“Es momento de alejarme del día a día”: Andrónico Luksic, el primogénito de la familia más adinerada de Sudamérica, anuncia su retiro
El chileno, el mayor del clan Luksic, comunica su decisión de salir de seis directorios a fin de año. EL PAÍS revela su historia, su estilo y sus nuevos desafíos
Cuando en enero de 2017 el empresario chileno Andrónico Luksic Craig (69 años, Antofagasta) creó su cuenta de Twitter, hoy X, nunca imaginó hacia dónde lo llevaría esa aventura. En un país donde los hombres de negocio mantienen un estricto bajo perfil y cuidan mucho sus opiniones, que el integrante de la familia más adinerada del país y de Sudamérica según Bloomberg -una fortuna de 25 mil millones de dólares- decidiera lanzarse a la voracidad de las redes sociales, impresionó a varios. Por esos días, el proyecto hidroeléctrico Alto Maipo, ubicado al interior de la cordillera de Los Ande...
Cuando en enero de 2017 el empresario chileno Andrónico Luksic Craig (69 años, Antofagasta) creó su cuenta de Twitter, hoy X, nunca imaginó hacia dónde lo llevaría esa aventura. En un país donde los hombres de negocio mantienen un estricto bajo perfil y cuidan mucho sus opiniones, que el integrante de la familia más adinerada del país y de Sudamérica según Bloomberg -una fortuna de 25 mil millones de dólares- decidiera lanzarse a la voracidad de las redes sociales, impresionó a varios. Por esos días, el proyecto hidroeléctrico Alto Maipo, ubicado al interior de la cordillera de Los Andes, a 50 kilómetros de Santiago, enfrentaba duros cuestionamientos por sus consecuencias ambientales. Y los dardos apuntaban hacia la familia Luksic, que a través de Minera Los Pelambres tenía el 40% de la propiedad, en particular hacia el mayor de los hermanos, Andrónico.
Decidió tomar cartas en el asunto. Primero fue un video, que lanzó en Youtube en abril de 2016 donde decía: “¿Cuál ha sido mi gran pecado? Quizás el no haber salido antes a explicar que soy un ser humano”. Y luego vino la cuenta de Twitter. Luksic quería que lo conocieran tal como es, sin la lejanía que tradicionalmente proyectan los hombres de negocios. Empezó contestando mensajes, opinando sobre temas del país, regalando libros y organizando concursos y terminó creando fundaciones. Hoy, es a través de Te Apoyamos donde concentra sus donaciones, que van desde infraestructura y equipamiento para hospitales, computadores para escuelas públicas, aportes a clubes deportivos y financiamiento de cirugías y tratamientos a personas que se lo piden a través de las cerca de 250 solicitudes que recibe por sus redes sociales (también tiene Instagram), por e-mail o por carta a la semana. Este año la fundación cerrará con 3.000 casos apoyados y una inversión de 3 millones de dólares. Y Andrónico Luksic sigue sumado seguidores: en X tiene más de 621 mil y en Instagram 193 mil.
Han pasado casi siete años desde esa incursión y el empresario ha logrado dar vuelta la mirada lejana que proyectaba cuando solo aparecía en la foto del cierre de grandes negocios. Paralelamente las empresas que comanda han multiplicado su valor, diversificado su portafolio de negocios e internacionalizado su operación. Si en 2014 las ganancias de Quiñenco, el conglomerado que reúne a las empresas del grupo Luksic -con excepción de la minera Antofagasta Minerals- provenían 70% desde Chile, hoy el 90% se genera por sus negocios fuera del país.
Ahora, ad portas de los 70 años, que cumple en abril de 2024, Luksic decidió dar un paso al costado y salir del día a día de los negocios. A través de una carta a sus colaboradores y de hechos esenciales comunicados a la Comisión para el Mercado Financiero, el organismo que en Chile supervisa a los emisores de valores, anunció que a fin de año dejará seis de los directorios en los que participa. Saldrá de las presidencias de Quiñenco; de la empresa de bebidas CCU y de la sociedad de inversiones LQIF, dejará las vicepresidencias de Banco de Chile y la Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV), y se alejará del directorio de Invexans, a través del cual el grupo participa en el negocio de la venta minorista de combustibles y en la fabricación de cables de cobre. El primogénito de los Luksic solo se quedará en la mesa de la minera Antofagasta PLC y en los directorios internacionales de la francesa Nexans y de la naviera Hapag Lloyd, la quinta más grande del mundo de la que el clan chileno es socio desde 2014, tras la fusión con CSAV.
Una idea meditada
Aunque la noticia sorprendió en el mercado, quienes lo conocen dicen que es una idea que venía fraguando desde hace tiempo y que empezó a trabajar en enero. De hecho, la carta de la memora anual de Quiñenco de abril de este año, ya daba algunas luces: “Ha sido un honor acompañarlos y trabajar junto a todos ustedes durante esta década”, cerraba la misiva, un mensaje similar al de la carta que envió este jueves. Detrás de la decisión, hay varias lecturas.
“Hay una pulsión personal. Su papá murió a lo 78 años, relativamente joven, y su hermano Guillermo a los 57. Es una persona muy consciente de que la vida no es eterna. Han sido 10 años de mucho trabajo, de muchas decisiones”, dice una persona que trabaja desde hace años con él.
