De YouTube a TikTok: el arma electoral con la que Javier Milei grita más fuerte en Argentina
Un tercio de los votantes argentinos tiene menos de 29 años y se informa en las redes sociales audiovisuales, donde la ultraderecha ha copado los espacios con grupos autogestionados
El ultraderechista Javier Milei se convirtió en el candidato a vencer en las elecciones del próximo 22 de octubre en Argentina casi sin haber recorrido el país. Fue a 13 de las 24 provincias y aún así ganó en más de la mitad de las que no visitó. Entre ellas, sorprendió especialmente el caso de Salta. En la provincia del norte andino, donde consiguió su mejor resultado, lo votó el 49,38% del padrón en las primarias de mediados de agosto. A Milei se lo h...
El ultraderechista Javier Milei se convirtió en el candidato a vencer en las elecciones del próximo 22 de octubre en Argentina casi sin haber recorrido el país. Fue a 13 de las 24 provincias y aún así ganó en más de la mitad de las que no visitó. Entre ellas, sorprendió especialmente el caso de Salta. En la provincia del norte andino, donde consiguió su mejor resultado, lo votó el 49,38% del padrón en las primarias de mediados de agosto. A Milei se lo ha llamado el candidato de los estudios de televisión porque ascendió de tertuliano a diputado nacional en menos de cinco años. Pero también podría llamársele el candidato de YouTube y TikTok. Si las redes son la nueva plaza pública, el vecino que grita más fuerte es Javier Milei.
Ningún otro aspirante a la presidencia ha logrado dominar el discurso de las redes sociales como lo hace el ultraderechista, que se ha impuesto con menos esfuerzo y mucha menos gente. Patricia Bullrich, la candidata de la derecha tradicional, sigue siendo la más popular en Twitter. Sergio Massa, el actual ministro de Economía y candidato del peronismo, es el favorito de Facebook. Pero Milei domina Instagram y TikTok, los espacios favoritos de los electores menores de 29 años, que son un tercio del padrón. Es el candidato más popular en YouTube, además, aunque no por los contenidos de su canal oficial.
“Los partidos que están vinculados a las derechas en todo el mundo tienen un emplazamiento especial con las redes sociales. En Argentina, es el caso de La Libertad Avanza y de su líder, Javier Milei”, señala Ana Slimovich, investigadora del Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) y profesora de la Universidad de Buenos Aires y de San Andrés. Para la investigadora, eso se debe a que estas fuerzas políticas “construyen discursos con un lenguaje sencillo, que no es técnico y apela a las emociones, tanto a las positivas como a las negativas”. Milei empezó su campaña comparándose con un león que venía “a despertar a otros leones y no a guiar corderos”. Ahora recorre los alrededores de Buenos Aires tronando una motosierra, símbolo del recorte que pretende implementar en el Estado.
Milei, afirma Slimovich, se ha hecho fuerte por la organización esporádica que consiguen sus seguidores, especialmente los que está fuera de la estructura del partido. Cuentas como @elPelucaMilei o @MileiPresidente alcanzan casi el millón de seguidores y son los voceros más importantes del libertario. Tienen casi cuatro veces más seguidores que el canal oficial de Milei, y millones de visitas a videos que recortan, editan y publican sus entrevistas televisivas con titulares que celebran que Milei “destroza”, “explota” o “desburra” a periodistas u oponentes políticos.
“Aunque el candidato no esté presente, corporizado, están reproduciendo su discurso”, dice Slimovich. “Esto puede explicar el resultado de lugares en los cuales él no está presente, pero sí están presentes sus seguidores de las redes, reproduciendo sus discursos, y también los medios masivos difundiendo todos sus contenidos”. Lo mismo pasa en TikTok, Instagram o Twitter, donde la militancia libertaria produce memes virales que después reproduce hasta el mismo Milei.
Agustín Romo, director de Comunicación Digital y candidato a diputado de La Libertad Avanza, afirma que unas 15 personas trabajan a sueldo en la campaña del libertario, pero que “el 90% del contenido se produce ad honorem”. Para Romo, la victoria de Milei en lugares que nunca ha visitado “da la pauta de un cambio de época en la forma de hacer política”. Milei saltó a la política desde los estudios de televisión. Desde allí impuso su furia antisistema en el debate político y desde las redes lo amplificó. En el último año, el país empezó a hablar de la dolarización de la economía o de la venta de órganos, según decidía Milei. “Nosotros usamos las redes sociales para instalar nuestra propia narrativa y nuestra agenda. Si salimos a instalar un tema a la mañana, a la noche están hablando todos de eso”, asegura.
Romo cree que el éxito de su candidato para imponer agenda tiene dos ingredientes. Por un lado, proyecta un “mensaje correcto” que lo conecta con el electorado. Un discurso manido entre los aspirantes que se presentan como outsiders del sistema político y que fue exitoso para Jair Bolsonaro en 2019: que la “decadencia” del país es producto de una “casta política” que prioriza sus intereses “a costa del pueblo”. Por el otro, continúa el consultor, la campaña del “movimiento liberal” se viene gestando desde “hace 10 años”, pero “no tenía representación política” hasta que llegó Javier Milei.
