‘Bienamada’, esta novela puede herir la sensibilidad
Empar Moliner dibuja en este libro una sospecha que hace que nos instalemos en un futuro incierto o probable para nosotros y dolorosamente ineludible para la protagonista
En los telediarios se suele advertir a los televidentes de que las imágenes que verán pueden herir su sensibilidad. Pues eso puede ocurrir con esta novela, que sus páginas puedan herir la sensibilidad del lector, cosa que si ocurriera estaríamos entonces ante un puñado de páginas de literatura verdadera. La literatura, sea en poesía, novela o relatos, debe herir. Nos queda la tranquilidad de que las heridas literarias cicatrizan. Pero esas heridas no las olvidaremos así como así. Me estoy refiriendo a ...
En los telediarios se suele advertir a los televidentes de que las imágenes que verán pueden herir su sensibilidad. Pues eso puede ocurrir con esta novela, que sus páginas puedan herir la sensibilidad del lector, cosa que si ocurriera estaríamos entonces ante un puñado de páginas de literatura verdadera. La literatura, sea en poesía, novela o relatos, debe herir. Nos queda la tranquilidad de que las heridas literarias cicatrizan. Pero esas heridas no las olvidaremos así como así. Me estoy refiriendo a Bienamada, la nueva novela de la escritora catalana Empar Moliner.
Eso en primer lugar. El lenguaje de la novela, entre soez y escatológico (pero a la vez directo, sin concesiones a la morosidad descriptiva, donde hay una sola externa: un pájaro cantando en un árbol), también pareciera primar en una historia, que apunta hacia algo mucho más profundo que herir sólo sensibilidades. Eso lo sabe la autora, pero no su protagonista, que no tiene por qué ser consciente del tono en que formula lo que le pasa o intuye que le pasará; es la única manera que tiene de enfrentarse y nombrar lo que la aflige, la entristece o la encoleriza.
La literatura, sea en poesía, novela o relatos, debe herir. Nos queda la tranquilidad de que las heridas literarias cicatrizan
Yo voy a insistir en otra faceta de Bienamada. Tiene un comienzo antológico, que hace mucho que no encuentro en una novela. Son sólo 12 líneas de su primer párrafo. En esas líneas, Remedios Durán, la protagonista y narradora de la novela, anticipa algo que ocurrirá a los que van en el coche que los lleva, a ella, a su hijita, a su marido, músico, y a Cristina, la joven compañera de orquesta en la que tocan juntos, y que en el momento que se apunta ocupa el sitio que debería ocupar Remedios.
A diferencia de lo que ocurre en las narraciones en segunda persona, que señalan el presente absoluto de la acción, en esta novela la acción dibuja una sospecha que hace que nos instalemos en un futuro, incierto o probable para nosotros y dolorosamente ineludible para Remedios. La novela se estructura entre el presente de Remedios, que transcribe casi notarialmente (como exigía Stendhal) su presente, y el pasado que recupera cuando sale a correr con sus amigas. Remedios resume mucho de lo que atañe a mujeres de su edad (en la cincuentena) y situación fisiológica (la menopausia). No resume menos la reacción del hombre ante esta situación. No quiero dejar de subrayar la sensación de haber leído el monólogo interior de una mujer entre la desesperación y una resignada paz.
En definitiva, esta novela es un implacable y descarnado diagnóstico moral sobre nuestro presente. Y narrativamente impecable.
Bienamada
Autora: Empar Moliner.
Traducción: Josep Escarré Reig.
Editorial: Planeta, 2022.
Formato: tapa blanda (232 páginas. 20,90 euros) y e-book (9,99 euros).
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