El pueblo candadiense con una policía de osos polares
Los animales se han vuelto una atracción popular en la comunidad, que recibe millones de dólares de los turistas
En el remoto pueblo de Churchill, en Canadá, los osos polares son una atracción turística tan popular que la ciudad cuenta con un programa de policía para mediar las interacciones entre los animales y los visitantes. Tan solo en 2017 “la capital mundial de los osos polares” recibió 40 millones de dólares en ganancias de la industria turística, la más importante en la comunidad de tan solo 870 habitantes.
Desde que la base militar que operaba en la zona cerró, en la década de los setenta, el programa se instaló para evitar ataques de los animales a los visitantes. Con el calentamiento global y el deshielo de su hábitat, se ha vuelto más común que los osos se aproximen a los humanos. Ha pasado más de una década desde que un oso mutiló a dos personas en un callejón la noche de Halloween antes de que una tercera persona ahuyentara al animal. Desde entonces, no se han reportado más interacciones negativas, pero el pueblo permanece en vigilancia constante.