El candidato tiene el asesoramiento de Fernando Cerimedo, referente de la comunicación digital para la ultraderecha latinoamericana. Una investigación del Centro Latinoamericano de Investigaciones Periodísticas (CLIP) reveló que el consultor ha difundido “mensajes basados en mentiras en Brasil, Argentina y Chile”. Cerimedo fue uno de los grandes agitadores detrás de la denuncia, sin pruebas, de que Lula da Silva había ganado en Brasil con un fraude electoral. Algo de esa influencia ya se ha visto en la campaña de Milei. El 13 de agosto, a pesar de ser el candidato más votado en las primarias, su partido insistió en que le habían robado votos.
El peronismo, en desventaja
En el peronismo admiten que han empezado esta campaña unos pasos atrás. Definieron a su aspirante por sorpresa, la noche previa al cierre de listas. Massa fue proclamado “como candidato de unidad” el 23 de junio. Abrió su cuenta de TikTok días después. “Nuestro espacio tiene sus tiempos con la presencia en redes. Nos pasó también cuando la discusión era con el PRO [el partido de Mauricio Macri que ganó la presidencia en 2015]: ellos tenían más desarrollo con las redes sociales. Después lo equilibramos, pero estábamos muy atrás. Priorizamos otros formatos, otro tipo de militancia”, señala un conocedor de la campaña.
Los asesores de Sergio Massa dicen que todavía ven un escenario del voto dividido en tres tercios, pero que “la polarización más marcada es con Milei”. Su campaña en redes sociales está siendo apoyada por los asesores de Lula da Silva –que se suman al español Antoni Gutiérrez Rubí–. “Vinieron a compartirnos sus experiencias sobre las dos elecciones que les tocó disputar contra Bolsonaro: las que perdió Fernando Haddad [en 2018] y las que le tocó ganar a Lula [en 2022]”, dicen desde el entorno de campaña. “Ellos están trabajando con nosotros previendo el escenario de octubre y, sobre todo, la posibilidad de llegar al balotaje”.
En la carrera del peronismo por captar electores jóvenes, la última en sumarse a la campaña en TikTok ha sido la vicepresidenta, Cristina Kirchner. La principal referente del peronismo abrió su cuenta este lunes y ya ha subido una decena de vídeos, cuando hace menos de cinco meses llamaba a los jóvenes a “superar los 20 minutos de TikTok”.
El peronismo, un partido acostumbrado a los grandes actos callejeros y a los mítines, empieza a mostrarse más en las redes. Lo ha hecho el actual presidente, Alberto Fernández, contestando preguntas en directo junto a su perro en Instagram; y Massa ha empezado a anunciar sus medidas económicas en videos verticales hechos para las redes. Su militancia más joven lo pedía.
Después del triunfo de Milei en las primarias, un grupo de peronistas jóvenes hicieron autocrítica y crearon una cuenta en TikTok, @Indisciplinadxs, para generar “un espacio de comunicación inorgánico” en la campaña. “Las redes son un territorio en disputa donde no estamos dando la batalla. O, en todo caso, si la damos, lo estamos haciendo de manera incorrecta”, dicen dos de los integrantes de @Indisciplinadxs. Un video en el que evidenciaban la falta de información con la que cuentan los votantes se hizo viral y alcanzó a 166.000 personas. “En términos de comunicación nos parece terrible el vacío de herramientas conceptuales para elegir un voto”, afirman, pero agregan que “no hay que dar por perdida la batalla en redes sociales”: “Se abrió la cancha y hay maneras de aprovecharlo”.
La ‘Bullrichmanía’ y los autoconvocados
Patricia Bullrich, la candidata que lidera la derecha tradicional de Juntos por el Cambio, busca su lugar en la carrera presidencial. Ganó el liderazgo de su espacio en la única interna reñida de las primarias de agosto, en la que polarizó con el hoy alcalde de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. Bullrich proponía mano dura; Larreta, diálogo y centralidad. La incógnita es si Bullrich podrá fidelizar el voto de su antiguo rival mientras intenta ingresar en la pelea entre Massa y Milei, que se han elegido mutuamente como contrincantes.
Entre sus asesores de redes sociales observan a ambos espacios. “Todo lo que hace Massa en redes no lo estoy mirando tanto, porque es más llamativo lo que hace Milei”, dice Yasmin Hassan, su asesora principal. La virtud que Hassan ve en su partido es parecida a la de Milei: un bloque orgánico de militantes que mueven información por voluntad propia, sin “bajada de línea” del partido. Al movimiento lo bautizaron Bullrichmanía, y consiste en grupos de militantes autoconvocados que difunden información anticipada por el partido en grupos de WhatsApp.
La campaña de Bullrich, que fue ministra de Seguridad de Mauricio Macri, se ha enfocado en señalar la corrupción durante los gobiernos kirchneristas. El grueso de sus interacciones en redes sociales son denuncias o interacciones con votantes que señalan la corrupción o las malas políticas del oficialismo.
Esta semana, un tribunal penal reabrió dos causas por corrupción contra la expresidenta y Bullrich lanzó su último video de campaña: en un minuto, muestra la maqueta de una nueva cárcel de máxima seguridad para criminales que, prometió, llamará “Unidad penal Dra. Cristina Fernández de Kirchner”. La candidata logró lo que buscaba: el vídeo fue el tema tendencia del sábado mientras Kirchner hablaba en su primer acto público en meses.
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