Así manipuló la dictadura argentina la historia tras su foto más icónica
El supuesto abrazo de consuelo entre un policía y una madre de Plaza de Mayo se dio en realidad durante un enfrentamiento
En los últimos meses de la dictadura argentina (1976-1983), los militares usaron una fotografía emblemática para lavar su imagen. El supuesto abrazo entre un policía y una madre de Plaza de Mayo durante una manifestación en Buenos Aires el 5 de octubre de 1982 se reprodujo en medios de todo el mundo, entre ellos EL PAÍS. Años después, ya en democracia, salió a la luz que, en realidad, la mujer lo increpaba, gritaba que la dejaran pasar y se abalanzó sobre el pecho del policía...
En los últimos meses de la dictadura argentina (1976-1983), los militares usaron una fotografía emblemática para lavar su imagen. El supuesto abrazo entre un policía y una madre de Plaza de Mayo durante una manifestación en Buenos Aires el 5 de octubre de 1982 se reprodujo en medios de todo el mundo, entre ellos EL PAÍS. Años después, ya en democracia, salió a la luz que, en realidad, la mujer lo increpaba, gritaba que la dejaran pasar y se abalanzó sobre el pecho del policía durante menos de un segundo, un gesto que quedó registrado por la lente de Marcelo Ranea. Esa fue la imagen del día que el régimen avaló, autorizando su difusión. A 40 años de aquel suceso, el hallazgo en el archivo de la agencia estatal Télam de seis fotografías censuradas permite reconstruir la farsa armada por los militares para exhibir una reconciliación que nunca existió.
El autor de las imágenes censuradas es Jorge Eduardo Sánchez. Como fotógrafo de Télam, en ese momento intervenida por la dictadura, fue a cubrir la Marcha por la Vida, la primera convocada por todos los organismos de derechos humanos y a la que asistieron más de 10.000 personas. Los manifestantes pedían conocer el paradero de las miles de personas que habían sido detenidas y desaparecidas y el cese del estado de excepción bajo el que se perpetraban secuestros, torturas y asesinatos. La policía prohibió la protesta. Al ver que no podía impedirla, valló todos los accesos a la Plaza de Mayo y reprimió a los manifestantes para que no pudiesen llegar hasta allí.
Una de las instantáneas de Sánchez muestra una fila de uniformados a caballo rodeando a los manifestantes, mientras se llevan a uno detenido. En otras, puede verse a distintas integrantes de la organización Madres de Plaza de Mayo enfrentándose al comisario Carlos Enrique Gallone para que dejase de cortarles el paso. En la última se ve a una de ellas, Susana de Leguía, llorando de rabia ante la negativa del policía, con las manos levantadas hacia él.
Sánchez regresó a la redacción y los negativos fueron revisados por el presidente de Télam, el coronel Rafael de Piano. Desde su escritorio, sin mediar diálogo, se dirigió al fotógrafo con voz de mando: “Esto no tiene que salir publicado. Por su bien, ¡retírese!”. Así fue. Su trabajo no salió a la luz ese día. En su lugar, Télam reprodujo la imagen de Ranea, fotógrafo de otra agencia, DyN, acompañado de un cable titulado Manifestaciones sin incidentes, en el que se detallaba que los manifestantes no habían podido llegar a Plaza de Mayo, pero que la concentración había finalizado “sin desórdenes ni detenciones” cerca de allí.
La versión oficial se publicó en medios locales e internacionales, acompañada por esa potente fotografía. “Pacífica concentración en el centro”, tituló el diario Clarín. “En la foto, un oficial de Policía consuela a una de las manifestantes”, agregó.
Este diario sacó la misma imagen en su portada del 8 de octubre de 1982. “Un oficial de policía, encargado de reprimir a las Madres de Plaza de Mayo —que reclaman desde hace años la aparición de sus seres queridos— consuela emocionado a una de las 10.000 personas que participaron por la tarde en la Marcha por la Vida”, se lee junto a la fotografía. Al año siguiente, la imagen fue galardonada con el Premio Rey de España.
Condenado a cadena perpetua
El comisario Gallone usó la fotografía premiada como evidencia a su favor en el juicio por la masacre de Fátima, ocurrida el 20 de agosto de 1976. Una treintena de detenidos en un centro clandestino dependiente de la Policía en Buenos Aires fueron ejecutados y trasladados a la periferia norte de la ciudad, donde fueron dinamitados. Los cuerpos de los 20 hombres y 10 mujeres tenían orificios de bala. La mayoría fueron asesinados con las manos atadas en la espalda. La justicia declaró culpable al comisario por esos crímenes y lo condenó a cadena perpetua.
“Esa foto tergiversó la realidad. Dio la vuelta al mundo una mentira. Yo estoy dolido porque tu medio, los medios, publicaron algo sin chequear”, lamenta el fotógrafo Jorge Eduardo Sánchez, autor de las imágenes censuradas, en diálogo con EL PAÍS.
Nora Cortiñas, titular de Madres de Plaza de Mayo — Línea Fundadora, confirma la manipulación. “No era habitual que esta madre viniera porque trabajaba, atendía una peluquería, entonces no conocía nuestros códigos, que eran no tocar ni dejarse tocar nunca por un policía. En su desesperación se le fue encima a Gallone, que aprovechó el momento para abrazarla y que pareciera que la policía trataba bien a las madres. Pero el gesto de Susana era de desesperación y de furia”, dijo a Télam.
“Yo me tuve que callar la boca y aun así el día 8 fui chupado [secuestrado] por los militares. No quiero hablar de eso, ya pasó, pero el dolor nunca se me va a ir”, agrega Sánchez. Conservó una copia de una de las seis fotografías censuradas y hace dos años la publicó por primera vez en su Facebook. Allí explicaba también cómo había sido secuestrado y trasladado a un centro clandestino de detención para ser sometido a “maltratos verbales y físicos” antes de que lo liberasen en la calle horas más tarde.
Ranea, el fotógrafo del falso abrazo premiado, falleció el año pasado, pero él también reconoció que la imagen daba una visión distorsionada de lo que había ocurrido. “Fue una fracción de segundo durante la cual se enfrentaron Susana de Leguía, una madre de Plaza de Mayo, y el comisario Carlos Gallone. Ella le pega en el pecho y para pararla en su histeria, el tipo la abrazó durante medio segundo como mucho. Fue una situación muy corta. Yo había empezado haciendo fotos alrededor de este grupo y veo la escena”, dijo en un reportaje audiovisual.
Las fotografías censuradas fueron rescatadas como parte del trabajo de puesta en valor del archivo de Télam, que se lleva a cabo bajo la gestión de la directora Bernarda Llorente.
“Estábamos haciendo un relevamiento de fotos de la Guerra de Malvinas, revisando material sin catalogar, y encontramos un sobre que decía “Marcha a Plaza de Mayo, 15 junio 1982″, cuenta la fotógrafa Analía Garelli, coordinadora de la puesta en valor del archivo. Argentina se rindió frente a Gran Bretaña el 14 de junio y ese día y el siguiente hubo protestas. Por eso pensaron que el material guardado allí estaba relacionado con Malvinas. “Pero cuando abrimos el sobre encontramos una sola tira con seis fotogramas y reconocí uno de ellos, era el de la foto de Gallone y la Madre Susana de Leguía”, señala Garelli.
Esta fotógrafa explica que las imágenes censuradas quedaban descatalogadas, pero, además, solían guardarse con otra fecha para evitar que fuesen localizadas con facilidad y destruidas. Esa decisión las salvó, pero tardaron 40 años en hacerse públicas.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS América y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la región.