Rusia activa una misión de rescate de los cosmonautas atrapados en la Estación Espacial Internacional
La NASA y la agencia espacial rusa reajustan el calendario de vuelos espaciales tras el impacto de un minúsculo meteorito contra la nave de transporte Soyuz MS-22
Los ingenieros de la agencia espacial rusa, Roscosmos, han comenzado ya la fase final de los preparativos para traer de vuelta a los astronautas atrapados en la Estación Espacial Internacional (ISS) por una fisura en su cápsula. La nave Soyuz que sustituirá la dañada despegará el 20 de febrero, pero los cosmonautas permanecerán unos meses más en la plataforma orbital y el resto de misiones conjuntas que fueron previstas este año serán apla...
Los ingenieros de la agencia espacial rusa, Roscosmos, han comenzado ya la fase final de los preparativos para traer de vuelta a los astronautas atrapados en la Estación Espacial Internacional (ISS) por una fisura en su cápsula. La nave Soyuz que sustituirá la dañada despegará el 20 de febrero, pero los cosmonautas permanecerán unos meses más en la plataforma orbital y el resto de misiones conjuntas que fueron previstas este año serán aplazadas. La operación de rescate cuenta además con la aprobación de la NASA, que también se ha visto obligada a negociar con la empresa privada SpaceX un reajuste de su calendario propio de lanzamientos.
La nave Soyuz MS-22 fue golpeada en diciembre por un objeto de apenas un milímetro que volaba a unos siete kilómetros por segundo, según la investigación preliminar. Los daños han comprometido la seguridad de sus ocupantes en la reentrada en órbita, por lo que Rusia ha adelantado a febrero el envío de la cápsula MS-23. Esta iba a transportar a los nuevos miembros de la estación en marzo, pero finalmente volará vacía y en modo automático, como una nave de carga más.
“Ha comenzado en el cosmódromo la etapa final de los preparativos”, anunció Roscosmos este pasado miércoles por la noche a través de sus canales oficiales. Rusia lanzará dos cápsulas de diseño muy parecido, la Soyuz para transportar astronautas y la Progress con nuevos suministros para la ISS. ”Para revisar la Soyuz MS-23 se ha ensamblado un equipo de prueba en tierra. Después tendrán lugar las pruebas de electricidad y vacío”, agregaba la agencia espacial, que también está poniendo a punto la nave de carga Progress MS-22. Ambas despegarán en febrero gracias a un cohete Soyuz-2.1a.
Agenda espacial trastocada
El incidente ha pospuesto todos los planes para este año. Los cosmonautas rusos Oleg Kononenko y Nikolái Chub, y la astronauta estadounidense Laurel O’Hara, debían volar a la estación espacial esta primavera con la MS-23, pero su misión se retrasará a otoño, mientras que los ocupantes de la MS-22, los rusos Dmitri Petelin y Serguéi Prokopiev, y el norteamericano Frank Rubio, seguirán un tiempo más. “Probablemente, extenderemos la misión unos meses más”, confirmó el director de Roscosmos para programas espaciales tripulados, Serguéi Krikaliov.
La nave MS-22 regresará vacía a la Tierra en modo automático “una o dos semanas después de la llegada de la nueva Soyuz”, según Krikaliov. Roscosmos considera que la situación de la ISS es segura, pero deja abierta la posibilidad a recurrir a la nave dañada como cápsula de salvamento en el caso de que sucediera “alguna situación particularmente crítica” en la plataforma de investigación. No obstante, sería la última bala, pues los daños de la Soyuz podrían elevar la temperatura de su interior a unos 100 grados y suponer un gran peligro para sus ocupantes y el instrumental interno.
La NASA, por su parte, “sigue trabajando con Roscosmos y con sus socios canadienses, japoneses y europeos para afinar en las próximas semanas las próximas fechas de vuelo”. La agencia espacial publicó un comunicado aparte en el que también señala que mantiene sus contactos con SpaceX “ante la posibilidad de utilizar la nave espacial Crew-5 para hacer regresar a la tripulación en caso de emergencia antes de la llegada de la Soyuz MS-23″. Asimismo, también negocia cómo cambiar los planes de su futura Crew-6, que debería llegar “poco después de la Soyuz MS-23″.
Fuga peligrosa
Los ocupantes de la Estación Espacial Internacional se preparaban para un paseo por el exterior entre el 14 y el 15 de diciembre, según la diferencia horaria de EE UU y Rusia, cuando saltaron las alarmas. Los sistemas de control detectaron una caída de presión en la nave Soyuz y la inspección visual confirmó que había una fuga de refrigerante. La salida al espacio de los cosmonautas fue suspendida, y la investigación posterior localizó una fisura en el radiador del sistema de enfriamiento de la Soyuz MS-22.
La pesquisa no ha ofrecido aún una definitiva del incidente, pero todo apunta al “impacto casual de un meteoroide” de tamaño ínfimo, según detalló el director general de Roscosmos, Yuri Borisov. La NASA y Roscosmos han colaborado en la investigación pese a sus diferencias en la Tierra, y en el análisis de lo sucedido ha sido clave el uso del brazo robótico Canadarm2 desplegado en la sección norteamericana de la estación espacial. Rusia tiene previsto abandonar la plataforma orbital en 2024 debido a su enfrentamiento con occidente por Ucrania.
La Progress MS-22 transportará nuevos suministros a la ISS y sustituirá a la Progress MS-20, que será desacoplada de la plataforma orbital días antes, el 7 de febrero, para ser destruida en la atmósfera junto con la basura cargada a bordo por los astronautas.
El incidente también ha retrasado el primer vuelo de un cosmonauta de Bielorrusia desde la independencia del país en 1991. Como parte del proceso de su integración con Rusia bajo el marco supranacional del Estado de la Unión, los presidentes de ambos países, Alexánder Lukashenko y Vladímir Putin, pactaron que este año una Soyuz rusa transportaría un astronauta bielorruso a la ISS. Minsk decidió que enviará una mujer, y ya tiene sobre la mesa las recomendaciones y análisis médicos de sus candidatas.
Puedes seguir a MATERIA en Facebook, Twitter e Instagram, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.