El nuevo mapa político de Argentina: sin presencia ultra en las provincias y con un Congreso fragmentado
El centroderecha y el peronismo se reparten las provincias, mientras que la ultraderecha de La Libertad Avanza no gobernará en ninguna; desde diciembre no habrá mayorías en las Cámaras
El mapa político de la Argentina que convivirá con el próximo presidente quedó prácticamente listo con las elecciones del pasado domingo. A partir del 10 de diciembre, la alianza de centroderecha de Juntos por el Cambio gobernará en 10 provincias mientras que el peronismo de Unión por la Patria lo hará en ocho; las seis demarcaciones restantes serán dirigidas por partidos provinciales; la extrema derecha de La Libertad Avanza no lo hará...
El mapa político de la Argentina que convivirá con el próximo presidente quedó prácticamente listo con las elecciones del pasado domingo. A partir del 10 de diciembre, la alianza de centroderecha de Juntos por el Cambio gobernará en 10 provincias mientras que el peronismo de Unión por la Patria lo hará en ocho; las seis demarcaciones restantes serán dirigidas por partidos provinciales; la extrema derecha de La Libertad Avanza no lo hará en ninguna. Además, ningún partido tendrá mayoría en el Congreso: tanto el peronista Sergio Massa como el ultra Javier Milei tendrán que dialogar con una oposición fracturada si llegan a la Casa Rosada.
Los argentinos votaron el 22 de octubre en primera vuelta al próximo presidente del país. El peronista Sergio Massa consiguió remontar los resultados de las elecciones primarias y quedó primero con el 36,7% de los votos. El 19 de noviembre se disputará la presidencia con el ultra Javier Milei, que obtuvo el 29,2% del apoyo. Fuera de la contienda quedó la candidata de la derecha tradicional de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich.
Ese día, además de elegir presidente, tres provincias –Buenos Aires, Catamarca y Entre Ríos– votaron a gobernador y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires eligió a su jefe de Gobierno. El calendario de elecciones provinciales que comenzó a principio de año quedó cerrado con esas últimas definiciones: Unión por la Patria retuvo la provincia de Buenos Aires y Catamarca, pero perdió Entre Ríos a manos de Juntos por el Cambio, que además retuvo la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En la provincia de Buenos Aires, el principal distrito electoral del país, donde está el 37% del padrón, fue reelecto el kirchnerista Axel Kicillof. En Catamarca, también habrá continuidad con la reelección del peronista Raúl Jalil. La provincia de Entre Ríos, en cambio, optó por la alternancia y allí gobernará Rogelio Frigerio, del PRO, una de las fuerzas que integra Juntos por el Cambio. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires seguirá siendo gobernada por el macrismo: Jorge Macri, primo del expresidente Mauricio Macri, será el próximo alcalde de la capital argentina tras obtener un resultado ajustado en las elecciones.
Estas fueron las únicas cuatro demarcaciones que hicieron coincidir sus elecciones provinciales con las nacionales. Las 18 restantes que votaron este año lo hicieron antes del 22 de octubre y otras dos –Corrientes y Santiago del Estero– no fueron a las urnas en 2023. Con el desdoblamiento de las elecciones, que desde el regreso a la democracia es cada vez mayor, los candidatos provinciales se aseguraron diferenciar sus agendas locales de la nacional, enfocada principalmente en la cuestión económica.
En resumen, 15 territorios optaron por la continuidad del oficialismo en las provincias mientras que siete eligieron cambios. Los resultados muestran que el peronismo perdió espacio en los territorios. Un análisis del politólogo Facundo Cruz publicado antes de las elecciones atribuye ese retroceso al avance de los partidos provinciales y no necesariamente al de Juntos por el Cambio. “Algunos porotos [tantos] que se anotó Juntos por el Cambio (...) en realidad fueron victorias de provincialismos, que fueron buscados por líderes nacionales para ganar territorialidad”, escribió Cruz en su boletín La gente vota.
La politóloga Lara Goyburu señala que aún cuando ha habido cambio de Gobierno en algunas provincias, el sistema político “sigue moviéndose entre los dos polos tradicionales de la política argentina”, es decir, entre el peronismo entendido en sus sentido amplio –no solamente el de Unión por la Patria– y el radicalismo de la Unión Cívica Radical, una fuerza moderada que hoy integra Juntos por el Cambio. El primer partido de masas de Argentina ha quedado desdibujado a nivel nacional por su incorporación en esa alianza, pero varios dirigentes provinciales provienen de sus filas, como Carlos Sadir, en Jujuy, o Alfredo Cornejo, en Mendoza.
Quien llegue a la Casa Rosada el 10 de diciembre deberá ser capaz de tender puentes con los gobernadores de uno y otro color para garantizar la gobernabilidad y en ese sentido, avisa la politóloga, Massa es el que tiene “más años de vínculo político y partidario con los ellos”. “Javier Milei, al ser un político nuevo, no tiene los vínculos ni las estructuras partidarias que puedan habilitar estos diálogos”, explica.
“En un escenario de crisis económica, con falta de dólares, donde los recursos naturales les pertenecen a las provincias y la posibilidad cierta de que el sector energético sea importantes en la recuperación macroeconómica, contar con el apoyo o con un diálogo abierto con los gobernadores será clave para las políticas de estabilización que quiera llevar adelante el próximo presidente”, apunta Goyburu. “En cuanto no se reforme la Constitución argentina seguirá siendo así”, advierte, “porque muchas de las reformas que proponen uno y otro candidato tienen que pasar necesariamente por el Congreso”.
Un Congreso partido
Tras las elecciones del domingo, las dos cámaras del Parlamento quedaron aún más fragmentadas por la irrupción de La Libertad Avanza. La ultraderecha, que hasta este domingo contaba con apenas tres diputados en todo el Congreso argentino, se ha convertido en la tercera fuerza tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores. Esto amenaza con tensar aún más la falta de consensos en el Congreso. El peronismo conservará la primera minoría en ambas cámaras, pero gane quien gane en la segunda vuelta presidencial tendrá que dialogar con una oposición fracturada.
Según el escrutinio provisional, el peronismo retendrá 107 de las 257 bancas de diputados, a 21 votos del quórum; Juntos por el Cambio se quedará con 93 y La Libertad Avanza con 37. En el Senado, el oficialismo tendrá 34 de los 72 asientos, a tres de la mayoría; el centro derecha tendrá 24 senadores y la ultraderecha, ocho. Los bloques provinciales reúnen a 15 legisladores en la Cámara baja y a seis en la Cámara alta. Aun con el apoyo de bloques afines, La Libertad Avanza está lejos del quórum y será Unión por la Patria la fuerza que tenga mayores posibilidades de llegar a acuerdos con legisladores de otros partidos, como los de la Unión Cívica Radical, para asegurar la gobernabilidad.
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