Los cangrejos ermitaños han cambiado las conchas por caparazones de metal y plástico

La mayoría de las especies de estos crustáceos ya utilizan piezas de basura como su hogar, según un estudio que revela su alta capacidad de adaptarse a un entorno cambiante

Mosaico de cangrejos ermitaños usando distintos desechos como caparazón.Getty, Shawn Miller y Erwan Glemarec

Pellets, plásticos, microplásticos y todo tipo de desechos inundan las playas del planeta; y para los cangrejos ermitaños estos materiales ahora son un hogar. En redes circulan desde hace tiempo algunos videos de estos animales utilizando tapones, bombillas y vasos de plástico como caparazón. No se trata de un caso aislado, ni de algo que suceda en algunos lugares concretos, sino que es un comportamiento que ocurre a escala global. Así lo asegura una nueva investigación ...

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Pellets, plásticos, microplásticos y todo tipo de desechos inundan las playas del planeta; y para los cangrejos ermitaños estos materiales ahora son un hogar. En redes circulan desde hace tiempo algunos videos de estos animales utilizando tapones, bombillas y vasos de plástico como caparazón. No se trata de un caso aislado, ni de algo que suceda en algunos lugares concretos, sino que es un comportamiento que ocurre a escala global. Así lo asegura una nueva investigación publicada en Science of The Total Environment, que alerta de que la mayoría de las especies terrestres de cangrejos ermitaños en todo el planeta ya utilizan basura como caparazones.

Para el estudio, biólogos polacos analizaron literatura científica y videos disponibles en línea, en los que encontraron 386 ejemplos de estos crustáceos envueltos en basura. Los videos mostraban ejemplares de 10 de las 16 especies de cangrejo ermitaño que existen en la Tierra y se encontraron en todo el trópico, desde África hasta América Central. El 85% de ellos utilizaba restos de plástico y el resto se valía de otros materiales, como metal y vidrio. “Hemos confirmado, por primera vez, que el uso de materiales artificiales por parte de los cangrejos ermitaños es un comportamiento que ocurre a escala global”, explica la bióloga Zuzanna Jagiello, autora del estudio.

Los investigadores achacan esta tendencia a que en las costas los desechos son más fáciles de encontrar que las conchas, y les brindan un mejor camuflaje a los cangrejos. Además, en su análisis, incluyen también otros factores como el peso y el atractivo sexual: el primero, porque cargar con una concha que es más pesada supone un importante gasto energético; y el segundo, porque el color y olor del plástico les puede ayudar a atraer a una pareja. Un previo estudio de 2021 encontró que los cangrejos se sienten atraídos por un químico que emiten los plásticos.

No todo son ventajas. En 2019 se reveló que 414 millones de piezas de basura habían llegado a las costas de las Islas Cocos, un remoto territorio australiano en el océano Índico. Un grupo de científicos investigó el impacto de los desechos para los cangrejos ermitaños en la zona y encontraron que más de medio millón de ellos se habían metido dentro de objetos donde quedaron atrapados y murieron.

Aún no están claros los efectos que tiene sobre los cangrejos sustituir sus casas de concha por unas de plástico, pero los investigadores creen que puede dar lugar a situaciones peligrosas, como se ha visto en tortugas con pajitas en la nariz o en cachalotes que llevan kilos de basura en el estómago. Sin embargo, aunque confesó sentirse “desconsolada” al ver que viven entre la basura, Jagiello cree que es necesario comprender el hecho de que “es una era diferente y los animales están haciendo uso de lo que tienen a su disposición”.

La inteligencia de los cangrejos ermitaños

Conseguir una casa no es cosa fácil. La vida de los ermitaños está llena de decisiones difíciles que exigen capacidades cognitivas desarrolladas. Aunque apenas se ha empezado a estudiar el cerebro de los ermitaños, los primeros estudios han encontrado diferencias con otros cangrejos. Por ejemplo, tienen más desarrolladas las áreas encargadas de la percepción espacial y la exploración; y tener una buena memoria les permite recordar las características de las conchas, lo que les ahorra trabajo más tarde.

A diferencia de la mayoría de los cangrejos, que tienen un abdomen naturalmente calcificado, los ermitaños nacen con cuerpos blandos. Habitan conchas porque les brinda protección —frente a depredadores, a corrientes de agua si son marinos, y a la desecación si son terrestres—, por lo que es crucial para todo ermitaño seleccionar la mejor posible, pero ¿cómo lo hacen? Cuando detectan una concha interesante, primero la evalúan con la vista para obtener información sobre el tipo de caracola, el tamaño y el color. Luego, con patas y pinzas, exploran el interior y el exterior para asegurarse de que tenga un tamaño adecuado. Buscan conchas cada vez más grandes para mudarse a medida que crecen.

Además, estos cangrejos practican cadenas de intercambio. Si un ermitaño se topa con una concha demasiado grande, la rechaza, pero no se va muy lejos. Es posible que otros cangrejos también encuentren la caracola y hagan lo mismo. En el momento en que llega uno lo suficientemente grande para la concha, los que esperaban se ordenan por tamaño. Si el primer cangrejo hace el cambio, comienza la reacción en cadena y todos consiguen una mejor concha. Con este comportamiento, los cangrejos parecen predecir que va a haber nuevas conchas disponibles y se organizan de manera que todos puedan mudarse de casa. Está demostrado que, en efecto, recuerdan las conchas que ya han habitado o inspeccionado anteriormente.

Shawn Miller es un fotógrafo que ha participado en la investigación capturando imágenes de crustáceos envueltos en desechos. En un video muestra cómo uno de ellos se muda de un trozo de plástico a una concha que seleccionaron para él. Miller asegura que “los cangrejos ermitaños no prefieren vivir en el plástico, simplemente están utilizándolo hasta que encuentren una mejor opción.”

Mientras que las conchas disponibles han ido disminuyendo, el plástico sigue aumentando. Los moluscos son los arquitectos de las conchas marinas, que fabrican con carbonato cálcico del agua de mar; y hay cada vez menos, debido a la presión de la pesca, al aumento de la temperatura de los océanos y a la contaminación de las aguas. Greenpeace estima que en 2020 el ritmo de producción de plásticos había aumentado un 900% respecto a 1980, hasta alcanzar más de 500 millones de toneladas anuales. En España, el 50% de los plásticos llegan a los vertederos sin ser reciclados. Los autores sugieren que las imágenes de los crustáceos con hogares de basura contienen “una lección para los humanos”: al igual que los cangrejos ermitaños, tenemos que reutilizar más el plástico en lugar de desecharlo.

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