Isidro Solís: “La propuesta de Constitución es extraordinariamente mala y dañina para la democracia en Chile”
El ministro de Justicia del primer Gobierno de Michelle Bachelet (2006-2010) explica las razones por las que se opone al texto definitivo que se presentará este lunes en Chile
Es uno de los militantes históricos del partido más antiguo de la escena política chilena, el Partido Radical, fundado en 1863, una formación socialdemócrata muy ligada al nacimiento y desarrollo de las clases medias. Tuvo cuatro presidentes en el siglo XX –uno de ellos, Pedro Aguirre Cerda, muy citado hoy en día por el manda...
Es uno de los militantes históricos del partido más antiguo de la escena política chilena, el Partido Radical, fundado en 1863, una formación socialdemócrata muy ligada al nacimiento y desarrollo de las clases medias. Tuvo cuatro presidentes en el siglo XX –uno de ellos, Pedro Aguirre Cerda, muy citado hoy en día por el mandatario Gabriel Boric–, con los que empezó el proceso de industrialización y desarrollo en Chile. Isidro Solís (Santiago de Chile, 68 años) comenzó a militar muy joven y para el golpe de 1973 ya era miembro de la comisión política de la juventud de su partido, que formaba parte de la Unidad Popular de Salvador Allende. No salió al exilio como la mayoría de los dirigentes, militó en la clandestinidad y trabajó por la reconstrucción del Partido Radical, perseguido por la dictadura.
Para el plebiscito de 1988, cuando la oposición se organizó en las urnas para derrotar a Augusto Pinochet, Solís fue parte del ejecutivo que organizó la campaña. A partir de entonces, fue uno de los rostros importantes de todos los gobiernos democráticos de la Concertación de centroizquierda y en el primer Gobierno de la socialista Michelle Bachelet (2006-2010), ministro de Justicia. Fue, además, abogado de la familia de Bachelet en diversas causas, como la muerte por tortura de su padre en 1974. En esta entrevista, que se realiza en su oficina del municipio de Providencia, en Santiago de Chile, explica su posición ante el mayor hito de la política chilena de los últimos años: el plebiscito del 4 de septiembre sobre la propuesta de nueva Constitución.
Pregunta. ¿Cómo votará usted en el plebiscito del 4 de septiembre?
Respuesta. He tomado la decisión de votar por el rechazo cuando se someta a referéndum la propuesta constitucional. He llegado a esta conclusión con la sensación predominante de una oportunidad muy importante que se ha perdido.
P. ¿Por qué?
R. La elección de la Asamblea Constituyente –en mayo de 2021– se celebró en un momento muy especial, de radicalidad en la política chilena producto de un sistema que no es capaz de dar respuestas a muchas aspiraciones del pueblo. Eso se cristalizó en la revuelta social de octubre de 2019 que en un momento, incluso, amenazó la estabilidad de la democracia y forzó al sistema político a involucrarse en una propuesta de nueva Constitución. Pero, desgraciadamente, la convención constitucional fue cooptada por la ultraizquierda y por colectivos identitarios de la sociedad chilena, en base a una mayoría bastante artificial.
La convención fue cooptada por la ultraizquierda y por colectivos identitariosIsidro Solís
P. Pero fue una mayoría elegida democráticamente.
R. Es democrática, porque se produjo en una elección abierta, libre e informada, pero con el problema que la situación política generó una sobrerrepresentación de la ultraizquierda. Y no es representativa del país. Y como toda mayoría artificial, no logrará tener una aprobación suficiente como para afianzarse en un esquema de cambios.
P. ¿Cómo considera la propuesta?
R. La propuesta de Constitución es extraordinariamente mala y dañina para la democracia en Chile.
P. ¿Por qué la considera dañina?
R. Uno tiene que tratar de ser equilibrado en la apreciación que se hace de este proyecto. No es una obra del demonio, como se quiere presentar desde un lado, ni tampoco el trabajo de un conjunto de ángeles que lo único que quiere es mejorar la sociedad chilena, como se presenta desde el otro lado. La propuesta tiene elementos buenos que constituyen un avance a la institucionalidad chilena.
P. ¿Cómo cuáles?
R. Como la formulación de un catálogo de derechos sociales bastante más amplio que el actual. Y es un avance. Pero por otro lado, genera nuevas instituciones que no corresponden a lo que hoy en día representa la estabilidad chilena. Y entre los temas que más me conmueven está todo lo relativo a la Justicia, porque la propuesta genera dos sistemas con esta definición de un Chile plurinacional. Habría una juridicidad para una parte de la población, los pueblos indígenas, y otra para el resto de la población.
