El Clan del Golfo responde a Petro retratándose como un “ejército”

El mayor grupo armado de Colombia se mantiene por fuera de la paz total, la política bandera del presidente

Integrantes del Clan del Golfo antes de leer un comunicado.Vídeo: Gaitanistas 1948

El Clan del Golfo, la mayor banda del narcotráfico en Colombia, ha contestado el ultimátum que le lanzó hace dos semanas el presidente Gustavo Petro. Lo hizo a su manera, retratándose ahora como un “ejército” y sin mencionar por nombre propio al mandatario, en un video publicado este domingo. Por fuera de la política de paz total, la o...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El Clan del Golfo, la mayor banda del narcotráfico en Colombia, ha contestado el ultimátum que le lanzó hace dos semanas el presidente Gustavo Petro. Lo hizo a su manera, retratándose ahora como un “ejército” y sin mencionar por nombre propio al mandatario, en un video publicado este domingo. Por fuera de la política de paz total, la organización armada más grande de Colombia, que se solía denominar Autodefensas Gaitanistas de Colombia, pasa a autodefinirse como Ejército Gaitanista en ese comunicado, leído en un paraje montañoso y selvático por un portavoz acompañado de una veintena de hombres fuertemente armados y enfundados en flamantes uniformes de camuflado.

“Debido a las negociaciones que adelantan las guerrillas con el Gobierno de turno, han pretendido recuperar los territorios que han perdido en confrontación con nuestra organización”, apunta el portavoz, en referencia a los procesos en marcha con la guerrilla del ELN y con el mayor grupo de disidencias de las extintas FARC, al autoproclamado Estado Mayor Central. Ambos procesos han desembocado en ceses al fuego bilaterales acordados de momento hasta mediados de año. “Debido al blindaje que han adquirido en la mesa de diálogo, el presidente le ordenó a las fuerzas del Estado el exterminio de nuestra organización, sin dimensionar la violencia y el derramamiento de sangre que puede causar dicha orden presidencial”, advierte la declaración.

Vídeo: Gaitanistas 1948

Luego de que el Clan del Golfo asesinó a cuatro militares en una emboscada en el municipio minero de Segovia, en el nordeste de Antioquia, el presidente Petro endureció el tono y parece haberle cerrado las puertas de la paz total con la que se propone negociar en simultáneo con diversos grupos armados. “Su actividad se ha centrado en las economías ilícitas que nosotros estamos golpeando”, dijo entonces. “Si no son capaces de desmantelarse, como lo hemos solicitado, serán destruidos por el Estado”, les advirtió. “El viejo paramilitarismo se reencaucha en el nuevo”, reiteró este lunes en una nueva referencia al Clan del Golfo en su cuenta de X. “La orden dada por el Gobierno es clara: destruirlo”. El Gobierno también contempla retomar los bombardeos militares contra campamentos de grupos armados ilegales, y específicamente contra el Clan del Golfo, siempre y cuando se confirme que no hay menores de edad, por primera vez desde que Petro llegó al poder hace ya un año y medio.

Los acercamientos con el Clan del Golfo, un grupo involucrado en todo tipo de rentas ilegales que ha pasado por varios nombres, no han prosperado. Sin embargo, la banda asegura mantener su “voluntad de paz” y un “cese al fuego unilateral” del que no hay muchas señales. Por lo pronto no hay un marco jurídico claro para su eventual sometimiento a la justicia. “Estamos en un momento crítico, porque es muy claro que el Gobierno, con los dos años que le quedan, va a tener que decidir si va a abrir un proceso y si va a utilizar cada vez más la presión militar para controlar a este grupo”, apunta la analista Elizabeth Dickinson, investigadora del International Crisis Group. “Esa es la tensión que estamos viendo ahora con el incremento de operativos, mientras ellos mantienen esa narrativa de estar dispuestos al diálogo y de que son un grupo que merece su propio proceso”.

El Clan es responsable de cerca de la mitad de la droga que ha salido de Colombia en los últimos años, según las autoridades, y sus tentáculos se extienden a ejercicios de control criminal asociados a la extorsión, la minería ilegal y la captura de recursos públicos a través de las administraciones municipales. También está involucrado en el tráfico de migrantes por la espesa selva del Darién que separa a Colombia y Panamá. Ha pasado de contar con unos 4.000 miembros en 2018 a más de 6.000 en la actualidad, con intentos persistentes por retratarse como una “organización político militar”.

El Clan surgió tras la desmovilización de los grupos paramilitares en el Gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010) y se solía denominar como Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), una sigla que podría entrar en desuso. Luego de que su máximo líder, Dairo Antonio Úsuga, Otoniel, fue capturado en octubre de 2021 y extraditado a Estados Unidos, fue relevado por Jobanis de Jesús Ávila, alias Chiquito Malo. La caída de Otoniel no mermó el poder del Clan, que se ha expandido desde entonces en un esfuerzo por convertirse en un gran ejército, con mucha presencia en la zona noroccidental y norte del país. La banda mantiene guerras abiertas con otros actores armados en varias regiones, entre ellos el ELN y el EMC. “En el último año, es el grupo que mayor capacidad tiene para expandirse, y lo están haciendo en cada frontera que tienen con otros grupos y con el mismo Estado”, apunta Dickinson.

Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS sobre Colombia y aquí al canal en WhatsApp, y reciba todas las claves informativas de la actualidad del país.

Sobre la firma

Más información

Archivado En