‘Crímenes pregonados’, de Rebeca Martín: del primer monomaníaco al hombre lobo gallego, España contada en cinco sucesos
El ensayo de la profesora de literatura recrea varios casos de asesinatos ocurridos entre 1770 y 1892 que expresan las tensiones que recorrían la sociedad de la época
Los relatos de crímenes reales, explica la profesora de literatura de la Universitat Autònoma de Barcelona Rebeca Martín, son “el escenario donde se representan las principales tensiones que recorren una sociedad: tensiones de clase y de género, ideológicas y religiosas, médicas y judiciales”. Los sucesos, de los romances de ciego al true crime, excitan nuestra curiosidad más o menos culpable y, además, el acontecimiento excepcional permite “contemplar o redescubrir e...
Los relatos de crímenes reales, explica la profesora de literatura de la Universitat Autònoma de Barcelona Rebeca Martín, son “el escenario donde se representan las principales tensiones que recorren una sociedad: tensiones de clase y de género, ideológicas y religiosas, médicas y judiciales”. Los sucesos, de los romances de ciego al true crime, excitan nuestra curiosidad más o menos culpable y, además, el acontecimiento excepcional permite “contemplar o redescubrir el pasado”. Esa es una de las virtudes del interesante, erudito y entretenido ensayo Crímenes pregonados, donde Martín relata cinco “causas célebres” de los siglos XVIII y XIX, y analiza los discursos a los que dieron lugar: investiga las actas de los procesos, revisa la prensa, rastrea los romances, las novelas o películas inspirados en los sucesos.
Las causas descritas están llenas de recovecos e información sobre la época: los prejuicios, las teorías médicas de moda...
El primer caso es el de Romualdo Denis, un liberto que se casó en Filipinas con la viuda del hombre que había sido su amo, y que mató a tres de los hijos que tuvo con ella. El siguiente, que inspiró un grabado de Goya, es el de María Vicenta Mendieta, condenada por convencer a su amante para que matara a su marido, el comerciante madrileño Francisco del Castillo. El poeta Juan Meléndez Valdés ejerció de fiscal en el proceso. El crimen de Pedro Fiol, que ocurrió en Barcelona en 1852, y donde el asesino mató a tres personas, produjo conmoción y novedades. El agresor se libró de la pena de muerte gracias al concepto de monomanía, desarrollado por el médico y ensayista Pedro Mata: no era dueño de sí cuando cometió el acto. El cuarto caso es el que ha generado más literatura: es el del asesino en serie Manuel Blanco Romasanta, que actuaba en la Galicia rural de mediados del XIX. El buhonero, que a diferencia de la mayoría de sus vecinos sabía leer y escribir, engañaba a sus víctimas diciéndoles que tenía noticia de un trabajo para ellas en otra localidad y las mataba en el camino. Cuando fue atrapado, dijo que era un hombre lobo, víctima de una maldición primero y de una enfermedad después. El último caso es el de Juan Luna Novicio, un pintor filipino que a finales del XIX asesinó por celos en París a su mujer y su suegra, y resultó absuelto (se convertiría en un referente de la lucha anticolonial).
El primer caso es de 1770 y el último de 1892, y en ese trayecto hay una transformación de la forma de contarlos. Las causas descritas están llenas de ambigüedades, recovecos e información sobre la época: los prejuicios machistas o racistas; las teorías médicas que se ponen de moda o descartan; la transformación de los medios y la opinión pública (algunos, como Meléndez Valdés, reclamaban la censura para los relatos de crímenes, porque eran una mala influencia sobre la población); atavismos antropológicos y miedos sociales no siempre explícitos. Rebeca Martín utiliza las herramientas de la historia cultural, analiza con destreza los crímenes y su repercusión, y expone hábilmente hipótesis e interpretaciones.
Crímenes pregonados
Contraseña, 2024
448 páginas, 24 euros
Puedes seguir a Babelia en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.