P. ¿Qué podría generar lo que describe?
R. De aprobarse la propuesta de Constitución, en el futuro se generarán sistemas de enfrentamiento judicial y de falta de certeza que van a llevar a la sociedad chilena a una situación delicada y radical, mucho más enfrentada que la que tenemos hoy día. Es un quiebre institucional que puede llegar a ser muy grave.
P. Pero existen experiencias en otras partes del mundo, dicen los defensores.
R. Lo que no dicen quienes intentan ese planteamiento es que eso es cierto, pero muy limitado. Se refiere normalmente a aplicaciones de normas culturales o patrimoniales, pero en Chile se quiere llevar al extremo con normas penales paralelas y distintas: una justicia penal para indígenas y otras para no indígenas. Eso es la anarquía completa en el mínimo acto civilizatorio: que tengamos igualdad ante la ley. Estamos retrocediendo muchos cientos de años.
La politización de la Justicia se configura como uno de los peores riesgos que tiene esta ConstituciónIsidro Solís
P. ¿Qué le parece que desaparezca el Poder Judicial y pase a llamarse Sistemas de Justicia?
R. Me preocupa, porque refuerza la idea de que esos sistemas de Justicia no constituyen una forma de poder sino, lisa y llanamente, competencias desligadas que proveen un servicio que puede ser de muchas calidades. Si hay un sistema para ciudadanos chilenos y otro para indígenas, esta idea es contradictoria con la idea de un solo Poder Judicial. En Chile ya conocemos de un supuesto territorio autónomo mapuche.
P. ¿A qué se refiere?
R. A la comunidad mapuche Temucuicui que hoy día, de manera ilegal, no reconoce ni la aplicación ni la eficacia de las leyes chilenas. Con esta Constitución, Temucuicui tendría una consagración constitucional y podría dictar sus propias normas. Es absolutamente destructivo desde el punto de vista de la integridad de la Nación chilena.
P. Se propone que la judicatura dependa de un órgano externo, el Consejo de la Justicia, para designar, evaluar y remover a los jueces. ¿Qué le parece?
R. La forma en que se propone en el texto de nueva Constitución apunta a que la designación en la carrera judicial podría llevar al mediano y largo plazo a la politización de la judicatura chilena. Hay algunos ejemplos paradigmáticos en la región, como lo que sucede en Venezuela. Y no existe dictadura más tremenda que la que se impone desde la Justicia. La politización de la Justicia se configura como uno de los peores riesgos que tiene esta Constitución. No nos olvidemos que tuvimos una Justicia politizada no hace mucho.
P. En la dictadura de Pinochet.
R. Tuvimos una Justicia politizada y tuvimos que luchar contra un Poder Judicial extraordinariamente genuflexo con la dictadura de Pinochet. Y como tenemos esa historia, no estamos disponibles para repetirla para tener a un Poder Judicial genuflexo contra una semi dictadura de izquierda. Es bastante triste, pero lo que se propondrá este lunes es la Constitución del rencor y la revancha. Es un pacto de minorías y no una Constitución de mayorías.
Lo que se propondrá este lunes es la Constitución del rencor y la revanchaIsidro Solís
P. Pero líderes importantes de su sector, como Michelle Bachelet, han anunciado que aprobarán la propuesta…
R. Chile es un país extraordinariamente conflictuado desde el punto de vista de su historia reciente y el clivaje de dictadura y anti dictadura sigue siendo central de las reacciones políticas. Es triste, pero una mayoría de los chilenos reacciona al llamado de su tribu. No están preocupados de leer la Constitución ni analizarla. La gente de izquierda vota contra la derecha y viceversa. Por lo tanto, si esa gente siente que esta es una Constitución que ajusta las cuentas contra la derecha, la va a aprobar aunque sea mala. Y al revés. La expresidenta es una persona respetable que tiene todo el derecho a aprobar, pero cuando ella expresó públicamente su decisión de votar a favor de la Constitución, hizo una declaración muy curiosa. Dijo que todavía no la había leído. Por lo tanto, es una reacción automática.
P. La Constitución vigente en Chile se redactó en 1980, en la dictadura de Pinochet, pero en democracia sufrió numerosos cambios ¿Para usted sigue siendo la Constitución de Pinochet?
R. No. Esa es una caricatura frívola y liviana. En la Constitución de Pinochet había muchos elementos que limitaban el ejercicio de la democracia que en la actualidad no existen. La Constitución vigente es la que lleva la firma de Ricardo Lagos, porque la Constitución de Pinochet murió hace muchos años atrás.
P. ¿Hará campaña por el rechazo a la propuesta?
R. Haré campaña para salir a explicar las insuficiencias y las malas instituciones que hay en la propuesta de Constitución. El 4 de septiembre votaré rechazo con la misma fuerza y épica que dijimos no a Pinochet en el plebiscito de 1988.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS América y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la región.