Tres expresidentes latinoamericanos piden ayuda urgente para Haití: “Es una herida abierta”

Miguel Ángel Rodríguez, de Costa Rica; Eduardo Frei Ruiz, de Chile; y Felipe Calderón, de México, exigen a la comunidad internacional apoyo para instaurar un Gobierno estable, garantizar ayuda humanitaria y mejorar la seguridad en la isla caribeña

Un oficial de policía hace guardia mientras peritos trabajan en Puerto Príncipe, el 1 de mayo de 2024.Ramon Espinosa (AP)

Tres expresidentes latinoamericanos han alzado la voz este sábado para pedir ayuda urgente para Haití, la pequeña nación caribeña que se hunde en el caos de la violencia y la inestabilidad política. Los exmandatarios ...

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Tres expresidentes latinoamericanos han alzado la voz este sábado para pedir ayuda urgente para Haití, la pequeña nación caribeña que se hunde en el caos de la violencia y la inestabilidad política. Los exmandatarios Miguel Ángel Rodríguez, de Costa Rica; Eduardo Frei Ruiz, de Chile; y Felipe Calderón, de México, han exigido con premura a la comunidad internacional que no deje desamparado a ese país y han pedido apoyo para instaurar un Gobierno estable, garantizar ayuda humanitaria a una población que pasa hambre y mejorar la seguridad en la isla caribeña. “Haití es una herida abierta en América Latina”, ha afirmado Rodríguez.

Los tres políticos latinoamericano han unido sus voces bajo una iniciativa de la llamada Academia de Líderes Católicos, que organizó un coloquio regional para poner a Haití como prioridad en la agenda internacional. Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, abogó por escuchar “el grito silencioso de los hermanos haitianos” que, ha dicho —citando al papa Francisco—, sufren una crisis que los ha llevado a la desesperación “por el colapso del sistema sanitario, la falta de alimentos y la violencia que les empuja a huir”.

Parolin recordó que Haití es el país más pobre de Latinoamérica y según datos de organismo internacionales más de seis de cada 10 personas vive en condiciones de pobreza. El Banco Mundial ha establecido una esperanza de vida de a penas 63 años para la población de esa pequeña nación de 11,5 millones de habitantes, de los que al rededor del 50% vive en tugurios. “Más de 1,5 millones de personas se enfrentan a niveles de desnutrición, especialmente niños”, ha recordado el representante de la Santa Sede.

El religioso ha hecho un llamado conmovedor a poner los ojos sobre los problemas que enfrenta la población haitiana: “La carencia de alimento, el no poder acceder a la atención sanitaria, la educación y la inseguridad imperante han propiciado también el desplazamiento de miles de haitianos en movimientos tanto internos como externos, incrementándose su presencia en las principales rutas migratorias y aumentando también la preocupación y tensión en los países de paso y de destino”, ha dicho.

Recordó que la crisis migratoria genera presiones en otras naciones de la región, principalmente en la vecina República Dominicana. El religioso ha puesto hincapié en apoyar al Consejo Presidencial de Transición de Haití, formado en abril, que está llamado a organizar las elecciones presidenciales y conformar un nuevo Gobierno. “No se deben ahorrar esfuerzos en apoyar los pasos que tienen como objetivo conducir el país hacia la celebración de unas elecciones democráticas que le otorguen a las autoridades la legitimidad para poder emprender su proceso de reconstrucción”, ha pedido.

Haití se ha convertido en una nación que naufraga hacia el colapso total. La crisis que sufre empeoró en 2021, tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en su residencia de Puerto Príncipe a manos de un comando compuesto por al menos 28 sicarios. Desde entonces ha habido un vacío de poder que ha permitido el surgimiento de violentas bandas criminales que siembran el terror en la isla, principalmente la capital, Puerto Príncipe, cuyo territorio, según fuentes oficiales, está controlada en un 80% por estas agrupaciones. La ONU ha informado de que más de 2.500 personas murieron en el primer trimestre del año debido a la violencia, en una guerra interna que se ha salido del control de las autoridades.

Una mujer camina de la mano de una niña en el barrio Delmas.Pedro Anza (CUARTOSCURO)

El expresidente costarricense y exsecretario de la OEA, Miguel Ángel Rodríguez (1998-2002), ha recordado que Haití sufrió el expolio de potencias coloniales como Francia, que dejaron al país en ruinas. La pequeña nación, ha dicho, ha perdido más del 90% de sus bosques y sus recursos fueron arrasados, además de que se le impuso a su población el infame pago de indemnizaciones que sembraron las bases de la miseria que ahoga a millones de sus habitantes. “Los años de invasión por parte de Estados Unidos también causaron dificultades en esa sociedad”, ha recordado el político.

Para Rodríguez, debe ser un compromiso de las naciones latinoamericanas ayudar “al más pobre de nuestros hermanos”. El exmandatario ha afirmado de que “el establecimiento de las fuerzas de apoyo por parte de Naciones Unidas es indispensable para los haitianos”, pero ha advertido de que “no se trata simplemente del apoyo por unos días para tratar de apaciguar nuestra conciencia y sentirnos que estamos haciendo algo”. El país caribeño sigue a la espera de que la ONU envíe una misión internacional que ayude a contener la violencia y aporte estabilidad.

Eduardo Frei Ruiz, expresidente de Chile, pidió a las naciones más ricas del planeta que se interesen por la situación de Haití, un país cuya crisis EE UU ha considerado “tan importante” como las de Ucrania o Gaza. “Los países líderes del mundo, los que tienen más recursos, deben apoyar, porque se trata de una situación humanitaria crítica, con una comunidad que lucha en la miseria, en la inseguridad, brutalmente castigada. También lo tiene que hacer Francia y otras naciones que son responsables de lo que está sucediendo”, ha advertido. “Los países de Latinoamérica no podemos dejar abandonada de esta manera a una nación de nuestra región, preocupémonos de dar una pequeña ayuda solidaria”, ha pedido el líder político.

La última intervención de la jornada fue la del expresidente mexicano Felipe Calderón, quien ha abogado por la necesidad de inviar una misión internacional a la isla, que ayude no solo a hacer frente a las necesidades urgentes de la población, sino a estabilizar el país y conformar un Gobierno legítimo. “Que se establezca el Estado de Derecho, la legalidad y se protejan las libertades básicas sin las cuales no puede haber vida ni dignidad ni desarrollo”, ha dicho Calderón, quien ha pedido que se restablezca una misión como la desaparecida Minustah, el órgano del Consejo de Seguridad de la ONU, que intervino en la isla entre 2004 y 2017.

Esa misión, ha recomendado Calderón, debe restablecer un mínimo de seguridad en el país, apoyar una reforma a la Policía, un programa de desarme y demosvilización de bandas criminales y respaldar a los órganos de justicia con el fichaje de “policías, fiscales y jueces confiables y eficaces, bien pagados y bien protegidos”. Se debe, ha afirmado, “restablecer en Haití una mínima convivencia con la prioridad de la reconstrucción del Estado a través de una autoridad sólida, legítima y eficaz”.

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