Grabada por primera vez una tormenta de polvo en Marte mientras ‘engullía’ un robot de la NASA
El análisis del torbellino de casi 120 metros de altura, captado con instrumental español, ayuda a conocer la atmósfera del planeta rojo
La quietud que se desprende de las imágenes que llegan de Marte no se corresponde con la realidad del planeta: es un paisaje muerto, pero activo. Y ahora, por primera vez, la NASA y un consorcio internacional de científicos han logrado captar el sonido de un remolino de polvo marciano. La frecuencia constante de estos torbellinos resulta un reto para los rovers enviados allí por la humanidad, pues pueden sufrir averías cuando la arena se cuela en sus entrañas electrónicas.
El remolino registrado ocurrió en el ...
La quietud que se desprende de las imágenes que llegan de Marte no se corresponde con la realidad del planeta: es un paisaje muerto, pero activo. Y ahora, por primera vez, la NASA y un consorcio internacional de científicos han logrado captar el sonido de un remolino de polvo marciano. La frecuencia constante de estos torbellinos resulta un reto para los rovers enviados allí por la humanidad, pues pueden sufrir averías cuando la arena se cuela en sus entrañas electrónicas.
El remolino registrado ocurrió en el cráter marciano Jezero en septiembre de 2021, donde se encuentra destinado el robot Perseverance, desde el año pasado, dentro de la misión a Marte 2020 en búsqueda activa de indicios de agua líquida hace millones años y, quizá, vida. Este fenómeno meteorológico llegó a alcanzar los 118 metros de altura y 25 metros de diámetro —diez veces mayor que el vehículo de la NASA—, y lo atravesó por completo.
“Teníamos una oportunidad de entre 200 de registrarlo”, narra sonriente la planetóloga Naomi Murdoch, del Instituto Superior de la Aeronáutica y del Espacio de la Universidad de Toulouse, en Francia, quien lidera la investigación. “Hubo mucha planificación, pero también suerte: el micrófono realiza mediciones durante algo menos de 3 minutos y a priori se desconoce cuándo va a pasar un dust devil (diablo de polvo, en inglés)”, admite por videoconferencia.
La grabación del suceso y las mediciones de los datos se publican hoy en la revista científica Nature Communications y el artículo lo firman varios científicos españoles. Uno de sus coautores, el físico Ricardo Hueso, del Grupo de Ciencias Planetarias de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), celebra el hallazgo: “Es un acontecimiento único, el sonido de un remolino de polvo no se había registrado antes, no pensábamos que íbamos a captarlo con todos los instrumentos a la vez”.
Al cargo del análisis del trabajo sobre la presión atmosférica, Hueso sintetiza la importancia de este registro inédito: “Los hallazgos pueden mejorar nuestra comprensión de los cambios en la superficie, las tormentas de polvo y la variabilidad climática en Marte, lo que puede tener implicaciones para la futura exploración espacial”.
El vehículo marciano Perseverance es un prodigio técnico que contó con participación internacional durante todo su desarrollo, como la construcción de los sensores de medición ambiental (MEDA) en el Centro de Astrobiología del CSIC. El físico Álvaro Vicente-Retortillo, también participante en el estudio, destaca que lo que convierte este descubrimiento en algo especial es haber conseguido registrar el encuentro fortuito multisensorialmente: el viento, la presión, temperatura del aire, radiación solar y térmica de la superficie, la humedad relativa del ambiente, así como las imágenes del torbellino. “MEDA proporciona información muy valiosa para conocer mejor las propiedades del polvo en Marte, lo cual es importante por sus implicaciones en el rendimiento de las misiones y, a largo plazo, en la salud humana”, detalla Vicente-Retortillo.
El paisaje de Marte es similar a lo que vimos durante la intrusión de calima saharaui en la Península a principios de año, esa neblinaVíctor Apéstigue, físico de Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial
El polvo es constante en la tenue atmósfera marciana, todo su clima está condicionado por su alta concentración de CO₂. “Un paisaje similar a lo que vimos durante la intrusión de calima saharaui en la Península a principios de año, esa neblina”, compara el físico Víctor Apéstigue. Y añade el también físico Daniel Toledo: “En Marte el efecto invernadero es constante, el polvo es uno de sus principales agentes, lo que provoca que la radiación solar quede atrapada dentro de la atmósfera”. Ambos científicos pertenecen al grupo de especialistas que controla algunos de los sensores del vehículo Perseverance desde el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) en Torrejón de Ardoz (Madrid), otro centro adscrito a la misión de la NASA en Marte y copartícipe de esta investigación.
La rápida oxidación que provoca el polvo marciano en el instrumental que envía la NASA al planeta vecino ha sido históricamente un problema constante al que se han enfrentado los científicos, aseguran desde el INTA. Otro motivo más, añaden, por el que estudiar el comportamiento de los remolinos.
La tecnología de vanguardia del Perseverance ha sido capaz “incluso de distinguir los impactos de los granos de arena del sonido del aire en el micrófono en Marte, y eso que son cientos”, señala satisfecha la investigadora principal Murdoch. Y señala a que los resultados abren la puerta a poder analizar desde nuevos ángulos los planetas del Sistema Solar para las misiones tripuladas del futuro: “Desde que llegamos a Marte en febrero y grabamos los primeros sonidos no hemos estado decepcionados: la información sonora de otro planeta tiene potencial para contribuir al conocimiento científico”.
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