El patriarca Andrónico Luksic Abaroa separó los negocios familiares en tres. Y dejó a sus tres hijos hombres a cargo. Jean Paul se hizo cargo de la minera y actualmente es presidente de Antofagasta PLC, Guillermo tomó a su cargo el negocio industrial a través de Quiñenco y Andrónico el banco. La prematura muerte de Guillermo en 2013 significó que el mayor de los hermanos tuvo que tomar el buque y hacer que flotara. En el camino, junto a los ejecutivos del grupo sacó la CSAV adelante, una inversión que no fue bien vista por el mercado y que ocasionó pérdidas durante los primeros años. Pero que hoy es el negocio más rentable del grupo: “Desde que CSAV se fusionó con Hapag-Lloyd, en 2014, Quiñenco ha generado un retorno de 322%, incluidos los dividendos, frente a un crecimiento promedio del 60% del índice bursátil local de Chile”, destacó Bloomberg hace algunos días.
Ahora, con la sensación del deber cumplido, Andrónico quiere bajar el ritmo y tener más tiempo para aprovechar a su familia. Tres de sus cinco hijos viven fuera de Chile. Fernanda vive en México, Dax en Italia y Davor en Croacia con su esposa y sus tres hijos.
Pero también quiere dedicarse más a sus obras filantrópicas. Así lo anunció al equipo de la fundación Te Apoyamos en una de sus últimas reuniones, donde si bien no adelantó la decisión, dio señales de que estaría más presente en los próximos años.
De vendedor de autos a una de las principales fortunas del mundo
“En total llevo 50 años trabajando, desde que a los 19, comencé como vendedor de autos en Salta, Argentina”, dice el segundo párrafo de la carta de Andrónico Luksic a sus colaboradores, la que, por supuesto, compartió también a través de sus redes sociales. Las responsabilidades empresariales recayeron sobre los hombros de los hermanos Luksic cuando eran muy jóvenes. Su padre, dueño de una concesionaria de Ford en Antofagasta no era aún en esos años el empresario que llegó a ser. Fue en 1954 cuando vendió a unos japoneses una minera que había comprado dos años antes en Portezuelo, en el norte de Chile por medio millón de dólares, que comenzó a amasar su fortuna.
Andrónico, el mayor de sus hijos, nació en Antofagasta, la ciudad en la que vivió hasta los 13 años. En 1967 su familia partió a vivir a Santiago. Terminó sus estudios primarios y luego cursó la secundaria en un colegio de Nuevo Hampshire (Estados Unidos). Al graduarse ingresó a Babson College, una escuela de negocios privada de Massachusetts. Tras el golpe de Estado militar de 1973, se radicó en Argentina, donde se hizo cargo de los negocios familiares en ese país, y luego en 1978 volvió a Chile como director de Quiñenco, que empezaba a formarse como conglomerado empresarial. Fue por esos años que la familia entra a la Compañía de Cervecerías Unidas, CCU.
Más tarde vendría la incursión de grupo en nuevos sectores, bancario, telecomunicaciones. Andrónico participó desde un principio en la banca, primero desde Banco O’Higgins que luego se fusionó con el Banco Santiago, el que terminó vendiendo a los españoles de Santander. El regreso a la industria sería en 1999 tras la compra del Banco Edwards el que luego fusionó con el Banco de Chile. Años más tarde, en 2008, Luksic lideró las negociaciones que terminaron con la unión de Citibank y Banco de Chile.
Los vínculos internacionales han sido siempre parte del sello de Andrónico. Muy temprano, el mayor del clan comenzó a tejer redes alrededor del mundo, tanto con gobiernos, empresas y universidades. En 2011, fue nombrado vicepresidente del Consejo Asesor Internacional de Líderes de Negocios por el alcalde de Shanghái, es también parte del Consejo Asesor de la Autoridad del Canal de Panamá, miembro del Consejo Asesor Comercial del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico y fundador del Consejo Asesor Global de Harvard y del Consejo Asesor de Proyectos Mundiales de la Universidad de Columbia.
Los líos de su carrera
Entre sus pasiones está la naturaleza y el alpinismo. Alcanzó a hacer las Siete Cumbres más altas del mundo, pero hace más de dos años abandonó definitivamente ese deporte. Sí disfruta de andar en bicicleta y arrancarse cuando puede a su campo en Villa O’Higgins en plena Patagonia chilena donde pasó casi toda la pandemia.
Su trayectoria empresarial ha tenido de dulce y de agraz. En 2001 fue acusado en Perú de reunirse en secreto con Vladimiro Montesinos, el entonces mano derecha del ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000), para evitar el cierre de una planta de Lucchetti, ubicada en Lima. El caso, que prescribió en 2006, significó pérdidas cercanas a los 200 millones de dólares para el grupo.
El año pasado, el grupo volvió a tener un conflicto con sus inversiones en países de la región, esta vez en Paraguay. Tras las sanciones impuestas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos al exmandatario de Paraguay, Horacio Cartes, por corrupción, Luksic decidió poner fin a su alianza con el grupo Cartes, de quien eran socios desde 2013. Partió en avión con sus principales ejecutivos a comunicarle el fin de la alianza a su socio, a quien le dio un plazo para salir de la propiedad, el que finalmente cumplió.
Hoy, tras varios traspiés, el grupo se encuentra en uno de sus mejores momentos. Por lo mismo, dice una persona que conoce a Andrónico, es un buen minuto para pensar en retirarse del día a día: “Cumplió 10 años y la realidad es que las cosas no pueden estar mejor. Cumplió con la tarea de sacar a Vapores (CSAV) adelante, logró dar vuelta Nexans, Enex, que estaba recién partiendo hace 10 años hoy es una empresa consolidada. Es una suerte de ciclo cumplido y en eso él tiene mucha claridad”.