familia e incluso a compañeros de su trabajo. El comportamiento ha ido escalando con los años. Incluso empezó a publicar videos donde la señalaba de terrorista y en los que presentaba comportamientos erráticos. “Esto se me volvió vivir aterrorizada y encerrada. Hubo una época en la que yo no salía de mi casa, no ponía un pie en la calle. Después de eso pude volver a salir, siempre acompañada”, contó la víctima al medio local El Armadillo. En 2021, tal y como hizo la presentadora de Noticias Caracol, Sanín interpuso una denuncia ante la Fiscalía, que dictó una orden de alejamiento. Después, Buitrago continuó hostigándola.
Solo cuando la joven decidió contar en X lo que ha vivido durante estos años, recibió la atención de las instituciones correspondientes. Después de que su publicación se volviese viral, la Fiscalía le pidió volver a testificar en el proceso y otras entidades de carácter departamental se ofrecieron a prestarle ayuda. Lo mismo sucedió con la familia de su acosador, que solo hasta ese momento se pronunció y excusó al joven, argumentando que sufría de una enfermedad mental.
El caso tiene puntos en común con el del profesor de la Universidad Distrital de Bogotá condenado tras 20 años de denuncias de más de una veintena de alumnas, quienes al igual que Sanín o Murgas solo encontraron barreras a la hora de exigir justicia, como contó una de las víctimas en una entrevista con EL PAÍS.
Todo esto sucede pese a que desde el 2008 en Colombia hay un marco jurídico que busca proteger a las mujeres de todo tipo de violencias, incluyendo el acoso sexual, bajo la Ley 1257. En la normativa también se da una serie de orientaciones para que el Gobierno y las autoridades competentes desarrollen planes de prevención, detección y atención a situaciones de acoso, agresión sexual u otro tipo de violencia. A quince años de la norma, la realidad sigue siendo otra.
La preocupación por la inoperancia de las autoridades para atender las denuncias por acoso sexual empeora cuando se evidencia que muchos feminicidios vienen antecedidos por estos comportamientos. El ejemplo más reciente es el de la adolescente Michel Dayana, un asesinato que conmocionó al país. Tras su muerte, el padre de la menor contó que el feminicida acosaba a la niña y a su hermana mayor.
¿Qué hacer si se es víctima de acoso sexual?
El acoso sexual es un delito contemplado en el Código Penal Colombiano y puede darse tanto en el ámbito privado como en el público. De acuerdo a cómo y en dónde se sufra el hostigamiento, hay diferentes tipos de rutas. “El primer paso es denunciar ante la Fiscalía General de la Nación, que será la que reciba la denuncia por el delito de acoso. Esto puede realizarse mediante canales virtuales en la página de la Fiscalía o en la línea 122. En caso de hacerlo de manera presencial, en las principales ciudades del país se puede acudir a los Centros de Atención Integral a Víctimas de Abuso Sexual (CAIVAS)”, explica la abogada penalista Adriana Alquichides, experta en temas de violencia de género.
Si el acoso se dio en el ámbito laboral o educativo, se contemplan otras rutas. Para las funcionarias de entidades gubernamentales se debe contar con un Protocolo para la prevención, atención y medidas de protección de todas las formas de violencia de género. En espacios educativos se debe informar a la Secretaría de Educación, que igualmente tiene un protocolo dispuesto para la atención a las víctimas de acoso sexual. “Otra cosa es la denuncia penal, que ojalá se hiciera siempre para que se investigue penalmente y se ponga una sanción privativa de la libertad a quien comete estos delitos”, subrayó la abogada.
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