Sharon Fridman coreografía su proceso creativo
El bailarín y coreógrafo israelí afincado en Madrid propone en ‘Exprímeme_Life in Process’ un viaje por los entresijos de la danza a través de una obra con formato de ensayo
Ha querido Sharon Fridman huir de la grandilocuencia que suele asociarse a una celebración escénica a la hora de festejar los 15 años que está cumpliendo su compañía con sede en Madrid. En su lugar, el creador y bailarín ha diseñado una pieza de 55 minutos y corte aparentemente intimista, que muestra un proceso de creación junto a los también bailarines y coreógrafos Arthur Bernard Bazin y Melania Olcina. Tal vez, llevado por el intento de abrir nuevos canales de comunicación para la danza contemporánea, o incluso impulsado por el e...
Ha querido Sharon Fridman huir de la grandilocuencia que suele asociarse a una celebración escénica a la hora de festejar los 15 años que está cumpliendo su compañía con sede en Madrid. En su lugar, el creador y bailarín ha diseñado una pieza de 55 minutos y corte aparentemente intimista, que muestra un proceso de creación junto a los también bailarines y coreógrafos Arthur Bernard Bazin y Melania Olcina. Tal vez, llevado por el intento de abrir nuevos canales de comunicación para la danza contemporánea, o incluso impulsado por el esfuerzo de derribar alguno de esos enigmas que la rodean y siguen presentándola como una desconocida para el gran público.
El caso es que el resultado del estreno absoluto de Exprímeme_Life in Process, presentada el pasado jueves en los Teatros del Canal de Madrid, cristaliza en una especie de ensayo abierto en el que los avatares profesionales y existenciales de tres bailarines ―que son también seres humanos y eso se subraya― ocupan el centro de la cuestión. Vida y obra en un solo lugar. Tres profesionales de la danza que se interpretan a sí mismos. Una especie de metadanza o autoficción escénica alrededor de la creación coreográfica y el crecimiento personal, que trasciende de manera irregular.
Conducido a través del movimiento y de la palabra ―el primero para mostrar el material coreográfico; la segunda, para manifestar el conflicto interpersonal de los tres intérpretes, en lo que a veces se asemeja a una especie de terapia colectiva e individual―, el montaje es perforado por cierto grado de intensidad demasiado elaborada con poco espacio para lo implícito, que resta naturalidad a lo que pretende ser, especialmente en las escenas habladas,. Como si la intención de despojarse de todo artificio acabase resultando artificiosa. Mención especial merece el último texto interpretado por Melania Olcina, que ya en tercera persona (“Sharon dice, Arthur pregunta”) recupera fuerza poética.
La danza, de interpretación exigente, despojada y minuciosa en técnica y sensibilidad, responde a ese lenguaje coreográfico de Fridman sustentado en la gravedad y el equilibrio y concentra los aciertos de esta obra, especialmente a través de Olcina, intérprete brillante de la escena nacional.
Exprímeme_Life in Process
Dirección: Sharon Fridman. Coreografía e interpretación: Sharon Fridman, Arthur Bernard Bazin y Melania Olcina. Teatros del Canal de Madrid, hasta el 5 de noviembre.
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